El 14 de mayo de 1982 su hermano cumplía 20 años, estaba en Malvinas. Su mamá le había pedido que le enviara un telegrama para acercarle un saludo por el aniversario y el afecto de la familia. Hasta el día de hoy el recuerdo de ese día le duele en el corazón. Quien comparte esta anécdota es la profesora Marcela Bazán, maestra por más de 25 años en la Escuela Albert Sabin de Rosario. Una educadora que asume desde su oficio que el 2 de Abril –Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas– no se limita a una jornada conmemorativa sino que es una razón más de memoria, verdad y justicia. Y en la que mucho tiene por hacer la escuela.
Mauricio Bazán estaba haciendo el servicio militar en el sur cuando fue convocado para ir a la guerra. En ese tiempo de conscripción la pasaba muy mal. “Lo trataban mal, estaba muy delgado y pasaba frío”, cuenta su hermana Marcela. Era difícil que viajara seguido a Rosario, en especial por la distancia. Es entonces cuando su mamá Nelly decide, junto a otro grupo de madres, viajar para visitarlo. Sin embargo, cuando llegan, los chicos partían para Malvinas. “Apenas un minuto mi mamá alcanzó a verlo, apenas un minuto”, repite Marcela Bazán para dejar en claro que ese tiempo no es una metáfora. “Estaban convencidos que iban a ganar”, agrega sobre cómo se vivía en ese momento la guerra.
En la casa de los Bazán siempre se habló de “temas políticos, de la vida cotidiana”. “Mi papá tenía bien en claro que era un trabajador. Una viene con eso. Pero lo que pasó en Malvinas me marcó rotundamente, como para que desde entonces vea la vida desde otro lugar”, afirma Marcela, que por 1982 tenía 18 años.
En sus recuerdos de los años en que su hermano estaba en Malvinas están siempre las imágenes “y cosas que se decían” de lo que pasaban los soldados, “de los cajones que llegaban con piedras adentro”, “del frío que pasaban”. “Muchas veces, por la noche, me despertaba y me destapaba, sólo para intentar sentir lo mismo que sentiría mi hermano, sabía que no era ni parecido, pero quería estar más cerca de alguna manera. Pienso en cuántas personas habrán vivido lo mismo, aunque no lo cuenten, porque es un dolor que va por dentro”, comparte emocionada.
Cuando Mauricio regresó de la guerra, en el barrio (Triángulo) lo esperaban con un agasajo de bienvenida. Las vecinas y vecinos organizaron un almuerzo. “Lo empezaron a convocar de las escuelas, pero mi hermano siempre habló poco del tema, aun en la familia”, dice Marcela sobre una decisión que respetan mucho. Su hermano Mauricio es un activo integrante del Centro de Ex Soldados Combatientes de Malvinas.
Marcela es también comunicadora, conduce el programa Salamanqueando, que va todos los viernes de 17 a 19 por Aire Libre (FM 91.3); además dedica un tiempo a la expresión artística, a través de la pintura. Y todos los años asiste a la vigilia por Malvinas, porque la asume como un compromiso de vida y acción política.
En la escuela
Como educadora, Marcela Bazán asegura que no es posible enseñar el 2 de Abril en clases sin unir esa fecha al 24 de Marzo, “porque no se pueden separar, lo que pasó el 2 de Abril de 1982 es otra consecuencia del golpe, un manotazo de ahogado de la dictadura”.
La escuela en la que Marcela trabaja –actualmente no está frente al aula– tiene primaria y secundaria, a la que asisten chicas y chicos del barrio, que son amigos y familiares entre sí. Para explicarles lo inesperado y doloroso de lo vivido, a los grados superiores les ponía como ejemplo que era como “si de un momento para otro a los chicos que estaban en quinto año, que son sus hermanos, amigos o vecinos, los llamaran para ir a la guerra”.
Invitar a las familias a compartir testimonios de los tiempos de dictadura, incluido lo vivido con Malvinas, también forma parte de los recursos a los que más apeló. Una manera de sacar el hecho histórico de los manuales y volverlo cercano.
Para la profesora el aprendizaje sobre la historia debe ir más allá de la escuela. Todo suma si se trata de que Malvinas no quede en un contenido de un plan de estudio o una fecha a conmemorar. Desde su programa de radio se da un tiempo cada año con los ex combatientes, como el año pasado en la vigilia por el 2 de Abril cuando se cumplieron los 40 años.
Pero Marcela Bazán tiene otros proyectos en camino: facilitar que esa valiosa cantidad y variedad de materiales pedagógicos, de literatura –muchos libros del Plan Nacional de Lecturas– alrededor de Malvinas, llegue con un programa propio de aprendizajes y capacitación a las escuelas. “Una especie de valija viajera, a la que se sumen charlas con los ex combatientes, encuentros, jornadas”, se entusiasma con la iniciativa.
Malvinas todo el año. En esa idea pone el acento la educadora y habla de lo que en el ámbito escolar se conoce como “contenido transversal”, ese que está presente en todos los aprendizajes, que es propio de un proyecto de la escuela que se quiere. “No puede ser sólo un momento del año, sino un eje de trabajo en las escuelas, un eje de memoria, verdad y justicia”, expresa.
“De los pibes de Malvinas…”
En diciembre pasado, y a un paso de que la Argentina ganara el Campeonato Mundial de Fútbol, el ex combatiente y director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Edgardo Esteban, publicaba una carta titulada “De los pibes de Malvinas, gracias Selección”, en la que resalta parte de la letra Muchachos que acompañó cada partido de Qatar 2022: “En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel, de los pibes de Malvinas que jamás olvidaré…”
“Ese canto del pueblo que alienta a la selección menciona Malvinas, una palabra que muchos en el mundo tratan de entender qué significa, sin saber su efecto anticolonialista. La pasión, la fe y el amor por el fútbol y la causa Malvinas generan un acto de soberanía popular, convirtiéndola en un gran rescate de lo colectivo, en un punto de encuentro, un lugar de pertenencia”, reflexiona el director del Museo de Malvinas en esa carta.
También la canción popularizada con el Mundial de Fútbol abrió la pregunta en muchas nuevas generaciones. “¿Quiénes son los pibes de Malvinas que jamás olvidaré?” preguntaron muchos niños, niñas a sus padres.
“Todo lo popular, que tenga que ver con las canciones, les llega mucho a los chicos y a los adolescentes”, aprecia la profesora Marcela Bazán para rescatar el valor pedagógico de esta canción “mundialmente escuchada”, que se vuelve un recurso para abrir paso a la historia en las aulas.
“Malvinas es un sentimiento profundo, está muy hondo en todo y en nosotros”, resalta Marcela como hermana de un ex combatiente y –al decir de la educadora María Teresa Nidelcoff– como una “Maestra pueblo”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 01/04/23
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