Pim Pau

Una invitación a jugar con las palabras, para explorarlas, desarmarlas y asignarles el sonido que a cada quien les suene mejor. Pero también para habilitar los lenguajes corporales, esos que permiten construir vínculos. En esa idea se para Pim Pau desde su nombre mismo. El grupo de docentes y artistas está integrado por Eva Harvez, Lucho Milocco y Cássio Carvalho.

Desde 2014 recorren teatros y festivales. En 2016 publicaron el disco Recreo y en 2019 Corazón de crianza. Las presentaciones se multiplicaron por el país y llegaron también a los escenarios de Brasil, Chile, Uruguay y Colombia. Sus videos reciben millones de visitas en YouTube, y sus producciones son muy valoradas con fines educativos en diferentes países de América y Europa. El contenido de Pim Pau forma parte de programas y ciclos de la televisión pública de México, Perú, Cuba y en el Canal Pakapaka de la Argentina.

Este año presentaron su primer libro: Arte y educación en las infancias (Umacapiruá Ediciones). Un recorrido pedagógico sobre este proyecto nacido “en la tarea docente, en el aula y en los escenarios”, y que ubica al juego como el centro de las actividades en las infancias.

Desde Pim Pau destacan que la obra está organizada “con sugerencias de recorridos para despertar y revisar la tarea diaria en el que compartimos nuestras búsquedas, exploraciones e investigaciones”. Y siempre –señalan– “relacionando cuerpo, voz, palabra y movimiento como un todo”.

Cada capítulo es una invitación –siguen la autora y los autores– a sumergirse en las canciones y videos para visualizar los contenidos que proponen cada uno de estos recursos.

El prólogo de Arte y educación en las infancias fue escrito por la ex ministra de Cultura de Santa Fe, María de los Ángeles Chiqui González, y por la pedagoga y docente Patricia Redondo. “Al leer se abre la oportunidad sin límite de edad de sumergirnos en la infancia como novedad, experiencia y acontecimiento, despojadas/os de las retóricas endulzadas e idealizadas de lo infantil para atravesar un viaje poético, un camino de tiempo para nombrar la educación. Educar es un acto creativo, Pim Pau lo sabe, argumenta, sostiene desde su propia obra”, expresa Redondo sobre la obra.

Los próximos 28 y 29 de agosto, Pim Pau estará ofreciendo dos cursos virtuales de formación pedagógica para profesionales de la salud y la educación que trabajan con las infancias, también madres y padres interesados. Son de modalidad virtual, uno es sobre El juego como generador de vínculo y otro sobre Cuerpo, fuente de creación sin fronteras. Los dos contemplan trabajar sobre los contenidos propuestos por Pim Pau para pensarlos, trabajarlos y proyectar creaciones propias. Toda la información sobre las actividades que realizan se difunden en las redes de Facebook e Instagram.

En julio pasado y este domingo 15 de agosto Pim Pau estuvo en Rosario, una ciudad muy querida para el grupo de artistas por lo que representa -expresa- a nivel de la cultura y de las infancias.

Docente santafesino

Lucho Milocco es músico, compositor y docente santafesino. Nació en Sastre, vivió dos años en Rosario y desde hace varios años reside en Buenos Aires, donde inició su trabajo de artista y educador. En ese recorrido conoció a Cássio Carvalho, también docente, artista visual, compositor y productor, y a Eva Harvez, bailarina, coreógrafa y docente.

“Cássio es brasileño, de San Pablo, y Eva del conurbano bonaerense, los tres veníamos con distintas experiencias en cuanto a lo artístico y pedagógico, trabajando en nivel primario, secundario. Pero los tres nos conocimos ejerciendo la docencia en nivel inicial. Primero, como fruto del trabajo cotidiano, nos hicimos amigos. Luego surge el proyecto de las búsquedas y de las investigaciones que veníamos desarrollando en el aula. Fue eso lo que motivó su nacimiento, en 2014”, repasa Lucho Milocco en charla con El Eslabón.

Venir de Sastre, del conurbano bonaerense y de Brasil, de lugares diferentes, ¿cuál es el punto en común que los reunió en Pim Pau?

Creo que nos pasa a todos quienes somos “extranjeros” en una misma ciudad, en esa orfandad que uno tiene cuando se va a una ciudad nueva y, generalmente, se vincula con gente que está en la misma situación. Pero lo que nos vincula también, más allá del compromiso con lo educativo, son las miradas con respecto a dónde estamos posicionados en la vida, en relación con lo social, lo educativo, lo cultural y lo político. Sin saberlo previamente, venimos de familias que están atravesadas por lo mismo: por el compromiso social, educativo y artístico. Nuestros padres y nuestras madres tienen ese recorrido. Lo supimos con el tiempo, pero ese es un lugar desde donde ver la vida y desde donde se eligen las amistades. Porque elegir la amistad es elegir también con quién compartir momentos de la vida. Por eso decimos que primero surge una amistad, empatizar desde dónde miramos a la infancia, al arte y a la educación. Esas cosas en el trabajo cotidiano empiezan a emerger de manera natural, porque es como uno es. Y también cómo nos relacionamos con los grupos, qué recursos iban surgiendo de las búsquedas individuales y colectivas, en empezar a armar equipos, a pensar, a debatir. Los tres hemos trabajado en distintos lugares y nunca forjamos un vínculo tan fuerte como el que hicimos con Pim Pau.

¿Qué define al proyecto pedagógico que sostiene Pim Pau?

En la propuesta de Pim Pau hay un anclaje muy fuerte en el trabajo corporal. Hay una búsqueda de habilitación de los lenguajes corporales y artísticos, del cuerpo como un generador de lenguajes, pensando todo siempre de una manera integral. Hay un trabajo de Pim Pau que busca habilitar esos lenguajes en la infancia y también en la adultez, una invitación a reencontrarnos con esos lenguajes como generadores de vínculos. Lo que nos moviliza es habilitar los lenguajes corporales, el juego y el arte como generadores de vínculos.

¿Esa es también la propuesta que llevaron al libro Arte y educación en las infancias?  

Sí. El libro es una profundización de las búsquedas que empezaron en nuestras tareas como docentes. Nos sucedió, y nos sigue pasando, que también trabajamos mucho con la formación de profesionales de la salud y de la educación que se enfocan en las infancias. Un trabajo desde donde se desprenden búsquedas, pensamientos, caminos, debates llevados al proyecto. El libro era una tarea pendiente para volcar todo eso. Desde que empezamos el proyecto, siempre escribimos para poner en un contexto el contenido que se comparte. Nuestro deseo era siempre llevar todo ese material a un libro, pero en los años anteriores a la pandemia, con la dinámica de trabajo que teníamos, no nos daba la posibilidad de sentarnos a hacerlo. El parate que llegó con la pandemia nos permitió darle un marco más teórico y profundizar esa búsqueda.

¿Por qué el nombre de Pim Pau?

Tiene que ver con un concepto del proyecto y de los juegos con que abordamos: de trabajar con las onomatopeyas, los primeros fonemas posibles, que se van alternando con las vocales, como papá, mamá… Aparecen esas primeras consonantes junto con las vocales: pim pau, me ma, pa pa… También tomando a las palabras como un juego de encastre, como un bloque, para jugar con su sonoridad. También lo pensamos como un nombre que sea un juego musical que no defina ni siquiera género. Un nombre propio, pero que a la vez sea una palabra que se pueda desarmar y pueda ser un sonido, que no tenga una definición, sino que uno le asigna el significado o la definición que le resuena.

Muchas y muchos especialistas acuerdan que la palabra es el primer juego en los primeros años de vida, ¿por qué es importante el juego en las infancias?

En el libro planteamos el potencial del juego con seriedad. Es decir, la seriedad del juego. Suena raro dicho así porque por lo general se lo relaciona con algo espontáneo, pero todo lo que sucede en la profundidad del juego son instancias de vínculo, de construcción. El juego habilita relaciones posibles con los objetos, con el contexto, con las personas. Relaciones que pueden ser transformadas en momentos, emociones, hasta en situaciones de las más difíciles. El juego es una herramienta para transformarlas, para apropiarse, para pasar por el cuerpo, pero también dentro de una construcción colectiva. Porque, más allá de que el juego puede ser individual, también es una instancia donde surgen los vínculos, donde aparecen las relaciones. Y eso en la escuela, en el jardín, en las infancias se ve de manera muy clara. En el libro decimos que así como la música no está en los instrumentos, el juego no está en los juguetes. Eso se ve en las relaciones que se dan en la infancia, cuando no es necesario ni un juguete, ni siquiera una pelota: una bola de diario o de tela puede ser una pelota. Toda la creatividad se desarrolla en instancias de juego.

 

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