Las noticias falsas (“fake news” en inglés) se replican setenta veces más que una verdadera, aseguró el escritor español Marc Amorós. Y pueden producir hechos concretos, en la “vida real”. Implican mucho más que una simple mentira. De hecho, el adjetivo inglés “fake” tiene connotaciones que amplían el concepto y apuntan al funcionamiento de una estratagema compleja, un engaño, una suerte de puesta en escena, un simulacro que se produce en un contexto determinado y preparado.
“Fake” no es exactamente lo mismo que “false” (“falso” en inglés), aunque en ciertos contextos puedan usarse como sinónimos. Entre las acepciones de “fake” está “falsificación”, “simulación”. Es algo fingido, simulado y fraudulento, no sólo “no cierto”. El diccionario Oxford incorpora, además, la cuestión emotiva a la que apuntan estas trampas mediáticas: “Cuando lo emocional predomina sobre la verdad”, indica sobre las “fake news”.
Las “fake news” intentan crear un mundo paralelo, configurado a partir de “hechos alternativos”, una expresión muy utilizada por el presidente de EEUU, Donald Trump, a quien los estudiosos le otorgan, por el uso y abuso que hizo de este tipo de falsías, un lugar importante en la larga historia de la manipulación y la mentira.
En ese mundo alternativo la verdad no importa. Por eso se habla del mundo (o la era) de la “posverdad”. Lo que importa es el denominado “sesgo de confirmación”: es verdad aquello que me da la razón, que confirma mis miedos, mis prejuicios, mis odios, mis resentimientos y emociones más inconfesables. Y es verdad por eso y sólo por eso. “El placer de confirmar creencias previas”, señalan Ernesto Calvo y Natalia Aruguete en su libro de 2020 Fake news, trolls y otros encantos.
En el “mundo fake” no importan los hechos ni los argumentos, sino las emociones que producen lo que se dice y cómo impacta en el receptor.
Por eso, lejos de ser una simple mentira, en el sentido restringido de algo falso, no cierto o sin correspondencia en la realidad, las “fake news” constituyen todo un relato.
Desde tiempos inmemoriales, desde la prehistoria de la narrativa, cuando predominaba el relato oral, el “hecho” o “acontecimiento” fue siempre apenas uno de los tantos componentes del relato. La acción de narrar puede presentar ese hecho de infinitas maneras, estilos, tonos, registros, léxico, y puntos de vista, por solo mencionar algunas de las posibilidades.
Cada una de esas decisiones sobre cómo narrar es ideológica, está comprometida con una determinada visión del mundo. Cada palabra que se elige ya está marcada políticamente, y tiene su historia y su genealogía. En la narración, el “cómo” hace al “qué”. Son inseparables.
Cuando se pone en palabras, cuando se convierte en texto un hecho (que por definición pertenece a un mundo otro, ajeno al del discurso), el hecho o acontecimiento pasa a ser una construcción del lenguaje. Esto ocurre siempre, aunque la noticia se ajuste a la verdad.
“El problema no es hacer trampa con los hechos. Los hechos pueden ser verdaderos, pero la forma en que se los seleccionan, ignorando otros, puede hacer que la noticia, compuesta sólo por hechos verdaderos, sea una mentira”, señaló el filósofo Slavoj Žižek, al tiempo que aseguró que las “fake news” más efectivas son las que se basan en hechos reales.
El pensador esloveno ofreció un ciclo de clases sobre el tema para la televisión rusa RT: “The real problem with fake news” (“El verdadero problema con las noticias falsas”), que es uno de los episodios del documental titulado “How to watch the news” (“Cómo ver las noticias”).
En el “mundo fake” no hay relación alguna entre las palabras y los referentes que estas designan, que muchas veces no existen. Esta estratagema implica, además, la intención de manipular, con objetivos no declarados, ocultos a las lectoras y los lectores. Hay intereses que no se dicen y que, de ser explicitados, pueden resignificar todo lo que se afirma. “Tienen un objetivo económico o ideológico”, señaló Amorós.
Según Amorós, a partir de 2017 (el inicio de la era Trump) el uso de la expresión inglesa “fake news” se incrementó el 365 por ciento. Los diccionarios Oxford y Collins la consideraron la “expresión del año”.
Amorós (autor de Fake News. La verdad de las noticias falsas), brindó una conferencia titulada “El fenómeno de las fake news” que se puede ver en línea y en la que brinda una serie de datos y estudios sobre el impacto y el efecto contagio de estas formas de violencia simbólica.
El “mundo fake” destruye los criterios de verdad, un consenso social básico para el orden simbólico.
Calvo y Aruguete ofrecen un análisis minucioso de lo que implica la destrucción de esos consensos básicos: nuestras creencias provienen de otros, de nuestros pares, de instituciones, o de los relatos de los antepasados, aseguran. “Cuando más alejados estamos de la evidencia, más dependemos de creencias colectivas que nos permiten conectar los puntos que median entre indicios y objetos”, señalan.
Los autores describen la ruptura de tres consensos: el cognitivo (creemos lo que coincide con creencias previas y descartamos el resto); el político (utilización de la mentira para dañar al oponente) y el ciudadano (balcanización de las narrativas políticas: una narrativa para cada grupo).
En el mundo alternativo los datos y las estadísticas carecen de importancia. No modifican las creencias previas o “razonamientos motivados” (como denominan Calvo y Aruguete al “sesgo de confirmación”). A lo sumo, en algunos casos particulares, puede haber una negociación entre la información que recibimos y nuestros prejuicios.
Las noticias falsas tienen un efecto performativo (del orden del acto, de la acción). No buscan describir un evento sino producir un efecto comunicacional, es decir producir un acto, un hecho real en el mundo real. Por eso muchas “fake news” se convierten en verdaderas, porque generan un acontecimiento, falso, inexistente en principio, pero que luego se convierte en “real”.
“La difusión de las fake news no guarda relación con la falsedad de una proposición, ni se la vincula a la dimensión noticiosa de un contenido. La información falsa, por el contrario, es un ejercicio de poder político cuyo objetivo es dañar al oponente y energizar al militante propio”, señalan Calvo y Aruguete en Fake news, trolls y otros encantos.
“La intención del troll es estratégica, y busca un cambio en el comportamiento político de la víctima”, agregan los autores.
La noticia falsa causa confusión. “Ya no se sabe en quién creer”, dice la ciudadana o el ciudadano que busca informarse. Pero los medios hegemónicos al servicio de los poderes fácticos ya no informan, y a la vez dicen que sí lo hacen, una doble mentira que daña gravemente el orden simbólico, el derecho a la información y, por consiguiente, la democracia.
Con medios concentrados y hegemónicos, la democracia pasa a ser una cáscara vacía. Pero la información, como la verdadera democracia, crece desde el pie.
En las antípodas de las trampas corporativas, los medios cooperativos y autogestionados se erigen hoy en la única posibilidad que tienen las ciudadanas y los ciudadanos de acceder a información confiable, sin trampas, sin estratagemas fake ni false.
Fuente: El Eslabón
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Miguel Tardewski
12/08/2020 en 9:43
Buenos días.
Primer lectura, rápida: interesante texto.
—
Te leo y releo varias veces. Luego daré mi punto de vista. Espero ordenar mejor mi comentario, y que mi mensaje llegue con mayor efectividad.
Cordiales saludos.
Miguel Tardewski
17/08/2020 en 17:39
En el primer párrafo se ha filtrado un error (involuntario, por supuesto).
«Las noticias falsas (“fake news” en inglés) se replican setenta veces más que una verdadera, aseguró el escritor español Marc Amorós».
Tal como se escucha en el video insertado de Marc Amorós, en el minuto 3 y en el 18, se trata solo de un SETENTA POR CIENTO más, no setenta veces más.
Miguel Tardewski
17/08/2020 en 17:43
Pablo: mi comentario tiene que ver con otra cosa, no con corregir errores, todos podemos equivocarnos.
Haré una reflexión sobre esos medios alternativos, que en algunos casos caen en el mismo defecto que atribuyen a los medios corporativos.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 21:19
Resumo mi tesis. Este artículo describe con claridad y precisión una forma de «desinformar», que se atribuye principalmente a «medios corporativos». Todo lo malo que hacen esos medios corporativos lo copio, textualmente debajo de la línea «=======», en el siguiente comentario.
Frente a esa práctica despreciable y peligrosa de los medios corporativos, cito textual a Pablo:
«En las antípodas de las trampas corporativas, los medios cooperativos y autogestionados se erigen hoy en la única posibilidad que tienen las ciudadanas y los ciudadanos de acceder a información confiable, sin trampas, sin estratagemas fake ni false.
A veces, no siempre, los medios cooperativos, alternativos y autogestionados caen en el mismo error y en la misma práctica que los otros, «los malos que están al servicio de los poderes concentrados». Y esto lo fundamento con lo que ocurre en la Cooperativa La Toma (Tucumán 1349, Rosario), y cómo tratan su situación los siguiente medios, Redacción Rosario, Página 12, El Ciudadano Web, Conclusión Rosario, y periodistas como Juane Basso, Marcela Isaías, Sonia Tessa, Claudio Socolsky, José Maggi. He citado solo algunos medios y algunos profesionales de prensa. Hay algunos más.
La importancia a La Toma no se la doy yo, se la dan los medios, que publican sobre la misma. En Redacción Rosario tiene la jerarquía digital de «etiqueta», al pie de las notas el lector puede pulsar en etiquetas como «Carlos Ghioldi» o «La Toma» y acceder a otras notas.
También La Toma tiene su espacio en el ámbito municipal (exorbitante deuda de Tgi, Drei y Etur, sumado al apoyo que recibe de Concejales), en la provincia (leyes de expropiación, expediente de la quiebra del Hipermercado Tigre, órdenes de desalojo, proyecto elaborado por La Toma para que la provincia «compre la hipoteca», junto a cifras astronómicas de impuesto inmobiliario adeudado y falta de presentación de ingresos brutos), en la nación (apoyo de una comisión de diputados, incumplimientos por impuestos de afip, presentación de balances anuales y de las obligaciones de las sociedades cooperativas).
Miguel Tardewski
24/08/2020 en 21:37
FE DE ERRATAS. Omití cerrar comillas en la cita que hago del texto de Bilsky. Finaliza en «sin trampas, sin estratagemas fake ni false.» Lo que sigue a continuación: «A veces, no siempre, los medios cooperativos…» son palabras mías. Pido disculpas.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 21:21
Línea =========================,
debajo de la cual te muestro lo que hacen esos medios corporativos, cito textualmente al autor, el que a su vez ha citado a otros.
Entre las acepciones de “fake” está “falsificación”, “simulación”. Es algo fingido, simulado y fraudulento, no sólo “no cierto”.
El diccionario Oxford incorpora, además, la cuestión emotiva a la que apuntan estas trampas mediáticas: “Cuando lo emocional predomina sobre la verdad”, indica sobre las “fake news”.
Las “fake news” intentan crear un mundo paralelo, configurado a partir de “hechos alternativos”. En ese mundo alternativo la verdad no importa.
En el “mundo fake” no importan los hechos ni los argumentos, sino las emociones que producen lo que se dice y cómo impacta en el receptor.
las “fake news” constituyen todo un relato.
“El problema no es hacer trampa con los hechos. Los hechos pueden ser verdaderos, pero la forma en que se los seleccionan, ignorando otros, puede hacer que la noticia, compuesta sólo por hechos verdaderos, sea una mentira”.
Esta estratagema implica, además, la intención de manipular, con objetivos no declarados, ocultos a las lectoras y los lectores. Hay intereses que no se dicen y que, de ser explicitados, pueden resignificar todo lo que se afirma. “Tienen un objetivo económico o ideológico”, señaló Amorós
En el mundo alternativo los datos y las estadísticas carecen de importancia. No modifican las creencias previas o “razonamientos motivados” (como denominan Calvo y Aruguete al “sesgo de confirmación”). A lo sumo, en algunos casos particulares, puede haber una negociación entre la información que recibimos y nuestros prejuicios.
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Miguel Tardewski
22/08/2020 en 21:25
En mis comentarios a la nota:
https://redaccionrosario.com/2018/08/14/buitres-al-acecho-de-la-toma/
se pueden leer datos precisos y conceptos donde se cuenta la verdad sobre La Toma, que los medios cooperativos, alternativos y autogestionados ocultan, callan y distorsionan, muy influidos por el discurso de Carlos Ghioldi, cuyas palabras reproducen sin investigar y cayendo en errores graves de concepto y de información.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 21:45
Tomemos casos concretos.
Las leyes de expriopiación.
Los citados medios y periodistas no han escrito ni enfatizado que las dos expropiaciones fueron por el uso temporal (no por el dominio del inmueble), el cual según la ley provincial 7534 no puede exceder los dos años. Siendo que esas leyes fueron sancionadas en 2004 y 2008, ese uso temporal ya ha expirado, y La Toma ha usado ese inmueble y los muebles que quedaron al cierre, por mucho más de dos años (al día de hoy 19 años corridos). La Provincia no pagó el alquiler, perjudicando a los acreedores de la quiebra, el beneficiado fue La Toma. Las dos leyes de expropiación fueron declaradas inconstitucionales con sólidos fundamentos por la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, sin que la parte derrotada apelara ante CSJN. (Sedesa no impulsó ese fallo como informó irresponsablemente Sonia Tessa).
Las dos leyes de expropiación no son una aval a todo lo realizado en La Toma, Ghioldi distorsiona la expresión «utilidad pública» como ya he explicado por separado en los comentarios mencionados.
Los citados medios y periodistas no informan sobre esto, es más, parecen desconocerlo. Un buen ejemplo es la nota de José Maggi,
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-17351-2009-02-18.html
El título es erróneo «La Toma es de los trabajadores», cuando el mismo autor de la nota copia la ley donde se lee una vez más «uso temporal». (¿copian y pegan sin leer ni analizar, sin revisar la coherencia de la nota?).
El cierre de la nota también es incorrecto: «En noviembre de 2007, uno de los argumentos esgrimidos por la jueza en lo civil y comercial número 14, María de los Milagros Lotti, era que había vencido la expropiación temporaria del local a favor de la cooperativa. El reclamo de entonces era la sanción de una ley de expropiación definitiva, que garantizara la continuidad de actividades que generan decenas de puestos de trabajo.»
Cabe decir que el argumento de la jueza surgía de la letra de la ley anterior (la número 12.317). Y esta nueva ley al momento de la redacción de la nota (año 2009), también otorgaba el uso temporal (no puede superar los dos años), no otorgaba el dominio del inmueble como lo sugieren el título y el último párrafo.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 22:26
Hipoteca, bancos quebrados, Sedesa y fondos buitres.
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Un capítulo de lujo en todos los pifios desinformativos de los medios alternativos es este.
Empiezan desconociendo el nombre de una entidad creada por ley nacional (por el Congreso de la Nación Argentina, entidad fundamental de nuestras instituciones democráticas). Sedesa es «Seguro de Depósitos Sociedad Anónima». En los primeros tiempos Carlos Ghioldi le decía «Servicio de Depósito» y muchos periodistas se quedaron en ese nombre y en que Sedesa es un fondo buitre.
Como he señalado en los comentarios antes referidos, Sedesa es una entidad fundamental del sistema de créditos. Muchas naciones desarrolladas, con sistemas financieros avanzados, tienen entidades de seguro de depósitos, las cuales se nuclean en una entidad internacional. Pero para algunos es un fondo buitre ….
La hipoteca con la que el Hipermercado Tigre compró y pagó el inmueble al Hogar Obrero se constituyó en 1993, a favor del Banco Roca. Los medios repiten lo que dice Ghioldi, que ese «banco quebró de inmediato». Cuento con otra información, el Banco Roca fue absorbido por el Banco Almafuerte en diciembre de 1994, no hay noticias de un expediente de la quiebra del Banco Roca (y si lo hubiera, esa hipoteca era parte del activo del Banco Roca, con lo cual se hubiera negociado para pagar a los eventuales acreedores).
«La hipoteca pasó por siete bancos, que fueron quebrando», delira Ghioldi, y los periodistas repiten (que un tipo delire y diga disparates, puede entenderse; que los periodistas lo copien sin pensar ni dudar ni investigar, como si esa fuente fuera confiable, me parece algo muy grave).
He explicado que el circuito de la hipoteca fue: Banco Roca, Banco Almafuerte (por absorción de diciembre de 1994, aprobada por BCRA), Banco Finansur (cesión ante escribano público en 1999). Este banco inicia la ejecución hipotecaria (BANCO FINANSUR c/HIPERMERCADO TIGRE s/Concurso Especial; Expte. 43/2002), teniendo la condición de acreedor privilegiado en la quiebra del Tigre. El Banco Finansur le cedió a su vez su crédito a SEDESA SA.
En resumen, tres bancos y un fondo de garantía de depósitos, en cuya actividad la cesión de créditos es parte de su operatoria normal. O sea que no son siete bancos, ni seis, ni cinco (Ghioldi ha ido bajando las cantidades de los bancos con el paso de los años, o en función del viento, aún no se sabe…).
Hay algo interesante, en la nota Buitres al acecho… https://redaccionrosario.com/2018/08/14/buitres-al-acecho-de-la-toma/
hay un video insertado. En esa asamblea está presente el Dr. Juan Lewis, abogado, ex ministro de justicia provincial. He observado a Juan mientras Ghioldi dice disparates sobre la hipoteca, los bancos y Sedesa. Me da la sensación de que Lewis se da cuenta del desavarío de Ghioldi y se va escondiendo, se va poniendo serio, trata de esquivar el gesto de Ghioldi que busca el aval de Juan a las barbaridades que dice.
«Golpear a la constitución de Sedesa», pide Ghioldi, «y que depongan su actitud irracional». Parece un guión de Fellini.
Mirá Ghioldi, te lo digo corto y directo: por lo citado y por fuentes contrastables (Juan Lewis te lo puede explicar claramente, es un tipo inteligente y tiene paciencia), Sedesa es el legítimo acreedor hipotecario, puede pedir el remate y el desalojo, todo eso consta en la actuaciones del expediente de la quiebra.
Los derechos que tiene Sedesa están prolijamente inscriptos en asientos en el Registro de la Propiedad. No son «cuatro yupies de Puerto Madero, que no tienen nada que ver, que nunca pusieron plata», tampoco es correcto decir «que lo tiene heredado», la expresión técnica es que el Banco Finansur le ha cedido el crédito.
Sedesa no es un fondo de basura bancaria, no se un fondo residual. No encontró «papeluchos de una hipoteca residual impaga», no estuvo «hurgueteando» (qué mal gusto para elegir palabras!) para ver a quién joder. El mundo no funciona así. No confundas tu griterío y tus expectativas con la verdad. La verdad es otra cosa, y en este caso, periodistas respetables de medios alternativos y cooperativos se olvidaron de buscarla, no investigaron, te creyeron y terminaron escribiendo cualquier cosa, distorsionando, ocultando y desinformando (parecen reproducir las prácticas de los medios corporativos).
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 22:48
Un tema silenciado, las deudas y las obligaciones de La Toma.
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He escrito en detalle sobre toda la deuda generada desde 2001 por Tasa General de Inmuebles (Municipalidad de Rosario) e Impuesto Inmobiliario.
Cada tributo hoy implica $ 40.000 mensuales. Pero la deuda acumulada es de varios millones de pesos.
¿La Toma debe pagar TGI e inmobiliario?. Opino que sí. ¿qué les parece?.
También está alcanzado por Drei, Ingresos Brutos, Iva, etc. Opino que también debe pagarlos.
Hasta hace poco estaban pagando la luz, el gas y el agua. Pero con el Agua empezaron a atrasarse antes de la pandemia, ya que deben las facturas desde enero de 2020, la deuda de Aguas hoy es de casi 400 mil pesos.
Ghioldi ya informó (ante el silencio inmoral del periodista que lo entrevistaba), que si van cuadrillas a cortar servicios, los van a sacar a patadas. Tengo grabada la entrevista, a disposición de quién la pida.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 22:50
En otro aspecto, el incumplimiento de las obligaciones por parte de La Toma es escandaloso.
TEMAS DE SEGURIDAD, APORTES, HABILITACIONES, INSCRIPCIONES
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* El estacionamiento es un desastre, no hay barreras, no hay matafuego y balde de arena, no está pintado el piso para delimitar los espacios para los autos, falta seguro de incendio y contra terceros. El estacionamiento no está habilitado, con lo cual corresponde su clausura inmediata.
* Al fondo, en el reciclaje, hay riesgo de incendio, además de que esa actividad no está habilitada (Ley de Basura Cero, 13055, provincia de Santa Fe, más de 10 años de vigencia, autor del proyecto, Pablo Javkin, actual intendente de Rosario).
* Adentro hay riesgo eléctrico, ver revisión de tableros, jabalinas, control por el Ingeniero de Seguridad, nivel óptimo de iluminación.
* Ver fecha de la última visita de ART, plan de seguridad, evacuación, contingencias, capacitación al personal en materia de seguridad, entrega de ropa de trabajo y elementos de protección personal.
* Ver cobertura de ART para todos los empleados y trabajadores, que cubra riesgo en lugar de trabajo e in itinere.
* Seguro de vida de convenio de todos los trabajadores.
* Ver los aportes jubilatorios de todos los trabajadores en relación de dependencia, obra social, aporte sindicial, etc.
* Ver las inspecciones periódicas que debió hacer la municipalidad y bromatología por la realización de actividades de manipulación de alimentos (control de libreta sanitaria y curso de manipulación de alimentos).
* Ver el pago del DREI, directamente relacionado con las inspecciones (bien gracias, tienen una deuda enorme, y decenas de períodos sin declarar). Corresponde la inmediata revocación de la habilitación precaria de la Municipalidad.
Miguel Tardewski
24/08/2020 en 21:39
Agrego aquí un comentario, que el sistema me rechaza si lo hago por separado:
EL ESTACIONAMIENTO:
——————-
Este un capítulo aparte del asunto que nos ocupa. Según mis estimaciones, fue una fuente muy importante (quizá la principal) de los ingresos para Carlos Ghioldi y algunos del entorno más cercano. Hasta febrero mi cálculo era: 36 cocheras, por diez horas, 360 horas diarias, por 22 días, 7920 horas mensuales, por $ 50, una recaudación cercana mensual de $ 400 lucas. Único gasto: dos o tres cuadernitos y biromes. Nada más. No tiene barreras, no hay pintura, no hay matafuegos, no hay tickets ni recibos.
400 lucas a repartir vaya a saber cómo. He escrito que sería bueno que La Toma y «Carlitos» rindan planillas de caja diaria, arqueos, retiros de dinero, recibos, asientos contables, métodos de atesoramiento, control y auditoría, quién autorizó los movimientos, como se decidieron los destinos de los fondos recaudados. Pero podemos sospechar que no hay nada de eso. En un contrapunto que tuvimos antes de que me bloquee por Facebook, Ghioldi tuvo la caradurez de negar que funciona un estacionamiento. Le dije, mirá, estacioné dos años seguidos, al entrar tenía que ir a la puerta (o ventanita los días de frío), informar mi patente. Al salir, pasar por igual lugar, en función de lo anotado en el cuadernito, se calculaba el importe, y pagar como todo ciudadano en cualquier estacionamiento. Sin recibo, sin ticket, todo bien en negro (como los empresarios que tanto critica Carlitos).
El iva que he estimado por el estacionamiento es de 60 / 80 lucas mensuales, su falta de declaración y pago dejan a Ghioldi al alcance de la ley penal tributaria.
Hay dos hechos candorosos y sinceros, que respaldan la existencia del estacionamiento. Son de dos defensores. Una es Marcela Iasías, en «La fuerza de La Toma» ( https://redaccionrosario.com/2019/07/04/la-fuerza-de-la-toma/ ). Copio: «Además de funcionar el comedor de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un mercado de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), un bar, un estacionamiento y la Librería Obrera Federico Engels. Todo eso se repasa en cada discurso… »
El otro es Gabriel Rojo Antognini ( http://www.lavanguardiadigital.com.ar/index.php/2017/01/17/la-toma-sueno-y-realidad-de-la-autogestion-obrera/ )
«Llego a calle Tucumán 1349 de la ciudad de Rosario. Entro con el auto y lo estaciono en algún lugar que queda libre. La mayoría de las veces es difícil encontrar espacio aquí. Me bajo del auto y camino por un playón abierto mientras pienso que podría irme sin pagar el estacionamiento y nadie se daría cuenta. Entro al establecimiento y saludo a la chica que se acerca hasta una pequeña oficina al costado de la puerta. Le digo la patente del auto y la anota en su cuadernillo Éxito de hojas cuadriculadas que parece una planilla de Excel. Es temprano aún –pienso mientras observo la hora en mi teléfono móvil. Tengo tiempo para un café.»
Rojo también nos confirma nuestra observación de que suele haber plena ocupación de cocheras… Mi cálculo no debe estar muy errado. Y Marcela nos dice que todo eso se repasa en cada discurso (parte de ese todo es el estacionamiento, ella misma lo detalla).
Para cerrar, cito lo que me dijo uno de los que me cobraba el estacionamiento. «Familias de trabajadores del Tigre quedamos cinco nomás, vivimos de la carnicería, que deja muy poco, y del estacionamiento. El resto es toda gente nueva.»
Creo que no es necesario aclarar mucho más. Todo esto el periodismo no lo investiga.
Trataré de cerrar mis comentarios a esta nota con algo relacionado con el discurso de Carlos Ghioldi, y algún mensaje a PABLO BILSKY, quien está en pleno derecho de no querer saber nada sobre La Toma, pero que quede bien en claro que si publicás seguido sobre Fakes News, y el medio en donde lo publicás no trata correctamente un tema (en esta caso La Toma), un lector tiene derecho a expresarlo. La Toma es la noticia falsa de Página, Redacción Rosario, El Ciudadano, etc.
Miguel Tardewski
22/08/2020 en 23:32
EL ESTACIONAMIENTO:
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Este un capítulo aparte del asunto que nos ocupa. Según mis estimaciones, fue una fuente muy importante (quizá la principal) de los ingresos para Carlos Ghioldi y algunos del entorno más cercano. Hasta febrero mi cálculo era: 36 cocheras, por diez horas, 360 horas diarias, por 22 días, 7920 horas mensuales, por $ 50, una recaudación cercana mensual de $ 400 lucas. Único gasto: dos o tres cuadernitos y biromes. Nada más. No tiene barreras, no hay pintura, no hay matafuegos, no hay tickets ni recibos.
400 lucas a repartir vaya a saber cómo. He escrito que sería bueno que La Toma y «Carlitos» rindan planillas de caja diaria, arqueos, retiros de dinero, recibos, asientos contables, métodos de atesoramiento, control y auditoría, quién autorizó los movimientos, como se decidieron los destinos de los fondos recaudados. Pero podemos sospechar que no hay nada de eso. En un contrapunto que tuvimos antes de que me bloquee por Facebook, Ghioldi tuvo la caradurez de negar que funciona un estacionamiento. Le dije, mirá, estacioné dos años seguidos, al entrar tenía que ir a la puerta (o ventanita los días de frío), informar mi patente. Al salir, pasar por igual lugar, en función de lo anotado en el cuadernito, se calculaba el importe, y pagar como todo ciudadano en cualquier estacionamiento. Sin recibo, sin ticket, todo bien en negro (como los empresarios que tanto critica Carlitos).
El iva que he estimado por el estacionamiento es de 60 / 80 lucas mensuales, su falta de declaración y pago dejan a Ghioldi al alcance de la ley penal tributaria.
Hay dos hechos candorosos y sinceros, que respaldan la existencia del estacionamiento. Son de dos defensores. Una es Marcela Iasías, en «La fuerza de La Toma» ( https://redaccionrosario.com/2019/07/04/la-fuerza-de-la-toma/ ). Copio: «Además de funcionar el comedor de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un mercado de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), un bar, un estacionamiento y la Librería Obrera Federico Engels. Todo eso se repasa en cada discurso… »
El otro es Gabriel Rojo Antognini ( http://www.lavanguardiadigital.com.ar/index.php/2017/01/17/la-toma-sueno-y-realidad-de-la-autogestion-obrera/ )
«Llego a calle Tucumán 1349 de la ciudad de Rosario. Entro con el auto y lo estaciono en algún lugar que queda libre. La mayoría de las veces es difícil encontrar espacio aquí. Me bajo del auto y camino por un playón abierto mientras pienso que podría irme sin pagar el estacionamiento y nadie se daría cuenta. Entro al establecimiento y saludo a la chica que se acerca hasta una pequeña oficina al costado de la puerta. Le digo la patente del auto y la anota en su cuadernillo Éxito de hojas cuadriculadas que parece una planilla de Excel. Es temprano aún –pienso mientras observo la hora en mi teléfono móvil. Tengo tiempo para un café.»
Rojo también nos confirma nuestra observación de que suele haber plena ocupación de cocheras… Mi cálculo no debe estar muy errado. Y Marcela nos dice que todo eso se repasa en cada discurso (parte de ese todo es el estacionamiento, ella misma lo detalla).
Para cerrar, cito lo que me dijo uno de los que me cobraba el estacionamiento. «Familias de trabajadores del Tigre quedamos cinco nomás, vivimos de la carnicería, que deja muy poco, y del estacionamiento. El resto es toda gente nueva.»
Creo que no es necesario aclarar mucho más. Todo esto el periodismo no lo investiga.
Trataré de cerrar mis comentarios a esta nota con algo relacionado con el discurso de Carlos Ghioldi, y algún mensaje a PABLO BILSKY, quien está en pleno derecho de no querer saber nada sobre La Toma, pero que quede bien en claro que si publicás seguido sobre Fakes News, y el medio en donde lo publicás no trata correctamente un tema (en esta caso La Toma), un lector tiene derecho a expresarlo. La Toma es la noticia falsa de Página, Redacción Rosario, El Ciudadano, etc.
Miguel Tardewski
24/08/2020 en 21:35
EL ESTACIONAMIENTO:
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Este un capítulo aparte del asunto que nos ocupa. Según mis estimaciones, fue una fuente muy importante (quizá la principal) de los ingresos para Carlos Ghioldi y algunos del entorno más cercano. Hasta febrero mi cálculo era: 36 cocheras, por diez horas, 360 horas diarias, por 22 días, 7920 horas mensuales, por $ 50, una recaudación cercana mensual de $ 400 lucas. Único gasto: dos o tres cuadernitos y biromes. Nada más. No tiene barreras, no hay pintura, no hay matafuegos, no hay tickets ni recibos.
400 lucas a repartir vaya a saber cómo. He escrito que sería bueno que La Toma y «Carlitos» rindan planillas de caja diaria, arqueos, retiros de dinero, recibos, asientos contables, métodos de atesoramiento, control y auditoría, quién autorizó los movimientos, como se decidieron los destinos de los fondos recaudados. Pero podemos sospechar que no hay nada de eso. En un contrapunto que tuvimos antes de que me bloquee por Facebook, Ghioldi tuvo la caradurez de negar que funciona un estacionamiento. Le dije, mirá, estacioné dos años seguidos, al entrar tenía que ir a la puerta (o ventanita los días de frío), informar mi patente. Al salir, pasar por igual lugar, en función de lo anotado en el cuadernito, se calculaba el importe, y pagar como todo ciudadano en cualquier estacionamiento. Sin recibo, sin ticket, todo bien en negro (como los empresarios que tanto critica Carlitos).
El iva que he estimado por el estacionamiento es de 60 / 80 lucas mensuales, su falta de declaración y pago dejan a Ghioldi al alcance de la ley penal tributaria.
Hay dos hechos candorosos y sinceros, que respaldan la existencia del estacionamiento. Son de dos defensores. Una es Marcela Iasías, en «La fuerza de La Toma» ( https://redaccionrosario.com/2019/07/04/la-fuerza-de-la-toma/ ). Copio: «Además de funcionar el comedor de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un mercado de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), un bar, un estacionamiento y la Librería Obrera Federico Engels. Todo eso se repasa en cada discurso… »
El otro es Gabriel Rojo Antognini ( http://www.lavanguardiadigital.com.ar/index.php/2017/01/17/la-toma-sueno-y-realidad-de-la-autogestion-obrera/ )
«Llego a calle Tucumán 1349 de la ciudad de Rosario. Entro con el auto y lo estaciono en algún lugar que queda libre. La mayoría de las veces es difícil encontrar espacio aquí. Me bajo del auto y camino por un playón abierto mientras pienso que podría irme sin pagar el estacionamiento y nadie se daría cuenta. Entro al establecimiento y saludo a la chica que se acerca hasta una pequeña oficina al costado de la puerta. Le digo la patente del auto y la anota en su cuadernillo Éxito de hojas cuadriculadas que parece una planilla de Excel. Es temprano aún –pienso mientras observo la hora en mi teléfono móvil. Tengo tiempo para un café.»
Rojo también nos confirma nuestra observación de que suele haber plena ocupación de cocheras… Mi cálculo no debe estar muy errado. Y Marcela nos dice que todo eso se repasa en cada discurso (parte de ese todo es el estacionamiento, ella misma lo detalla).
Para cerrar, cito lo que me dijo uno de los que me cobraba el estacionamiento. «Familias de trabajadores del Tigre quedamos cinco nomás, vivimos de la carnicería, que deja muy poco, y del estacionamiento. El resto es toda gente nueva.»
Creo que no es necesario aclarar mucho más. Todo esto el periodismo no lo investiga.
Trataré de cerrar mis comentarios a esta nota con algo relacionado con el discurso de Carlos Ghioldi, y algún mensaje a PABLO BILSKY, quien está en pleno derecho de no querer saber nada sobre La Toma, pero que quede bien en claro que si publicás seguido sobre Fakes News, y el medio en donde lo publicás no trata correctamente un tema (en esta caso La Toma), un lector tiene derecho a expresarlo. La Toma es la noticia falsa de Página, Redacción Rosario, El Ciudadano, etc.
Miguel Tardewski
25/08/2020 en 22:25
EL ESTACIONAMIENTO DE LA TOMA:
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(Tres veces he intentado sin éxito ingresar este texto en los comentarios, supongo que es porque tenía dos links de páginas web; ahora los suprimo, solo incluyo referencias para ubicarlas).
Este es un capítulo aparte del asunto que nos ocupa. Según mis estimaciones, fue una fuente muy importante (quizá la principal) de los ingresos para Carlos Ghioldi y algunos del entorno más cercano. Hasta febrero 2020 mi cálculo era: 36 cocheras por diez horas, 360 horas diarias, por 22 días, 7920 horas mensuales, por $ 50, una recaudación aproximada mensual de $ 400 lucas. Único gasto: dos o tres cuadernitos y biromes. Nada más. No tiene barreras, no hay pintura, no hay matafuegos, no hay tickets ni recibos. No pagan Drei, ni Ingresos Brutos, ni IVA.
400 lucas a repartir vaya a saber cómo. He escrito que sería bueno que La Toma y «Carlitos» rindan planillas de caja diaria, arqueos, retiros de dinero, recibos, asientos contables, métodos de atesoramiento, control y auditoría, quién autorizó los movimientos, cómo se decidieron los destinos de los fondos recaudados. Pero podemos sospechar que no hay nada de eso. En un contrapunto que tuvimos antes de que me bloquee por Facebook, Ghioldi tuvo la caradurez de negar que funciona un estacionamiento. Le dije, mirá, estacioné dos años seguidos, al entrar tenía que ir a la puerta (o ventanita los días de frío), informar mi patente. Al salir, pasar por igual lugar, en función de lo anotado en el cuadernito, se calculaba el importe, y pagar como todo ciudadano en cualquier estacionamiento. Sin recibo, sin ticket, todo bien en negro (como los empresarios que tanto critica Carlitos).
El iva que he estimado por el estacionamiento es de 60 / 80 lucas mensuales, su falta de declaración y pago dejan a Ghioldi al alcance de la ley penal tributaria.
Hay dos hechos candorosos y sinceros, que respaldan la existencia del estacionamiento. Son de dos defensores. Una es Marcela Iasías, en «La fuerza de La Toma» (en este mismo diario digital, Redacción Rosario, año 2019). Copio: «Además de funcionar el comedor de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un mercado de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), un bar, un estacionamiento y la Librería Obrera Federico Engels. Todo eso se repasa en cada discurso… »
El otro es Gabriel Rojo Antognini (en «lavanguardiadigital», artículo de 2017 «La Toma, sueño y realidad de la autogestión obrera»).
«Llego a calle Tucumán 1349 de la ciudad de Rosario. Entro con el auto y lo estaciono en algún lugar que queda libre. La mayoría de las veces es difícil encontrar espacio aquí. Me bajo del auto y camino por un playón abierto mientras pienso que podría irme sin pagar el estacionamiento y nadie se daría cuenta. Entro al establecimiento y saludo a la chica que se acerca hasta una pequeña oficina al costado de la puerta. Le digo la patente del auto y la anota en su cuadernillo Éxito de hojas cuadriculadas que parece una planilla de Excel. Es temprano aún –pienso mientras observo la hora en mi teléfono móvil. Tengo tiempo para un café.»
Rojo también nos confirma nuestra observación de que suele haber plena ocupación de cocheras… Mi cálculo no debe estar muy errado. Y Marcela nos dice que todo eso se repasa en cada discurso (parte de ese todo es el estacionamiento, ella misma lo detalla).
Para cerrar, cito lo que me dijo uno de los que me cobraba el estacionamiento. «Familias de trabajadores del Tigre quedamos cinco nomás, vivimos de la carnicería, que deja muy poco, y del estacionamiento. El resto es toda gente nueva.»
Creo que no es necesario aclarar mucho más. Todo esto el periodismo no lo investiga. El estacionamiento no tiene habilitación municipal, corresponde su clausura inmediata; allí no se respetan las mínimas normas de seguridad.
Trataré de cerrar mis comentarios a esta nota con algo relacionado con el discurso de Carlos Ghioldi, y algún mensaje a Pablo Bilsky, quien está en pleno derecho de no querer saber nada sobre La Toma, pero que quede bien en claro que si publicás seguido sobre Fakes News, y el medio en donde lo publicás no trata correctamente un tema (en esta caso La Toma), un lector tiene derecho a expresarlo. La Toma es la noticia falsa de Página, Redacción Rosario, El Ciudadano, etc.
Saludos.