La ciudad de Córdoba fue escenario de un “acontecimiento histórico”, según el sentir de sus protagonistas: referentes de la economía social que buscan salida “por abajo” ante el ataque constante de los monopolios de la alimentación.
El pasado viernes 22 de abril y en la ciudad de Córdoba, los gestos de satisfacción reinaron en los rostros de Carlos Cleri y el equipo de trabajo de la Unidad de Vinculación con las Mesas de Asociativismo y la Economía Social (Mayes) que él encabeza. El motivo de la alegría fue ser testigos directos del convenio de reciprocidad que firmaron diversas organizaciones sociales y económicas con la mutual La Mediterránea, que tiene todo listo para abrir una amplia superficie de proveeduría de alimentos y otros rubros que a la vez está en perfectas condiciones de operar como centro de acopio para avanzar hacia un propósito más ambicioso y potente: la construcción de una Red Hacia la Soberanía Alimentaria “desde abajo”, según remarca Carlos Cleri desde la Unidad de las Mayes que depende del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).
Si es “desde abajo”, la red será más sólida y sustentable que otros intentos de programas y políticas para garantizar acceso popular a una alimentación digna, razonan Cleri y la suerte de “apóstoles” que lo acompañan, desde un espacio estatal que está lejos de contarse entre los más jerarquizados y privilegiados a la hora de la asignación de fondos oficiales.
Pese a las limitaciones materiales, el titular de la Unidad de las Mayes logró reunir a referentes y militantes bien dispuestos y capaces para expandir la prédica y concepto fundante del organismo: impulsar la construcción de comunidad organizada, con base en el amplio abanico de organizaciones y unidades productivas y de servicios dependientes de mutuales y cooperativa.
La decena de integrantes del grupo expone una variedad de procedencia en términos geográficos y de experiencias previas que los erigen como “especialistas” en batallas en frentes económicos específicos, como por ejemplo el textil, el de la construcción, el de la producción rural de alimentos, el de la construcción de viviendas.
Todas y todos participaron del acto de convenio en la futura proveeduría de la mutual de la capital provincial. Allí, los que pusieron el gancho a la incipiente cadena de producción y comercialización fueron representantes de la federación de cooperativas Ificotra y Funcat, las mutuales Amicota, Amutedyc y Unidad; las cooperativas La Calera, San Carlos y Proyectando Futuro; la regional local de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), la Asociación Civil Las Omas, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, el Sindicato del Personal de Obras Sanitarias, la organización de acción sindical La Casa del Trabajador. Todas ellas forman parte del grupo inicial que respondió a la convocatoria de la coordinación provincial de las Mayes, a cargo de un dirigente y abogado siempre activo y reconocido ampliamente en el también muy amplio sector cordobés “del palo” de la economía social y popular: Hugo Yagüé.
Así, la perspectiva es ampliar exponencialmente la cantidad de entidades y sectores a incluirse en los convenios para que sus asociados y asociadas accedan al servicio de proveeduría en las mismas condiciones que los de la mutual anfitriona.
La gran dimensión y funcionalidad del espacio a abrirse y su ubicación en el barrio Villa Cabrera sobre una avenida neurálgica, vía de comunicación rápida con las zonas centro y norte de la capital cordobesa, abonan esa perspectiva de crecimiento que también se percibió en el encuentro del 22 de abril. La sensación de estar viviendo un “acontecimiento histórico” ganó el ánimo de los participantes.
También el contexto nacional suma a la dimensión del hecho: el rebote de crecimiento económico de los últimos meses no se siente en los bolsillos de las mayorías debido a la suba permanente de precios finales de los artículos de la canasta básica.
“En un país capaz de producir alimentos para cientos de millones de seres del planeta, gran parte de su población (niños, especialmente) padece desnutrición y malnutrición. Esta situación sucede ante la ausencia del Estado que dejó el mercado liberado al accionar de las corporaciones (muchas multinacionales) que conciben a los alimentos como una mercancía más y no como un derecho de los pueblos y utilizan su poder concentrado para imponer condiciones a productores y consumidores”, se diagnostica en los fundamentos de la propuesta de avance hacia una gran red que enfrente esas prácticas y revierta tan grave situación.
“Nuestra propuesta constituye una alternativa fundada en una visión interdisciplinaria surgida de las entrañas de incipientes comunidades organizadas; está basada en la convicción de que a nuestro pueblo le sobra capacidad para producir y consumir de manera fraterna, segura y soberana y justificada desde lo técnico y la praxis por múltiples experiencias aisladas pero maravillosas”, se destaca luego.
A la vez, se advierte que “en los gobiernos que se presumen de orientación popular, muchas iniciativas virtuosas se han anulado sistemáticamente por los residuos enquistados de ideología prebendaria y el carácter arbitrario, sectario e interesado de muchos de los que conducen algunas dependencias que demuestran el triunfo cultural del neoliberalismo”.
“Por eso, para acercar alimentos a todos y todas, hemos decidido construir túneles con nuestras propias fuerzas y, si el Estado suma, la profundidad del cambio y la velocidad con que se producirá serán mayores y bienvenidas”, se remarca en ese sentido.
Otro aspecto que destacan los impulsores de la Red es que “diversas organizaciones de la producción y de la comercialización, organizaciones sociales y asociaciones civiles y órganos del Estado, están haciendo ingentes esfuerzos para controlar el irracional e inhumano mercado de alimentos”, pero “sus acciones se diluyen por carecer de una visión integral del tema”.
“La construcción será ardua y lenta, pero un Estado que apunte efectivamente a la soberanía alimentaria podría acelerar los resultados”, se insiste en otro párrafo.
De todos modos, en lo expresado por el grupo que impulsa las Mayes y vivió en Córdoba jornadas tonificantes, cobijado por el Inaes conducido por Alexandre Roig, se repite una y otra vez que la garantía para que no fracasen es armar la Alimentaria y todas las redes que hagan falta “por abajo”, con el pueblo y sus organizaciones libres como principal protagonista de la levantada que el país necesita.
Mesa a mesa
En este sentido, las Mayes se comenzaron a conformar como espacio ideal para frenar la dispersión de organizaciones y experiencias populares y, aunque con diferentes grados de desarrollo, florecen en todo el país.
En Rosario, las organizaciones con más activa participación en el espacio están en plena etapa de “fortalecimiento” de la Mesa, conformada a mediados del año pasado con un Grupo Coordinador integrado por representantes de la Vigil, la Cooperativa Mercado Solidario, la Cooperativa de Trabajo Abersol, la Asociación Civil Encuentro Social, Cultural y Deportivo José Ingenieros, el Club Deportivo y Social Amistad y Unión, el Observatorio de Políticas Públicas de Economía Popular, Social y Solidaria, el Instituto Superior de Ciencias Humanas Nº 4025, la Fundación EOS para la Infancia y la Juventud, la Asociación Civil Proyecto Nidos, la Asociación Civil Orillas, la Asociación Civil Evita Sol Naciente y el Centro Cultural de Pueblos Originarios Qadhuoqte.
En estos días, referentes de estas y otras organizaciones que adhieren a la iniciativa debaten sobre cómo expandirla y hacerla más visible para el conjunto de la sociedad y los gobiernos local y provincial, para así avanzar en instancias de asociativismo como la embrionaria Red alimentaria lanzada en Córdoba.
En la provincia mediterránea, el viernes 22 hubo también otro acontecimiento muy celebrado en la Unidad de las Mayes del Inaes: se realizó la asamblea fundacional del espacio en la ciudad de Río Ceballos, en un acto encabezado por el intendente municipal justicialista Eduardo Baldassi, hermano del conocido ex árbitro del fútbol profesional llamado Héctor, actualmente diputado nacional por el macrismo cordobés. “El nuestro es el Baldassi bueno”, remarcaba entre sonrisas una participante de la asamblea en la bella localidad serrana.
Los principios de la Red
La propuesta de la Red de Soberanía Alimentaria se basa en principios tales como:
- Combatir la desnutrición y la malnutrición comenzando por atender a las poblaciones más vulnerables, a los ancianos y a los niños. Ello significa generar puestos de trabajo que generen ingresos para comprar alimentos y que los precios de los alimentos sean justos.
- Las comunidades deben producir, en lo posible, lo que consumen. Todo lo que puede ser producido localmente debe serlo.
- Procesamiento en origen. Para aumentar su renta, las corporaciones concentran la producción sin tomar en cuenta este principio saludable. Por ejemplo, la leche se traslada desde los tambos a factorías alejadas para volver al lugar de origen procesadas y con precios multiplicados.
- Cero desperdicios. Gran parte de los desechos de los procesos se tiran a pesar de que pueden ser recuperados para consumo humano o animal, o procesados como abonos u otro destino industrial.
- Acercar el productor al consumidor. Los Circuitos Cortos de Comercialización (CCC) cumplen el objetivo y van desde las bocas de expendio directo organizadas por los productores en su finca, en locales abiertos al efecto (almacenes, ferias, mercados, etc.) o con acuerdos con organizaciones sociales o círculos de consumo solidario hasta plataformas virtuales de entrega a domicilio. Es necesario lograr sintonía fina porque no tener disponible en el mismo ámbito aquello que no puede ser producido localmente desalienta al consumidor.
- Corredores largos para acercar alimentos que no pueden ser producidos localmente. Se deben organizar circuitos que integren la producción popular, con los consumidores locales tanto de frescos como de elaborados.
- Centros de acopio, logística, empaque y distribución física de alimentos. La economía comunitaria debe habilitar espacios de acopio propios.
- Los abastecedores de la Red, deben ser, principalmente, cooperativas pertenecientes a la economía social, solidaria, popular y comunitaria y pymes. Realizamos una amplia pesquisa habiendo encontrado eco en proveedores a quienes se les abre una portentosa proyección que no obtienen en el trato de las grandes superficies. Tenemos asegurado el abastecimiento de la totalidad de los comestibles relevantes del consumo nacional.
- Los costos estarán transparentados y los precios serán fijos y justos para cada localidad.
- Cada comunidad debe tener un Centro de Abastecimiento. Es conveniente que en cada localidad funcione un centro de acopio, almacenamiento, empaque y distribución.
- Obviar competencias en el campo popular. Para lograr fortaleza y volumen operativo hay que evitar la dispersión y las competencias estériles entre instituciones.
- Para asegurar el éxito del proyecto es necesario evitar que una mutual, organización o persona(s) se adueñen de la Red; los nodos deben tener igualdad de derechos y obligaciones y la gobernanza participativa.
- Planificar la logística, transporte y distribución física. La red contará con valiosa información de los flujos comerciales, lo que permitirá planificar y organizar los aspectos logísticos, de transporte y distribución, aspectos que han sido descalificadores para las pequeñas unidades productivas y comerciales.
- Intercambio Compensado Múltiple. La interconexión de los flujos comerciales, permitirá la compensación de las transferencias monetarias lo que evitará costos e impuestos. El “clearing” operará basado en tecnología blockchain.
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