“No creo que haya habido en el mundo una situación en la cual las medidas que toma el gobierno para mitigar las infecciones sean tan boicoteadas por la oposición y los medios de comunicación”, señaló el infectólogo.

Principios del siglo XXI, nanotecnología y helicópteros en Marte. La ciencia en un puño. La mirada extendida al Universo. Pero como toda trama, tiene reverso. Un virus nuevo que actúa como un parásito, jaquea a la humanidad. El contraluz no podría ser más insólito.  Humanidad y Covid-19 llevan juntos un año, tiempo suficiente para aprender a conocerlo, para hacerle frente, pero también para que emerjan las conductas más nobles y la más oprobiosas. Para el científico, biólogo molecular, inmunólogo, biotecnólogo con trabajo en anticuerpos monoclonales, Ernesto Resnik, el cuadro de situación es preocupante, aunque la lucha contra el virus se terminará ganando más temprano que tarde.  

Ahora, ante un nuevo embate del agente infeccioso microscópico, pareciera que es necesario explicar una y otra vez que el valor superior es la vida, que lo demás se da por añadidura, y que el ejercicio empecinado de la libertad individual puede detonar a miles de personas mayores. Claro, a no ser que se considere que las personas mayores tengan ya un destino manifiesto de extinción y que da lo mismo que las mate un virus o su propio carretel biológico. 

“El cuadro de situación es preocupante, hay crecimiento de casos en Argentina, sobre todo en la región del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), y ya sabemos que cuando comienza por allí, después sigue por todos lados. Es un aumento muy rápido, sostenido, mucho más que durante la primera ola”, comentó. Y puntualizó un par de razones, consecuencias de todo lo que no se hizo últimamente, como el relajamiento de medidas y cuando desde los medios, y de algunos gobiernos, se dan señales de que está todo bien y que lo que hay es lo que hay. 

“La gente toma eso, porque cuando te ofrecen una salida fácil, uno la toma, si desde el poder, ya sea políticos y medios, te dicen que no necesitás hacer sacrificios, ¿por qué habrían de hacerlo? Eso ahora se empieza a pagar”, enfatizó el científico de incansable docencia en las redes sociales. 

¿Cómo encuentra a la humanidad esta segunda ola del virus, en cuanto a recursos científicos y conciencia comunitaria? “Se avanzó mucho, hay mejores respuestas, los hospitales están mejor equipados y los médicos saben cómo tratar la enfermedad. De hecho la mortalidad se ha reducido mucho, ahora además le agregamos la vacunación, ya hay más de la mitad de los mayores de 70 años vacunados, esa es una gran noticia, en ese sentido la segunda ola nos encuentra en una situación mejor”, describió. Y pidió “bancar un poco más, hasta que se vacune a la población de riesgo. Y para eso hay que tener cuidados, ahora hay una luz al final del túnel, no es lo mismo que un año atrás cuando no sabíamos ni por dónde andaba el virus”.

Para Resnik, en unos meses llegará más tranquilidad y con respecto a las medidas de restricciones, como la circulación nocturna, anunciadas para morigerar los contagios, dijo que son suficientes en tanto se consideren para ir bajando los casos. Pero para eliminar prontamente la segunda ola, no. “Está claro que la circulación ocurre más que nada  durante el día, la restricción de circulación nocturna ayuda si todo indica que ni el gobierno ni la oposición quieren medidas más fuertes. De modo que hay que aguantar un poco hasta que se pueda vacunar a más gente, así que todas las restricciones que se puedan hacer son mejor que nada”.

¿En otras partes del mundo existe la misma resistencia a las medidas de profilaxis, con los argumento más ridículos tal como ocurre en Argentina? “No sé si ocurre en el resto del mundo, también hay que entender las diferencias socioeconómicas. Es verdad que en los países de Latinoamérica las condiciones sociales son distintas, y hay gente para las cuales quedarse en su casa implica una penuria económica demasiado grande”, argumentó. Aunque aclaró que también hay “un no respeto por las instrucciones, en países como Australia, con gobierno de derecha, tradicionalmente no progresista, casi libertario. Sin embargo, cuando los políticos, medios y sociedad, decidieron tomar las cosas en serio, con cuarentenas muy estrictas, hubo oposición pero lo hicieron”.

Además, puso ejemplos de signo contrario. En Estados Unidos hubo lugares donde no se quiso respetar nada y así sufrieron, hubo otros lugares donde se cuidó más y la gente cumplió. “Lo que no creo que haya habido en el resto del mundo, es una situación en la cual las medidas que toma el gobierno para mitigar las infecciones sean tan boicoteadas por la oposición política, en una cantidad tan grande, y sobre todo por parte de los medios de comunicación. Eso creo que no hay mucho en el mundo”, enfatizó. La alusión no podría ser más clara para Argentina. Politizar el bicho y resistir las medidas de prevención que dispone el gobierno, se acerca a las profundidades más oscuras del alma. 

¿Hay algún respaldo científico sobre los efectos que pueden producir las vacunas disponibles en la actualidad, por ejemplo, los comentarios sobre Astra Zéneca? “Los casos de coágulos parecen ser ciertos pero son casos muy puntuales, ayer la organización controladora de Europa habló de 70 casos en total, pero si esta vacuna se aplicó a 25 millones de personas, setenta casos todavía sigue siendo nada, el riesgo de no usar la vacuna es mucho peor que este riesgo mínimo que se corre”, comentó. 

Con respecto a lo que podría llamarse un nacionalismo de vacunas, por el cual los países productores postergan envíos hacia otros destinos para priorizar sus necesidades internas, Resnik fue categórico. “Eso es bastante preocupante. India es el lugar donde se estaban  produciendo copias de las vacunas que ya vamos conociendo, incluso la Sputnik, de modo que si ahora India dice no vamos a entregar vacunas en los próximos dos meses, hasta que solucionemos un poco nuestros problemas, la verdad es que complica a todos”, afirmó.

Aunque añadió que la actitud de India al preservar la vacunación de su población también es entendible. “Es una decisión bastante riesgosa ,porque es violar los contratos que firmaron, pero en una situación desesperante como tienen ellos, es el segundo país en muertos del mundo, que en estos momentos está viviendo su punto más alto de la pandemia, es que se entiende”, comentó.

¿Por qué las vacunas se convirtieron en mercancía, desnivelando las oportunidades entre países que tienen o no recursos, alejadas de considerarse un bien común? Según Resnik, al principio hubo confluencia de recursos, pero “en cuanto llegó su uso, los poderosos acapararon la vacuna, estamos en la teoría neoliberal del derrame de las vacunas. Cuando el primer mundo termine de usarlas, ahí le llegará al resto. Lamentablemente es así”, enfatizó. Y dijo que aún hay países que no han recibido una vacuna, como en África, donde las pocas que se han recibido son a través de las Naciones Unidas. También en Latinoamérica hay bastante pocas.

Aquí, llamativamente aparece la segunda paradoja o contraluz. “Esa situación es al mismo tiempo un problema para todo el mundo, porque mientras no se solucione a nivel general, el virus seguirá circulando y el problema va a volver al primer mundo”, fustigó. Además, y a pesar del cuadro de situación, para el científico argentino radicado en Minnesota, el momento es esperanzador: “Estamos en los albores, en los próximos meses, de empezar a terminar con este problema, o por lo menos de paliarlo. Hace un año no teníamos idea si tendríamos vacunas, no sólo las hubo más rápido de lo que se creía sino que países como Argentina, en menos de un año, ya tiene cinco millones de vacunados, eso es un hito, van a llegar más vacunas, creo que es un momento que hay que seguir cuidándonos pero hay luz al final del túnel”, afirmó.

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