Estudiantes y docentes del Instituto Superior del Profesorado N° 16 “Bernardo Houssay” reclamaron ayer por la tarde contar de una vez por todas con el edificio propio para cursar y enseñar. La obra se levanta en Urquiza al 3400, entre Cafferata e Iriondo, donde antes había funcionado el bazar Erquicia. Las cátedras se dictan actualmente en forma repartida entre los edificios escolares de Ayacucho 1553 (Nacional 1) y de Necochea 1339 (Primaria N°58). Asisten 1.300 alumnas y alumnos.
Una clase pública. De eso se trató la convocatoria del centro de estudiantes del Instituto 16, y a la que convocaron a participar a docentes, directivos, sindicatos, organizaciones sociales y vecinos, entre otros. Se hizo en la calle bien frente al edificio propio que se construye y por el que esperan desde hace 43 años. El 16 ofrece ocho carreras docentes: los profesorados de inicial, primaria, biología, inglés, geografía y los de educación especial con orientación en personas con discapacidad intelectual, sordas e hipoacúsicas y ciegas y disminuidas visuales. Estas dos últimas orientaciones son casi únicas en la provincia, solo hay otro profesorado en la ciudad de Santa Fe.
Este año la institución recibió una inscripción record de 655 nuevos estudiantes matriculados, de Rosario y provenientes del sur de Santa Fe y de provincias vecinas como Córdoba y Buenos Aires. El dato lo resaltó el director del Instituto 16, Pedro Dabin.
Decisión política
Los primeros en tomar la palabra fueron las y los jóvenes de la Agrupación Pocho Lepratti –conducen el centro de estudiantes-. Kevin Bryan repasó que en 2017 se licitó la obra y en 2018 se comenzó. “Ahora está paralizada. Las excusas son muchas, a nosotros nos interesa dar una respuesta a la comunidad educativa”, dijo el estudiante, además de acusar “falta de compromiso”. “A tres semanas de iniciar las clases no se sabe qué harán los 200 estudiantes que deberían empezar en este edificio. No hay respuestas, por eso estamos acá”, cerró para nombrar a quienes se inscribieron para comenzar el primer año (turno mañana) en la nueva sede.
Los discursos que se sucedieron hicieron hincapié en la ausencia de “decisión política” para terminar la obra que beneficia a la enseñanza pública superior. La profesora Ariana Revelli hizo un repaso de todas las luchas emprendidas hasta la actualidad para tener el edificio propio. También lo que significa en términos operativos y pedagógicos trabajar en edificios repartidos, que además les han impedido crecer como institución. “Instamos al Ministerio a apurar la mudanza, asumir un compromiso con la formación docente y la educación pública”, expresó.
“Es inadmisible que faltando el 5% de la obra ésta no se termine”, reclamó Emilio Abecasis, dirigente de Amsafé Rosario, además de responsabilizar de la situación a los gobiernos nacional, provincial y municipal.
Por Amsafé provincial habló Alejandra Biancotti, haciendo suyas las palabras de la profesora Mariana Caballero –que por razones de salud no estaba presente-. Leyó una carta alentando a no resignar sueños, además de lamentar el lugar que la actual gestión educativa de la provincia le otorga a la educación pública. Aludió así a la inauguración del ciclo lectivo en Santa Fe en un colegio confesional, y a la conferencia “Elegir la educación como camino” que dará esta tarde la ministra de Educación, Adriana Cantero, en la Universidad Católica Argentina, en el marco de la apertura del año académico 2020 del profesorado superior universitario.
Vale recordar que la ministra Cantero fue profesora del Instituto N°16 entre 2000 y 2003, un dato del currículum que resaltaba el portal oficial de la provincia (gobierno.santafe.gov.ar/prensa) el 11 de octubre de 2005, apenas había sido designada en el mismo cargo, pero en la gestión de Jorge Obeid.
En esa clase pública también ofrecieron su palabra representantes de distintos centros de estudiantes de otros profesorados y de la universidad, organizaciones sociales y vecinales, además de profesoras de otras instituciones de formación docente, como Marina Caputo y Nora Shujman.
Incertidumbre
“Ya venían con deudas desde mayo del año pasado, y desde que el socialismo perdió las elecciones no pagó más (junio 2019)”, repasó el director Dabin en charla con Redacción Rosario. Señaló también que cuando se deja de pagar la empresa comienza a sacar a sus trabajadores y a retrasarse la obra. Hasta ayer el director no había tenido contacto con la ministra Cantero, sí con la subsecretaria de Educación Superior, Patricia Moscato, con quien quedaron en pensar un cronograma posible de tareas. Pero la falta de una propuesta salarial acorde al reclamo docente por parte del Gobierno provincial provocaron los paros y ese encuentro se dilató.
El 1° de abril próximo es la fecha fijada para el inicio de clases en el nivel superior de la provincia. “No creo que lleguen, no sabemos qué pasará con los estudiantes. Porque si no pagan no continúa la obra. Es una cuestión política, en la que nos atan a la ley de emergencia”, se lamentó el director por la situación de incertidumbre que vive esa comunidad.
Dabin también reclamó por la asignación de horas cátedra para poder dictar en los tres turnos: mañana, tarde y noche; además de interrogarse por los bancos licitados para el nuevo edificio el año pasado y de los que oficialmente nadie da respuestas en qué terminó esa licitación.
Cero autocrítica
Entre los discursos que se dieron en esta clase pública hubo dos que por lo menos resultaron llamativos, por no decir insólitos. Fueron los de la diputada provincial Lionela Cattalini y el de la concejala Mónica Ferrero, ambas del Frente Progresista. Aseguraron, cada una desde su lugar, que estaban trabajando para que se termine la obra y responsabilizaron al actual gobierno provincial de no hacerlo.
La legisladora Cattalini recordó que presentó un pedido de informes en Diputados “para conocer las causas por las que el gobierno de Omar Perotti abandonó las obras del nuevo edificio del profesorado, ya que tiene el 95% de los trabajos terminados”. Sin embargo, nada se las escuchó expresar a manera de autocrítica por qué la gestión de Miguel Lifschitz abandonó esta construcción a mediados del año pasado.
La obra quedó adjudicada en abril de 2017 por medio del decreto 605 del gobierno provincial a la firma Adobe S.R.L., por un monto de 60.625.838,41 de pesos y con un plazo de construcción de 24 meses.
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