El subsecretario de Seguridad Preventiva, Diego Llumá, dialogó este miércoles con el programa Poné la Pava que se emite por Radio Rebelde Rosario 99.3 sobre exhaustiva inspección que se desarrolló este martes en los estadios de Newell’s y Rosario Central.

“Vuelve el público a los estadios y tenemos que tener en cuenta que la visión nuestra de seguridad preventiva se forja teniendo en cuenta la panorámica del ecosistema de violencia y delito en la ciudad y en particular lo que va ocurriendo en la vida institucionales de los clubes”, subrayó el funcionario e hizo hincapié en que los procedimientos fueron acompañados por el grupo de operaciones tácticas (GOT) de la Dirección General de Seguridad Rural, Los Pumas, y por la policía de acción táctica.

El funcionario subrayó que durante los operativos “se les notificó a las autoridades de ambos clubes que hay que poner en valor la infraestructura y así lo entendieron” y añadió que la tarea que desarrolla es “una afirmación de la legalidad, que es ascéptica y que va a confrontar con el espíritu futbolero y las tradiciones apasionadas”.

Un búnker  y una pintada

De acuerdo a lo que fue informado oficialmente por las autoridades, “durante la inspección a Newell’s se procedió a neutralizar la sala-búnker fortificada que la barra brava tenía dentro del estadio. Esta instalación, ubicada frente a la herrería del club, se trataba de una cámara blindada por una serie de puertas de hierro de varias cerraduras de alta seguridad cada una y una alarma interna con clave digital. Las llaves y la clave de la alarma obraban solamente en poder de la barra brava, por lo que fue necesario disponer de herramientas neumáticas para demolerla”.

“La seguridad preventiva antibarras que hicimos en Newell’s que fue la más espectacular porque había una desapropiación de una parte del club y de sus instalaciones. Había una pérdida de soberanía legítima sobre las  instalaciones”, remarcó Llumá.

En Rosario Central,  se le pidió al club de Arroyito remover antes del 1º de octubre la pintada ubicada detrás de uno de los arcos con la consigna “Los Guerreros”, que referencia a la barra brava. Y también, le indicaron a las autoridades del club que tienen que  desarmar la estructura de caños que ocupa la parte superior de la popular de Regatas, debido a que es un riesgo para la seguridad de los simpatizantes que se trepan

Hay Monos en la mira

Al ser consultado  sobre la incidencia en ambas barras de la banda criminal de Los Monos, Llumá fue certero e indicó que “hay hechos y datos”. “Estas bandas criminales dedicadas al narcotráfico atraviesan las lógicas de las instituciones, no solamente de los clubes sino también de sindicatos, porque la lógica final de estas organizaciones es generar una renta a través de una empresa criminal”

El subsecretario de Seguridad Preventiva hizo hincapié que cuando “no pueden recaudar más que de los choripanes y de los trapitos de las entradas de protocolo, se transforman en extorsionadores”. Y por último agregó: “Algunos jefes de la barra ni siquiera son aficionados de los clubes y ni pisan la cancha. Lo que ordena no es el relato de la pasión sino el de generar renta porque  el objeto final es hacer dinero de manera ilegal y coercitiva y violenta”.

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