“No es posible que los precios sigan subiendo”, afirmó Alberto Fernández, que en la lucha del Gobierno contra el hambre pidió un esfuerzo de los empresarios “que están más cómodos que los demás”.

En el marco de su disertación durante un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) –con la participación de los principales empresarios del país–, el presidente se refirió a la política de precios del gobierno nacional, a la relación con el campo, entre otros temas. Antes, en un encuentro organizado por la Sindicatura General de la Nación (Sigen) exigió respeto por la diversidad de género.

“No es posible que los precios sigan subiendo; eso debe parar porque no tiene lógica y vamos a ser inflexibles”, aseguró el mandatario, quien por otra parte hizo un llamado a los empresarios “que están más cómodos que los demás” a poner lo suyo en este sentido. Y les dijo: “No podemos vivir en una sociedad donde vemos que el hambre consume a varios sectores”.

En relación al campo, el jefe de Estado aseguró que “es un socio estratégico” del Gobierno, y destacó que quedó “demostrado que dialogando las cosas salen bien”, al tiempo que exhortó a “trabajar con la industria”.

Fernández resaltó que el país “necesita volver a encender la economía y reactivar el mercado interno como paso previo para incentivar las exportaciones”, y aseveró: “Necesitamos industriales comprometidos con el país”.

En ese marco, agregó que desde que asumió el Gobierno se logró “cambiar la lógica de la especulación financiera por la lógica de la producción y con la producción en marcha regresa el trabajo, y con el trabajo volvemos a enfrentar la pobreza y el hambre”.

El presidente afirmó que “es inadmisible e increíble el nivel de deuda” tomada por el país en el gobierno anterior, y agregó: “El endeudamiento tiene sentido si es para que Argentina crezca, pero no es una buena idea para financiar el déficit público”.

Por último, adelantó que no va a “firmar nada que lastime a los que producen, a los que trabajan y a los más pobres de la Argentina”, en el marco de las negociaciones para una reestructuración de la deuda que lleva adelante el gobierno nacional.

Más respeto por la diversidad de género

Por otra parte, el presidente Alberto Fernández instó a los varones a “asumir el desafío” del “respeto a la diversidad”, al clausurar el encuentro “Mujeres argentinas en el Gobierno”, un ciclo organizado por la Sindicatura General de la Nación (Sigen), en el que participó para dar “testimonio” de su “compromiso político para terminar con la discriminación por género”.

Durante la jornada, de la que participaron cuatro ministras y otras cuatro funcionarias del gobierno nacional, Fernández también afirmó que la capacitación en el marco de la implementación de la Ley Micaela “no debe ser un esfuerzo sino una alegría”, y consideró que la violencia de género “no se resuelve solo con una ley, sino que es una cultura la que hay que cambiar”.

En las vísperas del Día Internacional de la Mujer, el mandatario fue el orador “sorpresa” del evento que organizó la Sigen, ya que, apenas poco antes del inicio, se supo que participaría en la jornada.

“Cada vez que se convoca a una reflexión por la desigualdad estoy siempre presente para que nadie dude de que hay que dar vuelta la página a toda velocidad”, dijo el presidente en su discurso, en relación a la violencia de género.

“Argentina está viviendo un momento particular de cambio con este tema que no es nuevo, porque hace años se reclama a favor de la igualdad”, sostuvo el jefe de Estado, invocando al movimiento feminista, y añadió: “El esfuerzo que ponemos está centrado en terminar con las lógicas de discriminación y desigualdad que vivieron y viven las mujeres”.

Previamente, las ministras Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres y Diversidades), Sabina Frederic (Seguridad), Marcela Losardo (Justicia) y María Eugenia Bielsa (Desarrollo y Hábitat) habían hecho hincapié en las brechas que persisten en la administración pública, especialmente en la ocupación de puestos de poder.

Gómez Alcorta insistió en que “la piedra basal de las desigualdades aparece en la organización de los cuidados” en los hogares, ya que, “mientras las mujeres les destinamos seis horas por día; los varones, dos; y esa brecha se manifiesta en la imposibilidad de accesos a cargos públicos”.

Varias de las presentes contaron anécdotas personales vinculadas a las preguntas de los varones respecto de la gestión de sus tiempos, pero fue la titular de la DGI, Virginia García, quien relató que un varón le había dicho en una oportunidad que “la dificultad de llegar a cargos de poder por parte de las mujeres se relaciona con la maternidad”.

En el plano laboral, la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, mencionó que, en el organismo, se busca “que no se naturalicen actividades domésticas en manos de las mujeres”, como por ejemplo “que el varón le pida a su compañera de trabajo mujer que le haga un café”.

En su mensaje, Alberto Fernández consideró que la desigualdad hacia las mujeres “no solamente se manifiesta en el ámbito laboral, sino en cosas peores como la violencia de género, y en el siglo XXI, es imperdonable que vivamos en una sociedad que perdone y tolere esto”.

“También es vergonzoso para los hombres: no podemos tolerar que eso ocurra y estoy convencido de eso hace muchos años, y como no me gusta vivir avergonzado, voy a hacer todo lo posible para que eso se termine”, dijo el jefe de Estado, e instó a los varones a “asumir el desafío” del “respeto a la diversidad de género”.

Previamente, la titular del Inadi, Victoria Donda, hizo referencia al femicidio de Micaela Gordillo –la joven que fue asfixiada y calcinada en Catamarca– y afirmó: “Sabemos que no vamos a terminar con los femicidios, pero tenemos la firme convicción para que deje de haber una mujer víctima cada 23 horas”.

Por su parte, el Presidente recordó que quien “le machacó muchos años en la cabeza este tema y con mucha razón” fue Vilma Ibarra, la actual Secretaria de Legal y Técnica, a quien le encargó los proyectos para legalizar el aborto y para asistir a las mujeres embarazadas, que anunció durante su discurso de apertura de Sesiones Ordinarias en el Congreso.

“Cuando entregué el DNI 9000 me quedé pensando que, si la ley de Identidad de Género no hubiese existido, qué manera tan innecesaria de arruinarle la vida a la gente que sólo pide vivir con el género que sienten ser”, sostuvo Alberto, y aseveró que “cuando respetamos al otro, somos una mejor sociedad”.

“Hay que dar esta prédica que no se resuelve solo poniendo mujeres en el gobierno”, o capacitando empleados en el marco de la Ley Micaela, “que no debe ser un esfuerzo sino una alegría”, y agregó: “La desigualdad de género no se resuelve con una ley, sino que es una cultura la que hay que cambiar”.

“Y lo hacemos para ser mejores: para mí es muy grato participar de estos encuentros, y también porque estamos cumpliendo una promesa de campaña: hemos vuelto para ser mejores”, finalizó el presidente.

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