Las ministras y ministros de Educación de América Latina y el Caribe asumieron el compromiso de trabajar en forma mancomunada “para reducir la desigualdad social y educativa, considerando que la educación es un derecho humano universal y un bien público social para todas y todos los ciudadanos de nuestros pueblos”.
Así lo acordaron las máximas autoridades educativas de los 20 países de la región en la Declaración de Buenos Aires que se emitió este viernes, en el marco de la III Reunión de Ministras y Ministros de Educación organizada por el Ministerio de Educación de la Nación y la Oficina Regional de Educación de la Unesco.
En este encuentro, que se extendió en las jornadas del 26 y 27 de mayo y contó en la sesión inaugural con la presencia del presidente de la Nación, Alberto Fernández, también se acordó reconocer la “emergencia educativa” derivada de la pandemia de coronavirus y la urgencia de emprender acciones para garantizar el derecho a la educación.
“Reconocemos que vivimos una Emergencia Educativa, derivada del grave impacto de la pandemia sobre nuestros sistemas educativos. Acordamos tomar acciones urgentes para recuperar y para transformar nuestros sistemas educativos de modo de retornar la esperanza a una generación entera de niños, niñas y jóvenes que podría ver su futuro comprometido si no actuamos con decisión y celeridad”, suscribieron ministras y ministros en el texto final de la Declaración de Buenos Aires, al que accedió Redacción Rosario.
También en el subtítulo de Acuerdo de dicha declaración reconocen “que la recuperación no puede significar volver a lo mismo”, y que hay una “necesidad de impulsar una transformación profunda que atienda los factores estructurales y sistémicos que han contribuido a la gran deuda e injusticia educativa que arrastra la región”.
Las y los titulares de las carteras educativas de la región se comprometieron “a fortalecer el trabajo educativo para garantizar el acceso a todas las niñas, todos los niños y jóvenes de nuestro países, y dotar a los estudiantes de conocimientos, herramientas y valores para afrontar los desafíos globales que enfrentamos como humanidad y que amenazan la sustentabilidad de nuestra vida en el planeta”.
Además hacen explícita la voluntad “de consolidar una voz regional que reconozca como un imperativo ético la necesidad de Priorizar la educación en la agenda pública, garantizando el financiamiento, el uso eficaz de los recursos y la voluntad política para lograr la Recuperación educativa y evitar una catástrofe generacional”.
Otro de los puntos clave de este acuerdo es el de respaldar acciones para recuperar lo afectado por la pandemia: “Respaldamos toda cooperación y acciones estratégicas que en el plazo inmediato apoyen los programas y proyectos de nuestros Ministerios de Educación enfocados a recuperar los aprendizajes perdidos, particularmente en áreas fundacionales, reintegrar a las niñas, los niños y jóvenes que interrumpieron y/o abandonaron la escuela por la pandemia, establecer sistemas de alerta temprana para identificar y asistir a las y los estudiantes en riesgo de abandono escolar, fortalecer el bienestar socio emocional e integral de toda la comunidad educativa, y valorar, apoyar y formar a los y las docentes”.
Momento histórico
El ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, aseguró que “tenemos que aprovechar este momento histórico como una manera de reinventarnos porque muchos de los roles y maneras de relacionarnos en el contexto educativo cambiaron”.
“Hay que reimaginar e implementar una educación más pertinente que convoque a la responsabilidad de todos los actores de la sociedad”, destacó a través de un comunicado del Ministerio de Educación de la Nación.
En el documento, las ministras y ministros manifestaron la decisión de “fortalecer y diversificar los mecanismos nacionales y regionales de evaluación y monitoreo de la Agenda 2030, de acuerdo con la realidad de los países, con el fin de contar con información confiable y oportuna para guiar nuestras acciones”.
“Acordamos tomar acciones urgentes para recuperar y transformar nuestros sistemas educativos”, señalaron en el sentido de “impulsar una transformación profunda que atienda los factores estructurales y sistémicos que han contribuido a la gran deuda e injusticia educativa que arrastra la región”.
Ministras y ministros realizaron un pedido expreso a los organismos financieros internacionales por considerar que el endeudamiento externo es uno de los principales obstáculos para la restauración de los sistemas educativos regionales.
Y finalizaron convocando a toda la comunidad “a reforzar su compromiso por la recuperación educativa en América Latina y el Caribe”.
Texto de la «Declaración de Buenos Aires»
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