La Facultad de Humanidades y Artes celebró su 75 aniversario. Una rica historia académica pero también escenario de grandes luchas. Tuvo a la primera decana mujer del país, Erminda Benítez, antes del golpe del 55.

La Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) celebró el martes 9 de agosto su 75 aniversario con un acto central que colmó el Teatro El Círculo y con decenas de actividades ad hoc, de sus cátedras. Una epifanía para una casa de estudios de brillante producción académica, en la que transcurrieron momentos significativos de la historia reciente de la ciudad, albergando luchas sociales y diseñando utopías. Además, a poco de su apertura en 1949, tuvo a la primera decana mujer del país, Erminda Benítez, conculcada por el golpe de Estado de 1955. 

A sala llena, el acto incluyó un concierto de piano que ejecutó Laureano Bruno y la proyección del documental Descubriendo a Erminda, que dirigió Héctor Molina. Se entregaron distinciones a personas e instituciones destacadas por el aporte que dieron a través de los años. El repaso de la génesis de la Facultad, el devenir de su historia atado a distintos momentos políticos y sociales, la producción cultural, el paso de profesores de fuste, entre otros aspectos, estuvo a cargo del decano Alejandro Vila. El Coro Polifónico y la Orquesta Juvenil de la UNR cerraron la celebración.

Lleva el nombre actual desde 1979, ya que nació como Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Litoral, cuando comenzó a funcionar en el Colegio Nacional 1. Desde 1951, ocupa el edificio de Entre Ríos 758, donde funcionaba el Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones. En plena pandemia, durante 2021 se realizaron trabajos de restauración y revalorización de su fachada, que además incluyó remodelaciones en su interior articulando los históricos muros con la funcionalidad de la demanda académica actual. La restauración fue dirigida por María Eugenia Prece, graduada en Bellas Artes y especializada en la Universidad de Alcalá de Henares, España. De modo que transitar la cuadra, su bella fachada, es una especie de paréntesis que evoca historia y saberes. 

“Pensar en la Facultad es pensar en una de las instituciones educativas más importantes de la ciudad, porque no sólo forma miles de estudiantes que se gradúan, se insertan, investigan, hacen actividades de gestión, extensión y docencia en distintas instituciones de la provincia, el país y el exterior, sino que ocupa un lugar en la trama urbana”, dijo a El Eslabón su decano, Alejando Vila, en el atardecer de lo que definió como un día intenso y cargado de emotividad. 

“La Facultad también ha sido partícipe de movimientos sociales, políticos, artísticos, culturales. Es una institución que, sin ninguna duda, está en el corazón de la ciudad, y no sólo por la ubicación geográfica, sino también porque quienes pasan por su frente quedan encantados, tiene magia”, definió.

¿Qué lugar ocupan hoy las Humanidades en una época seducida por las tecnologías? “Las Humanidades sirven para humanizar los vínculos en una sociedad de cambios tecnológicos vertiginosos, que deshumanizan. Las Humanidades, justamente siembran dudas, ponen interrogantes y nos permiten reflexionar sobre la condición humana, sobre la Justicia, la solidaridad, sobre los valores de la paz. Creo que en este mundo tan complejo que habitamos, se necesita muchísimo de las Humanidades y de las Artes para tener una verdadera vida democrática”, enfatizó Vila. 

El rector de la UNR Franco Bartolacci, por su parte, definió como una fiesta el 75 aniversario de Humanidades, parte indisoluble de la ciudad y la región. “Es una oportunidad de ratificar sobre la base de su historia, el compromiso de la universidad pública”, aseguró, y destacó su rol en materia cultural, con referencias imprescindibles, pero también, buena parte de la historia de luchas y resistencia de la ciudad de Rosario se escribió en su edificio. 

Además, explicó que “producto del esfuerzo de su comunidad, esta Facultad está atravesando uno de sus procesos de expansión más importantes, con la multiplicación de carreras, poniendo en valor su infraestructura, con intervenciones prácticamente en todos los espacios”, dijo el rector. Y dio un agradecimiento por el compromiso presente: “Hay mucha sensibilidad, mucho profesionalismo en lo que hacen y eso se nota mucho”.

Quién fue Erminda

“Erminda Benítez fue una mujer rosarina que nació en 1900 y falleció en 1979. Hija de una reconocida familia de radicales yrigoyenistas, su padre llegó a ser intendente de la ciudad y su hermano, Antonio Benítez, fue un abogado egresado de la Universidad del Litoral que en su momento intervino como abogado defensor de Yrigoyen cuando éste estuvo preso. Tanto ella como su hermano adhieren al peronismo en el año 1943 y se transforman en militantes. Antonio llegó a ser diputado y se destaca porque fue quien impulsó la creación de la Facultad de Filosofía en la UNL, localizándola en Rosario, en una idea fuertemente federal y de impulsar todo un desarrollo intelectual para que la ciudad no estuviese sólo ligada a la exportación de granos”, explicó el psicólogo, docente e investigador, Félix Temporetti.

“Erminda interviene en el armado de la Facultad de Filosofía, donde se desempeñó como profesora de Psicología, y entre los años 1953 al 55 impulsa la creación, organiza y se moviliza, de la carrera de Psicología que tiene dos etapas. Y en 1955 pasa a ser la primera carrera de formación de profesionales psicólogos en Argentina”, relató Temporetti. Y dijo que, en 1954, Erminda fue designada decana de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNL, radicada en Rosario en la calle Entre Ríos. Esto la convierte en la primera decana mujer designada en una universidad pública argentina. 

“Simultáneamente, ya como primera decana de Argentina, se la designa como primera directora de la primera carrera de Psicología del país. Ese es el mérito de Erminda, una mujer fuertemente formada en el campo de la filosofía existencialista francesa que gestiona la organización de la carrera y de todas las actividades apoyada por un grupo de intelectuales importantes, entre los que destacó Luis Juan Guerrero, un anarquista que colaboró en la gestión del peronismo en la psicología, y que había estudiado en Alemania defendiendo su tesis doctoral siendo alumno de Heidegger en el año 1927”, relató. 

“Erminda se casa con el médico de apellido Lambruschini, que colabora con ella. Ambos fueron fuertes divulgadores de la fenomenología, del existencialismo, del psicoanálisis, fuertemente antipositivistas, humanistas. Ella era una mujer cristiana y fuertemente peronista, muy defensora de toda la gestión de Eva Perón, a quien apoyó, al igual que su hermano”, comentó Temporetti, quien conoció a Erminda en 1973 cuando con la democracia ella regresa a la gestión de la universidad e interviene como secretaria académica entre 1974 a 1975, cuando renunció por las convulsiones políticas que se produjeron entonces. 

Universidad de lucha

“En sus 75 años de vida, nuestra institución ha palpitado junto a las luchas sociales de la ciudad y su región. Su época de oro se opacó con las consecuencias de las políticas educativas de la dictadura de Onganía, nunca podemos olvidarla en las jornadas de los Rosariazos, cuando el comedor universitario funcionaba en calle Corrientes”, dijo a este semanario la antropóloga Gloria Rodríguez, que además fue docente de esa casa de estudios. Y dijo que en esta ocasión quería recordarla junto al pueblo chileno durante el feroz golpe de Pinochet.

“Todo el estudiantado estaba conmovido, se vivía un clima de rebelión que recorría el mundo desde 1968. En mi memoria aparece una de las marchas más masivas del movimiento estudiantil, que congregó frente a la Facultad donde vibraban las banderas de las corrientes universitarias y las gargantas al son de la consigna «Hermano chileno, no bajes tu bandera que aquí estamos dispuestos a cruzar la cordillera»”, evocó con emoción. 

Rodríguez recordó además que frente a la Facultad, la congregación estaba acompañada de antorchas que la hacían verse especialmente luminosa. “El fervor calentaba esos días de septiembre hasta enronquecer las gargantas. Más adelante llegaron los tiempos oscuros que buscamos aclarar desde Malvinas con la organización de nuestro Cuerpo de Delegados, la solidaridad con Nicaragua, Polonia y las luchas populares de la región entre las que estuvieron las jornadas de saqueos de 1989, en las que tuvimos compañeros detenidos”, recordó. 

“Sin bajar los brazos, a lo largo de las luchas contra las políticas económicas y educativas regresivas, el 2001, con las puertas de edificio cerradas, nos encontró en su vereda y en su calle, con calores bochornosos que no lo fueron tanto como la declaración del estado de sitio del presidente De la Rúa”, dijo Rodríguez. Y añadió que le gusta recordar que los docentes siempre estuvieron junto al movimiento estudiantil, pero los estudiantes también acompañaron las luchas docentes, marchando muchas veces desde calle Entre Ríos para manifestar por la defensa del salario y la universidad pública. 

Data

En la Facultad de Humanidades, donde funcionan las escuelas de Antropología, Bellas Artes, Ciencias de la Educación, Filosofía, Historia, Letras y Música, se dictan 18 licenciaturas, 16 profesorados, 4 tecnicaturas, 6 doctorados, 20 ciclos de complementación curricular y 14 especializaciones. A esto se suma los departamentos de idiomas moderno y de formación docente donde cursan alumnos que estudian otras carreras universitarias. Esta oferta académica genera un movimiento incesante de alumnos, docentes y graduados.

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