En el marco de los festejos por sus 30 años de vida, La Manzana presenta el unipersonal Soy Sonia, de Gastón Díaz (Gualeguay), protagonizado por Virginia Pezzutti (Bahía Blanca). Es el domingo 20, a las 20, en San Juan 1950.

Una mujer joven visita a un hombre que está en coma. Día a día le va haciendo un inventario de sus experiencias, como si ese relato cargara una vitalidad capaz de mantenerlo vivo, o incluso, de recuperarlo. Una extraña medicina que se va inoculando en cada encuentro y que va dibujando el mapa de una relación errática.

Como el movimiento violento que cambia una diapositiva por otra, cada visita es un golpe que intenta reanimar ese cuerpo inconsciente, inanimado como una fotografía.  

Así se presenta el unipersonal Soy Sonia que llega a Rosario el próximo domingo 20 de noviembre, a las 20, en el teatro La Manzana que sigue celebrando sus primeras tres décadas de vida. 

Sobre la obra

Sonia no puede tocar a su padre, hay una distancia simbólica que se lo impide, por eso toca el cuerpo de otras personas, porque es necesario percibir otros latidos y entregarse al placer como una autómata, como quien busca una anestesia, o para tener una familia. Sonia tiene sexo para ser madre, para ser hija, para ser hermana, en fin, para ocuparse de alguien y que alguien se ocupe de ella. La experiencia puede conducir al vacío, pero así como un clavo saca otro clavo, un vacío puede rescatar de otro vacío.

La sucesión de escenas (como si miráramos un grupo de fotografías desordenadas de distintos acontecimientos o momentos de la vida) exhibe en su alteridad un cambio de humor, una evolución del relato, que por su imposibilidad de otorgar un sentido al caos del discurrir caprichoso de los acontecimientos, acumula la tensión de una despedida que no termina de concretarse ni de definir un rumbo previsible.

La fotografía es un elemento inexorable en la obra, está en el proyector de diapositivas, en el relato descriptivo de alguna foto en particular, y como objeto mismo, en la cámara que la protagonista usa en una escena. La fotografía como una instantánea de otro momento que fue perdiendo su brillo, se fue opacando, ensuciando, rompiendo, y pasa de ser la representación de un momento particular para convertirse en el significante de un cúmulo de significados que constituyen parte del mito o la leyenda que es el relato de una vida. Se pone en discusión el uso de la fotografía como artefacto para preservar del olvido (sin duda, un uso diferente al más actual de permanecer exhibido), porque lo que se conserva en la imagen es un retrato, una imitación falsa, una copia; una vez más un juego de reflejos con la escena, que representa, que tiene un carácter artificial, que ficcionaliza lo que está latente porque se atesora con remordimiento.

Sobre el Director

Gastón Díaz es actor, director, autor y docente de teatro. Es responsable y programador de la sala Liebre de Marzo, en Gualeguay, Entre Ríos, y se formó con Guillermo Cacace, Ciro Zorzoli, Marcelo Minino, Roberto Castro, Antonio Célico, Manuel Longueira, Cristina Banegas y Enrique Dacal. Desde 2006 dicta talleres de teatro para niños, adolescentes y adultos y forma parte del grupo estable “Salida de Emergencia” de su ciudad natal.

Las entradas, con promoción 2×1 por los 30 años de La Manzana, se pueden reservar en el sitio del teatro

 

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