La Asociación Trabajadores de Museos lanzó una convocatoria, en el marco de los 45 años del Golpe, para contar, a través de relatos, imágenes o archivos, lo que se vivió el 24 de marzo de 1976.
“La Asociación de Trabajadores de los Museos (ATM) nació por la necesidad de consolidar y dar cabida a problemáticas en el ámbito laboral de los museos, además de compartir y nutrirnos con la teoría y práctica originada en la museología”, explica Verónica Jeria, licenciada del Área de Museografía y Conservación del Museo Etnográfico Juan Bautista Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
“Nos interesa –aporta María Belén Molinengo, del Museo Provincial Ciencias Naturales Dr Ángel Gallardo, de Rosario–, que la convocatoria lanzada con varios sitios de la Memoria, para debatir sobre cómo el terrorismo de Estado operó sobre los museos y políticas culturales, continúe durante todo 2021”.
Agrega que “invitamos a trabajadores, investigadores, para contar qué pasó en los museos. Ya tenemos mucho material, y cómo los 45 años se cumplen durante todo el año, seguiremos con los trabajos para organizar una publicación o jornadas”.
La convocatoria apunta a “socializar, intercambiar y difundir la realidad de los museos de nuestro país y las experiencias de sus trabajadorxs. Conocer y compartir novedades sobre la museología que se desarrolla en otros países, especialmente de América Latina. A la vez se quiere comunicar posibilidades y oportunidades de formación profesional (becas, jornadas, congresos, publicaciones)”.
También indican el deseo de crear espacios para contribuir al fortalecimiento de la museología participativa y de la preservación de los patrimonios de las distintas culturas e identidades de nuestro pueblo.
Además resaltan que “sostenemos que los museos no tienen sólo la función de salvaguardar y comunicar el patrimonio, sino que deben cumplir con una función social y cultural para sus comunidades de pertenencia y de uso. Creemos en el poder transformador de los museos, en su potencial como formadores de conciencia para el pleno ejercicio de los derechos humanos, cívicos, políticos y sociales”.
La agrupación nació por las asambleas presenciales y luego las plataformas en la web facilitaron la comunicación y el intercambio de ideas y la coordinación de talleres, encuentros, jornadas.
Sostienen que “como trabajadorxs nos involucramos con los procesos de Memoria de nuestras regiones, y con los espacios patrimonializados que dan cuenta del terrorismo de Estado implementado en América Latina en los años 70 y 80. Reivindicamos a los 30 mil detenidos-desaparecidos, nos identificamos con sus luchas, y con la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia”.
“Durante todos estos años participamos, mediante la difusión, de los procesos de restitución de restos humanos y objetos patrimoniales, implementados por el Museo de La Plata, hacia las comunidades originarias. Reivindicamos las luchas y resistencias de estos pueblos por sus demandas territoriales y por el cumplimiento de sus derechos constitucionales; así como rechazamos cualquier tipo de actitud racista y etnocéntrica procedente de una visión occidental y colonizadora”.
Luego del primer encuentro en 2011, en el Museo Histórico Nacional, se profundizó el relevamiento de las condiciones laborales en los museos, como así también se enfrentó con actividades, movilización y solidaridad a los despidos de trabajadorxs en el Ministerio de Cultura de la Nación. En ese marco, también recuerdan el apoyo de docentes e investigadores como José Antonio Pérez Gollán y de Alicia Sarno.
Rol social
“Desde la segunda mitad del siglo XX, se ha redefinido el papel de los museos en tanto instituciones capaces de colaborar en la democratización de las culturas, generar espacios de reflexión crítica, intercambiar saberes y construir y fortalecer lazos sociales a través de la participación e identificación social”, remarcan.
Entre las décadas del 60/70, “la Nueva Museología definió un triángulo de soporte para los museos basado en tres conceptos: territorio-patrimonio-comunidad. El museo no debe considerarse un edificio sino una región, no una colección sino un patrimonio regional, y no un público sino una comunidad regional participativa (Hugues de Varine)”, explican.
En ese terreno, surgió la Red Latinoamericana de Museos Comunitarios o el MINOM (Movimiento Internacional para una Nueva Museología). Varias cátedras que la destacan en la formación de museólogas y museólogos para impulsar la participación ciudadana en el rescate y redefinición de la memoria colectiva.
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