Un congreso internacional de educación ambiental –a realizarse el 4 y 5 de junio– llama a pensar en el desastre humanitario de la pandemia de coronavirus en el mundo, pero más en las causas que la provocan. Busca darle sentido también a la ley de educación ambiental, aprobada recientemente, para convertirla en verdaderas políticas públicas. “La pandemia puso en evidencia un montón de problemáticas que ya estaban, pero de manera más cruda. Hizo más visible la desigualdad en la que está el mundo, producto del sistema capitalista, de la sobreexplotación del hombre y la naturaleza”, dice el secretario de Educación de la Ctera, Miguel Duhalde. La organización de las y los trabajadores de la educación es la que convoca a este encuentro de alcance mundial.

El congreso virtual retoma una larga tradición de la Ctera de llamar al debate sobre la temática ambiental. El primero de esos encuentros –repasa Duhalde– se hizo en el 2000 en Embalse Río Tercero, presencial y multitudinario como los que siguieron. Y, desde hace unos años, también la Internacional de la Educación (IE) –la organización madre de los sindicatos docentes–, “toma la problemática ambiental, haciendo más foco en el cambio climático”. El secretario general de la IE, David Edwards, será uno de los expositores de la conferencia inaugural, junto a Sonia Alesso (Ctera, Amsafé) y Hugo Yasky (Diputado nacional, CTA y de la IE para América Latina).

El lugar de la problemática ambiental en los planes de estudio es otro de los ejes del encuentro internacional. No como un tema o un contenido más de la currícula –aclara Duhalde– “sino la perspectiva ambiental como una cosmovisión de la educación”. Una buena cantidad de paneles simultáneos trabajarán los “conflictos ambientales”, tal como prefieren llamarlos las y los disertantes convocados. Y entre los que están, “el agua, como fuente de vida; el desafío de las energías renovables; las críticas al modelo extractivista; una mesa especial sobre el río Paraná o como lo llama la idea más liberal: la hidrovía; el problema de las fumigaciones y de las escuelas fumigadas. También habrá una mesa especial en la que participarán Adriana Puiggrós, Blanca Osuna, Carlos Galano, sobre las políticas educativas y el desafío ambiental, donde bien concuerda la importancia de tener una ley de educación ambiental”, repasa el educador de Ctera del rico programa del encuentro.

¿Y cómo actualiza la pandemia la discusión ambiental? “El marco de la pandemia es el que organiza este congreso, porque justamente la pandemia puso en evidencia un montón de problemáticas que ya estaban, pero las expuso de manera más cruda. Hizo más visible la desigualdad en la que está el mundo y que es producto del sistema capitalista de desigualdad, de la sobre explotación del hombre y la naturaleza”, responde Miguel Duhalde, quien también es secretario de Cultura de Amsafé.

Cómo la condición ambiental perjudica la condición de salud, en la ciudadanía en general y, en particular, cómo afecta a las trabajadoras y trabajadores de la educación, forma parte de las mesas de debates. Igual que otras más novedosas –amplía– como la de ecofeminismo, una categoría para el análisis de la mirada ecologista desde la perspectiva de género.

Una escuela “híbrida”

Las discusiones alrededor de la educación, el ambiente y la pandemia conducen sin vueltas a pensar en la escuela que nos queda, que se viene, que es ahora. “Ya lo decimos desde hace tiempo: la escuela que se viene es la que en gran parte ya está siendo, ahora mismo. Mientras estén este tipo de prácticas capitalistas y de agresión al ambiente vamos a tener un mundo en el que las pandemias no van a ser una problemática fácilmente solucionables y resueltas. Por tanto, esta escuela intermitente y que se la puede llamar híbrida o también que incluya otro tipo de prácticas que no sean solamente lo presencial es la escuela que vamos a tener que empezar a anticipar”, advierte el secretario de Educación de Ctera.

Duhalde recuerda que se trata de un reclamo histórico, anterior a la pandemia, en el que se vienen exigiendo condiciones de trabajo donde se sumen las herramientas digitales. “Lo que exigimos ahora es que nuestros tiempos de trabajo sean otros, de la posibilidad de disponer de equipos y conectividad”, sostiene y destaca el reclamo por una nueva ley de financiamiento educativo y una ley de conectividad. “Aquella famosa escuela –profundiza– de jornada extendida o jornada completa va a tener que ver con estos nuevos formatos, con hibridar los modos de trabajar, pero para eso tienen que haber condiciones de trabajo y de ambiente que garanticen esa posibilidad”.

A la par de batallar por las problemáticas ambientales está también la de combatir la naturalización de las mismas, expresadas en frases corrientes como “esto siempre fue así”. “Son peleas de largo aliento. A veces hacemos acciones que no tienen un resultado inmediato en la sociedad. La forma de pelear contra esto es la militancia, no abandonar nunca las banderas históricas de estas luchas; y de entender que las movilizaciones, las huelgas que hemos hecho y hacemos van en beneficio de estos logros que más tarde o más temprano sirven para concientizar a la población”, manifiesta Duhalde.

En el Congreso Internacional de Educación Ambiental del 4 y 5 de junio disertarán especialistas de la Argentina, Uruguay, México, Brasil, Paraguay, Costa Rica y Colombia, entre otros países. Se hablará también de soberanía alimentaria, la educación intercultural y el territorio, además del tratamiento de los temas ambientales en los medios de comunicación. También se compartirán cortos con experiencias escolares y habrá participaciones artísticas como las de Ramiro Lescano (creador y coordinador de Canciones urgentes para mi tierra) y Charo Bogarín. Todo el encuentro se transmitirá por el canal de YouTube de la Ctera, en tanto que habrá paneles en los que se podrá participar por Zoom, en este caso tienen una certificación y hay que inscribirse previamente (afiliadas y afiliados de Ctera). 

Ley de educación ambiental

El 14 de mayo pasado, el Senado de la Nación aprobó la ley de educación ambiental, que se presenta como una política pública nacional “permanente, transversal e integral” y su aplicación depende tanto del Ministerio de Educación como del de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación.

“En cierta manera, la ley de educación ambiental viene a tener ese papel que tuvo la ley de ESI (educación sexual integral): un marco normativo que habilite determinadas prácticas. Es lo que nosotros esperamos”, anticipa Miguel Duhalde. Es ese marco normativo el que también organiza la formación en educación ambiental, no solo para las educadores y educadores y estudiantes, sino para todos los trabajadores y trabajadores. Porque –explica– involucra a la universidad, diferentes organismos del Estado, movimientos sociales, otorgando distintas responsabilidades en el desarrollo de prácticas de educación ambiental.

El referente de Ctera destaca que ese marco normativo es muy importante para definir las políticas necesarias que lleven la ley a la práctica. “Por ahora, podemos decir que está en la parrilla, ahora hay que meter la carne en el asador. Lo que faltan son los recursos, las definiciones políticas, porque esta misma ley, con cualquier otro gobierno, puede terminar en cualquier cosa si no se respetan sus principios. Nos pasó con la ley de educación nacional, que para nosotros es un baluarte y, sin embargo, durante el macrismo hicieron cualquier cosa con esa ley, incluso todo lo contrario a lo que dice. Por eso hay que ser muy rigurosos en la definición de las políticas”.

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