Los voceros mediáticos de los monopolios vaticinan “defunción” y derrota electoral del Frente de Todos, pero admiten la vitalidad de las fuerzas que lo componen a la hora de enfrentar, en las urnas y en las calles, la restauración neoliberal que impulsan.
“Somos todos Divididos/Divididos Las Pelotas”. El cantito tribunero refiere a las dos bandas de rock que se formaron con integrantes de Sumo tras el fallecimiento de Luca Prodan, líder de aquél mítico combo musical de los 80; y vale como ejemplo de dinámicas de referencias identitarias que se sostienen pese a circunstancias adversas y más allá de reagrupamientos y contradicciones internas, como las que en el plano político expone el Frente de Todos desde su nacimiento como coalición electoral. Pero como lo esencial de tales dinámicas –que fraguan identidades a puro pogo de recitales y concentraciones en plazas y estadios– es invisible a los ojos robotizados de sus voceros y trolleros, los medios hegemónicos al servicio de los poderes fácticos presentaron los sucesos del último 17 de Octubre como “un certificado de defunción a la coalición peronista gobernante”.
El empeño en dar por muerto al peronismo y las coaliciones gobernantes –u opositoras– que conforma es tan viejo como el propio peronismo, que ha sabido sobrevivir a violencias reaccionarias más feroces que las de hoy en día y también a diferencias internas tan o más pronunciadas que las expresadas en los actos y discursos del más reciente Día de la Lealtad. Así, a la simplificación de presentar esa jornada como muestra de “las traiciones” y “la fractura” que editorialistas y hacedores de memes fogonearon, cabe contraponerle aquella otra de la similitud entre peronistas y gatos acuñada por el mismísimo Perón: “Cuando nos oyen gritar creen que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo”.
Claro que la realidad política mundial y nacional del nuevo siglo es lo suficientemente compleja para resultar inabordable desde posteos y refranes. Lo efectista no suele ser efectivo ante las certezas cotidianas que se sienten en las billeteras y los ánimos de las mayorías, que no son fruto de fenómenos inexorables sino de acciones y medidas concretas que se impulsan y se adoptan en el marco de procesos históricos y sociales.
Y en este sentido, los pronunciamientos y discursos escuchados en los distintos actos de este 17 del 22 no dan cuenta de tanta fractura irreversible entre los principales actores del Frente de Todos. En los tres encuentros, el denominador común fue el reclamo de más acciones y medidas en favor de más soberanía política, independencia económica y justicia social, expresados sin perder de vista que lo que se pide será mucho más difícil de lograr si el año que viene vuelve a ganar las elecciones la derecha.
En este sentido, en el documento que se leyó en el escenario de Plaza de Mayo se expresó que “el gobierno no puede seguir sujeto a los condicionamientos de sectores corporativos que privilegian sus intereses por sobre el interés de las mayorías, o volver a quedar en manos de quienes impusieron un quebranto a la Nación, negaron nuestros derechos y destruyeron el entramado productivo”. Y se llamó a orientar lo que queda de gestión a “restaurar el rol del Estado en el control y planificación de la economía, articulando con las organizaciones libres del pueblo las políticas necesarias para imponer la soberanía alimentaria y garantizar que ninguna familia argentina tenga que soportar una injusta e intolerable situación de pobreza, implementando de manera urgente un aumento de suma fija y asegurando un ingreso familiar de emergencia para paliar en parte el deterioro que provoca el incesante incremento de precios de los productos de la canasta básica”.
También se reclamó “terminar con las prácticas monopólicas y oligopólicas de los grupos concentrados de la economía que vienen ejecutando una remarcación irracional, implementando un estricto control de precios de los insumos difundidos”, y a priorizar “las políticas de aliento a la producción y generación de trabajo digno en sus diferentes formas organizativas fortaleciendo primordialmente el mercado interno, promoviendo la sustitución de importaciones y ordenando el destino nacional de la demanda dando prioridad a las pymes y cooperativas de la economía popular a través del compre estatal”.
La enumeración de propuestas incluyó la de “rediseñar el sistema financiero en función de ese objetivo derogando la actual Ley de Entidades Financieras, fortaleciendo la Banca Pública Estatal y desmontando los mecanismos de especulación para cortar definitivamente la fuga de capitales y a “impulsar una reforma tributaria integral progresiva, incrementando los gravámenes sobre los sectores de mayores ingresos, adecuando el sistema a la capacidad de los contribuyentes, eliminando los que corresponden a ingresos alimentarios y dejando de naturalizar el impuesto al trabajo”.
“Establecer un estricto control estatal del Comercio Exterior” y avanzar hacia la “recuperación de la soberanía sobre el Río Paraná y puesta en marcha del Canal de Magdalena”, son otras de las acciones reivindicadas, a las que se sumaron las de “garantizar el derecho a una comunicación responsable” y “la restauración de un Poder Judicial ecuánime” para “fortalecer y revalorizar el sistema democrático” en camino “hacia una Nueva Constitución Nacional”.
Aunque mayoritariamente pusieron el eje en lo de la supuesta ruptura y consiguiente derrota de la coalición oficialista en las presidenciales del año que viene, hubo pilotos mediáticos de los monopolios que no soslayaron el contenido de los reclamos manifestados. El editorialista de La Nación Joaquín Morales Solá no se privó de afirmar lo del certificado de defunción del Frente de Todos, pero al mismo tiempo no dejó de admitir que las organizaciones más representativas que lo integran no están para nada muertas y dedicó todo un párrafo a “los discursos que se escucharon”. “Si esas son las posiciones de sindicatos y movimientos sociales, entonces el problema no es sólo de Alberto Fernández y de Massa. El conflicto que asoma se cierne sobre cualquier futuro gobierno que quiera hacer reformas significativas en un país que ya probó todas las fórmulas del statu quo y le va cada vez peor. Es una advertencia a Juntos por el Cambio (que debería mirar más esos problemas que su propio ombligo), porque de esa coalición opositora vienen las propuestas más insistentes de reformas, que incluyen la laboral, la previsional y la impositiva. Son cuestiones nucleares para cualquier futura administración. El Frente de Todos ha muerto probablemente, pero esos discursos anticiparon guerras letales con la actual oposición si esta llegara al gobierno. No sólo el oficialismo salió envuelto en llamas de la discordia peronista expuesta mientras se celebraba la lealtad”, tuvo que admitir Joaquín, sin sonrojarse por sus propias contradicciones, tan frecuentes entre quienes, como él, nunca entenderán lo que significa poguear en un recital de Divididos o Las Pelotas al son de “Luca no se murió”.
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phoodle
13/06/2023 en 0:43
El Frente de Todos ha muerto probablemente, pero esos discursos anticiparon guerras letales con la actual oposición si esta llegara al gobierno.