El jefe de la barra de Central constituyó o adquirió cuatro sociedades en poco más de dos años. Siempre con otros socios, entre ellos un representante futbolístico


En poco más de dos años, el jefe de la barrabrava canalla, Andrés Pillín Bracamonte, creó o adquirió cuatro sociedades por las que ahora es investigado por presunto lavado de activos.

En todos los casos, Pillín no estuvo solo, puesto que encaró esos emprendimientos junto a otros socios. En un caso se trata de un representantes de futbolistas, y en otro de un empleado del club de Arroyito.

Los registros públicos muestran que entre abril de 2017 y agosto de 2019 Bracamonte creó tres sociedades y adquirió una cuarta a sus socios originales.

El fiscal que lo investiga, Miguel Moreno, entiende que hay inconsistencias en los estados contables presentados por la defensa del barrabrava, a quien en abril la Policía le secuestró 2,5 millones de pesos en efectivo en su casa de un barrio cerrado de Ibarlucea.

Ese allanamiento le dio tiempo hasta los procedimientos de este lunes, cuando volvió a ser allanado y en esta ocasión detenido.

Para su abogado de Bracamonte, Carlos Varela, “las justificaciones (contables de los ingresos del barra) están perfectas”, publicó la agencia Télam.

De acuerdo a la documentación, el 20 de abril de 2017 Bracamonte constituyó Vanefra SRL junto a Fernando Andrés R., que tiene por objeto brindar servicios de limpieza, así como construcción, reforma y reparación de edificios, con un capital inicial de 500 mil pesos, que ambos integraron en partes iguales.

Con la misma persona, Pillín adquirió el 27 de junio de 2018 la totalidad de las acciones de Ser-Eco SRL por 120 mil pesos, sociedad que se decida a “alquiler de baños químicos”.

El 26 de julio de 2019 Bracamonte creó junto al intendente del estadio de Rosario Central, Sergio Daniel Quiroga, la sociedad Ruffino SAS con un capital social de 30 mil pesos, pero solo integraron el 25 por ciento al momento de su constitución, obligándose a hacerlo con el resto “dentro de los dos años”.

Las SAS son sociedades anónimas simplificadas, una propuesta que llevó adelante el gobierno de Mauricio Macri para constituir instrumentos de modo rápido y con escaso control. Ideales para el descontrol.

Ruffino SAS, según figura en el Boletín Oficial de la provincia de Santa Fe, tiene por finalidad desde fabricar y comercializar indumentaria deportiva hasta la construcción, reformas y reparación de edificios y, a la vez, brindar servicio de organización de convenciones, exposiciones y shows, tanto culturales como deportivos.

Por último, el 19 de agosto del año pasado Bracamonte –que en los documentos declara ser “comerciante”–, constituyó la SRL Kabrasi junto al representante de jugadores de fútbol Juan Carlos Silvetti y otro socio con el propósito de “abastecimiento a buques de cabotaje y ultramar, aeronaves e instituciones públicas o privadas” de varios servicios.

El capital social inicial fue de 800 mil pesos, según los registros del Boletín Oficial. Los domicilios comerciales de esas sociedades fueron allanados por el fiscal Moreno, quien secuestró documentación que analizaba para utilizar en la acusación con Bracamonte, el próximo jueves.

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