Para el 80% del magisterio público de todo el país, el trabajo se incrementó fuertemente durante la pandemia. El dato se desprende de la Encuesta Nacional de la Ctera sobre “Salud y condiciones de trabajo docente en tiempos de emergencia sanitaria Covid 19”, que alcanzó a más de 15 mil docentes de todas las provincias. También que por ser un oficio desempeñado especialmente por mujeres, éstas son las más afectadas. La mayoría pone sus propios recursos, como los tecnológicos, para enseñar.
“Lo primero que resulta como dato relevante es que el 80% de los encuestados evidencia un fuerte aumento tanto en la cantidad de horas de trabajo como en la diversificación de las estrategias pedagógicas y didácticas respecto a lo que se venía haciendo antes de la pandemia”, dice el estudio de la Ctera realizado cuando ya habían transcurridos más de ochenta días de trabajo docente a la distancia (en todos los niveles y modalidades del sistema).
Según destaca el análisis, la información obtenida con esta encuesta “permitió visualizar la existencia de un conjunto de aspectos y factores que, de manera diversa y combinada, han impactado sobre el trabajo docente llevado a cabo con la modalidad no presencial en un contexto de pandemia”.
Una de las principales conclusiones que arroja el análisis de la información relevada es “la drástica transformación de la jornada educativa y laboral que se produjo a la par de la suspensión del dictado de las clases en los espacios físicos de las escuelas, junto a la decisión de garantizar la continuidad pedagógica a través de la implementación de diversos programas educativos con sus respectivos dispositivos tecnológicos de comunicación”.
Además del incremento considerable de horas de trabajo y despliegue de todo tipo de estrategias didácticas para llegar a las y los estudiantes, el informe de Ctera destaca que “uno de los principales impactos en la condición estructural de las/os docentes se da también por la condición de género”. El 84% del total de la docencia está constituido por mujeres, quienes además de desempeñar su oficio “asumen la mayor carga de responsabilidad en las tareas de cuidado, asistencia de los/as niños/as y jóvenes del hogar, como así también de las tareas domésticas”. Además unas y otras tareas se realizan en gran parte en el mismo espacio físico. Es decir, se da clases, se cocina y se cuida a la familia.
“Esa yuxtaposición de la responsabilidad familiar y laboral –señala el estudio- se ve fuertemente sobredemandada en gran parte de los hogares ya que del total de la docencia, el 39% de las/os educadoras/es son el único ingreso económico del hogar y el 34% son el principal ingreso; sólo un 27% declara no ser el principal ingreso económico de su hogar”.
Sin recursos tecnológicos
La encuesta de Ctera también saca a la luz otro aspecto de la situación de precarización laboral: la falta de recursos tecnológicos para realizar una tarea acorde, a la distancia. “No sólo estos elementos mayoritariamente son puestos a disposición por parte de los mismos docentes sin la cobertura de Estado, sino que además hay un 29% que directamente no dispone de dichos componentes tecnológicos como computadoras, notebooks u otros dispositivos similares”, detalla la Encuesta y agrega que “sólo el 30% dispone de computadora de manera permanente y un 41% de manera comparada. A lo que hay que sumarle que el 59% dice tener una conexión y conectividad inestables”.
Más horas, más sobrecarga laboral y poniendo recursos del propio bolsillo no pasan de largo en la salud docente: aumentan el estrés diario. También el estudio muestra que “la mayoría manifiesta la aparición o intensificación de malestares vinculados a la fatiga visual por la sobreexposición a las pantallas, contracturas cervicales, molestias articulares y musculares y dolores de cabeza”.
Según se detalla, esos malestares también están asociados a la falta de espacio y mobiliario adecuados para el trabajo cotidiano.
Más problemáticas
El estudio de la Ctera también da cuenta de las valoraciones que las y los propios docentes marcan como las “problemáticas principales” de su trabajo en este contexto. Señalan aquí a “las condiciones materiales de la vida cotidiana”, “la sobreexigencia derivada de la multiplicidad y superposición de tareas laborales y domésticas” y “la falta de recursos para el trabajo”.
También refieren a las dificultades de sus estudiantes “para poder sostener las comunicaciones necesarias para el proceso pedagógico, especialmente en aquellos sectores de la población con menos recursos”. Y también remarcan la cuestión de la insuficiencia del salario, lo cual resulta de una gran relevancia particularmente para el 73% de la docencia cuyo ingreso es el único o principal del hogar.
Paritaria nacional
La Ctera expresa que los datos que fue arrojando la implementación de la encuesta permitieron sostener con información empírica los planteos sectoriales tanto en el Acuerdo Paritario Nacional (del 4 de junio 2020) como en las respectivas mesas provinciales, “donde se fueron definiendo cuestiones referidas, entre otras, al sostenimiento de la integridad del salario docente, la limitación de la jornada laboral, el derecho a la intimidad y a la desconexión, al régimen de licencias, la obligación por parte de las patronales de convocar y designar reemplazantes y/o suplentes, el reconocimiento de toda enfermedad y/o accidente de trabajo y su cobertura por la Ley de Riesgos del Trabajo vigente”.
También expresa que la encuesta suma información valiosa para la defensa de los derechos laborales, más “cuando se reclama una nueva Paritaria Nacional Docente ante los nuevos desafíos que se imponen con la tan reclamada ‘vuelta a las aulas’”. Y contribuye además a la definición de protocolos y recomendaciones “para este posible regreso a los espacios físicos de las escuelas, que tendrá entre sus principales características, el desdoblamiento del trabajo docente en instancias presenciales e instancias no presenciales. Lo cual, necesariamente también tendrá que ser acordado en el marco de la Paritaria Nacional Docente”.
La Ctera –destacan desde la organización- participa de diversos espacios “para garantizar que la continuidad pedagógica se realice en las mejores condiciones posibles en este escenario”, y amparada en las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Internacional de la Educación (IE).
La encuesta completa puede leerse en las redes sociales de la Ctera.
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