Miembros de El Paraná No Se Toca expresaron este jueves su preocupación ante la pesca indiscriminada por parte de frigoríficos durante una bajante histórica que atraviesa el río, a la altura de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
Si bien desde la provincia afirmaron que se viene fiscalizando la actividad pesquera frente a la bajante del río Paraná, desde la agrupación ambientalista denunciaron que las compañías frigoríficas del rubro aprovechan la situación para “extraer ejemplares indiscriminadamente”.
“Necesitamos que llueva en toda la cuenca del río Paraná, en el norte y todos sus afluentes para que se modifique la altura del río”, dijo Pablo Cantador, miembro de la agrupación, en declaraciones a Télam. Es que actualmente, la altura del río en Rosario es de 55 centímetros y está previsto que continúe bajando ante la falta de lluvias, una situación que no se vivía a este extremo desde 1971.
Cantador detalló que no se verá el río en su altura normal “hasta un largo tiempo”, y que “se espera que el Paraná continúe bajando hasta fin de mes”. En abril de 2019, el río tenía 3,40 metros de profundidad y lo que preocupa “es el sistema de lagunas y arroyos que se están secando”, dijo el ambientalista.
A su vez, Cantador precisó que la bajante “genera que los peces se agrupen en los sectores con mayor caudal de agua, algo que fue aprovechado por pescadores de frigoríficos, que extraen ejemplares indiscriminadamente”.
al respecto, del gobierno provincial informó este jueves por la mañana que los ministerios de Ambiente y Cambio Climático y de la Producción, Ciencia y Tecnología, están trabajando en la fiscalización de la actividad pesquera frente a la bajante del Paraná.
Respecto a los pronósticos en el futuro inmediato, el activista sostiene que “la bajante no va a mejorar en el corto plazo, porque no hay lluvias en el norte del país”. Días atrás, a raíz de una negociación que involucró a los gobiernos de Argentina y Brasil, se logró que este último libere una mayor cantidad de agua de sus represas, luego de que se vieran afectadas las Cataratas del Iguazú.
Sobre esto, el ambientalista explicó que el aporte que otorga la apertura de compuertas en Brasil es mínimo, ya que “genera 1400 metros cúbicos de agua, y si bien es un alivio para la toma de agua, no es suficiente para los ciclos del río y la reproducción necesaria de los peces”.
Debido a los bajos niveles alcanzado por el río, varias provincias del norte han decretado una veda de pesca comercial, para preservar el cuidado de las especies. En consecuencia, Santa Fe y Entre Ríos convocaron a especialistas y el pasado 17 de abril emitieron un comunicado manifestando que los recursos se encuentran estables, por lo que no se adherían a la veda.
No obstante, desde El Paraná no se Toca denunciaron que estos datos “se basan en estudios del 2019, ante la imposibilidad durante el aislamiento de que los especialistas puedan realizar un nuevo estudio, que refleje la situación actual”.
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