(Desde Francia para Redacción Rosario/El Eslabón) Este 2020 no nos dio muchas posibilidades de bajar a manifestar, ser nosotras, nosotros, nosotres en las calles. Ni aquí, ni allá, ni en ninguna parte… 2020, año perturbador si los hay (quedan algunos días todavía para que nos siga sorprendiendo)
Sin embargo el #19F 2020, en la Place de la République en París, cuando todavía casi nada indicaba que algo iba a ser distinto este año que estábamos estrenando, puedo asegurar que el estremecimiento que sentí al mezclarme y hacernos una, con más de un centenar de mujeres solidarias y comprometidas con la vague verte que, a 15 mil km, allá en la Argentina, estallaba para exigir, esta vez y definitivamente, Aborto Legal Seguro y Gratuito, esa sensación de pertenencia, hacía mucho tiempo que, en esta Francia en la que hoy vivo, no me atravesaba.
El Pañuelazo había sido convocado por un conjunto de mujeres argentinas y latinoamericanas a las que se sumaban agrupaciones francesas como el Planning Familiale, Des Pains et des Roses, Alerte Féministe, Pas une de Moins, Nous Toutes, el Coletiva Marielles, France Amérique Latine, (representada por su presidenta la abogada especializada en Derechos Humanos, Sophie Tonon), que sostenían, desde sus particularidades, las luchas de las mujeres en Argentina.
Con pancartas, más o menos caseras, más o menos coloridas, más o menos escritas a puro fibrón, de todo tamaño, en francés y en castellano, exigían un derecho que en Francia representa un acquis desde hace exactamente 45 años, a partir de la sanción de la ley Veil por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, del 17 de enero de 1975.
En 2018, cuando en Francia se realizaba el segundo Pañuelazo por el aborto legal, tuve mi primer contacto con las agrupaciones feministas galas. La manifestación ocurría en la Explanada de los Derechos Humanos, en París, marco majestuoso si los hay. La Plaza del Trocadero, con la hierática, imponente Tour Eiffel detrás y cientos de pañuelos verdes agitándose al ritmo de “¡Aborto legal, en el hospital!”, la explosión de rostros pintados de verde, tan verdes como las cabelleras, los aretes y pulseras, las remeras y mochilas, nos incendiaban con una energía tan alegre, tan expansiva, que era como si nos abrazara y nos contuviera amorosamente un gigantesco triángulo verde, mientras que los cánticos en castellano y con acento francés, nos aunaban con una fuerza que parecía llegar del otro lado del océano.
Pero vuelvo a este febrero, este de 2020, bajo una lluvia invernal y obcecada, cuando un grupo de mujeres, tras vendarse los ojos con tiras negras, comenzaba a golpear el piso con los pies, moviendo los brazos… “El violador eres tú…”, manifestación que veía por primera vez “en vivo” y que me había dejado estupefacta en las redes sociales. “El patriarcado es un juez…”, ese potente grito nacido de la garganta y las tripas de mujeres chilenas y que recorría todo el mundo, instalándose el #19F 2020, en la Place de La République. El pañuelo verde por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el que me había traído un mes antes desde mi Rosario, se transformaba en bandera de Justicia y la extrañada Lili Pauluzzi, la que me había abierto la cabeza tantísimos años antes, estaba aquí con nosotras, en París, Place de la République.
No soy nueva en esta cuestión de hacer coexistir periodismo y militancia. Probablemente sea mi sino en la profesión que adoro y que me sigue haciendo estremecer como el primer día, 35 años después de haberla elegido. Y lejos de renegar, cada vez que bajo a las calles “a cubrir” sabiendo que bajo también a fundirme con otras y otros que mucho antes que yo, ya eran lucha, conciencia, eran justicia, eran el camino a seguir, siento que no me equivoqué del todo. Y que el mundo todavía es ese lugar en donde agradezco estar, para ser arte y parte, para luchar por nuestros derechos, gritar para que se escuche: ¡que sea verde positivo, es nuestro deseo, es nuestra esperanza, es nuestra vida!
#SeraLey2020 #EsUrgente #AbortoLegalEsVida
(*) Periodista
