El cuarto disco del grupo encabezado por Pedro Jozami, retoma la canción de autor en base a una variedad de ritmos y composiciones orgánicas que interpelan a un orbe “desgastado y curtido”.
“Del egoísmo me fui cansando, no disparo pero siempre voy cantando”, expresa Pedro Jozami en Zombie egoísta, el track que abre Mundo Viejo. Once años atrás, este laburante de la música recibió un consejo de su compañero de banda. Hacé tus propios temas, le dijo, mientras compartían Pura Sangre, un grupo de música centroamericana pensada para fiestas y eventos. De esas palabras resonantes nació Pedro y Cómplices, que a fuerza de canciones, empuje y autogestión llegó a este tiempo para lanzar su cuarto álbum de estudio.
En su casa de calle Rueda, frente al Parque Yrigoyen, y a pocos metros de la cancha del Charrúa, Pedro Agustín Jozami, pianista, cantante y compositor rosarino, recordó que aquel cumpa que agitó sus canciones era Martín García Facal, el actual bajista y co-fundador de Cómplices, quien se puso la cinta de capitán para producir el nuevo material.
“Recibir aquella propuesta fue como un regalo, fue un punto de partida y empezó a ser como una pelota que baja y se mueve y comienza a tomar de los costados más y más fuerza”, expresa Pedro, en diálogo con El Eslabón, mientras prepara unos mates en el patio. “Y bueno -agrega- es para cerrar los ojos y disfrutar de esa pelota que cada vez es más grande, de las sorpresas, las alegrías y sueños que se van cumpliendo”.
Mundo Viejo continúa la saga de tracks de Cómplices, “que salen de a doce temas todos juntos”, afirma Jozami, como contraste de la lluvia de canciones que hoy en día se publican de a una, como los viejos simples (singles).
El disco nuevo es el sucesor de Material del Infinito Abstracto (2013), Derrame de Lucidez (2016) y Nebulosa Máquina (2019), trabajos que requirieron de “esfuerzo” como de “búsqueda”, aunque también de “encuentro”, señala Jozami.
Como ocurrió con las anteriores producciones, las composiciones se construyeron en base a la canción con intro, estrofa, estribillo y puente, bajo una variedad de rítmicas en las que calzan historias cotidianas, encuentros con la naturaleza humana y ambiental, y los mambos de una sociedad mediada excesivamente por la tecnología “en un mundo curtido y desgastado”.
“En cuanto a la diversidad de ritmos, es como la naturaleza, tiene flores, pinches, tiene lugares secos y húmedos, vegetación, pájaros, animales vertebrados e invertebrados. Y no fue buscado -sostiene el compositor-, nos encontramos con la sorpresa de que en el disco hay rock, pop, flamenco, armonías más clásicas, reggae, una samba brasileña y una zamba folclórica, con un rock pesado en el medio cuando aparece una guitarra eléctrica”.
Mundo Viejo también es una recopilación de canciones atravesadas por la pandemia, en este contexto surgieron Sin Salir y Descentrado, dos de los “retro-tracks” del grupo: Celeste y Martes, jueves, viernes. Tanto para este último, como para Flamenco Villero, Pedro recurrió a la pluma de Fernado Brizuela: “Me gusta porque Berni, como le dicen, tiene una poesía totalmente diferente a la que yo tengo naturalmente, y quería contrastar”.
De Martes, jueves, viernes, Jozami recuerda los ocasos del día en el Club Remeros Alberdi, hace más de una década: “Pasábamos las noches y dormíamos ahí, estábamos enamorados del río Paraná”.
En los bellos sonidos de una samba titulada Miedo, Pedro contrasta sonidos con lírica y lanza su melodía entre la extrañeza de una ciudad machacada y dolorida: “No sé qué somos, pero venimos a cantar”. Y después de un puente, y antes de la viola eléctrica, agrega: “Sobrecargados de cuestiones diferentes, buscando la felicidad, prendiendo fuego en esta hoguera que hoy nos quema”. En la canción llamada Samba, la “soledad y el encierro” se convierten en inspiración alegre; y en Hombre más, la realidad en confesión. En Algo que hacer, dice “el mundo material nos mueve los pies, vamos a caminar, que la ropa sea la piel”, y Chico estimulado, es un tipo “que en su vida todo brilla desfasado”; y hoy “la rutina se convierte en desenlace, pase lo que pase”. Tal vez en Zombie egoísta, la canción que abre Mundo Viejo, esté el antídoto: “Una porción de pizza, un abrazo, una sonrisa, me pueden hacer bien”, y lanza la bola: “En vez de telenovela, contame una idea que pueda entender”.
No sin salir
Pedro y Cómplices presentará en sociedad su nuevo disco el sábado 20 de noviembre, a las 21, en el Teatro de Empleados de Comercio, de Corrientes 450. El grupo cuenta con Pedro Jozami en voz, piano y guitarra española; Alejo Castillo en sintetizadores, guitarra acústica y coros; Martín García Facal en bajo y coros; Fernando Gulisano en batería y Juani Marti en percusión. El recital contará con la participación de Cindy Lemas (Lumila Palavecino), quien amenizará los diferentes momentos de la noche.
Las entradas se pueden obtener vía Whatsapp al 341-5503356 (de 10 a 20). Los socios de la Asociación de Empleados de Comercio (AEC) y la Asociación Mutual de Empleados de Comercio de Rosario (AMECRO), podrán asistir al show sin cargo.
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