La disputa por el control de los yacimientos, la explotación, industrialización y comercialización de este recurso natural se ubica en el centro de la disputa por la hegemonía tecnológica y energética mundial.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que su país proyecta tener 42 industrias de litio, metal que ahora es una de las “mercancías más preciadas” en el mundo ante la necesidad de un cambio tecnológico a causa de las crisis climática y energética. Asimismo, el mandatario manifestó su preocupación por las “ambiciones extranjeras” sobre los recursos naturales, informó el sitio Alerta Bolivia.
“Hemos recibido los mensajes desde Estados Unidos donde la jefa del Comando Sur (Laura Richardson) ha dicho que le preocupa que Bolivia ya haya firmado un contrato con una empresa china, que es la número uno del mundo, para industrializar nuestro litio”, dijo el mandatario con relación a las declaraciones formuladas por la militar, cuando advirtió a los países de América Latina que no busquen socios “malignos” (China, Rusia) para la extracción de litio y otros minerales, sino que se sometan a las necesidades del imperio.
Richardson señaló la importancia del denominado “triángulo del litio”, zona estratégica que comparten Argentina, Bolivia y Chile: “El 60 por ciento del litio del mundo se encuentra en ese triángulo”, indicó la jefa militar estadounidense, que también expresó la avidez imperial por el agua dulce, el petróleo y otros minerales. Lo dijo en enero, a través de un video y en el marco de un encuentro del Atlantic Council, una usina de pensamiento vinculada a la OTAN con sede en Washington DC.
Y el 8 de marzo, durante su intervención ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de su país, la jefa del Comando Sur mencionó que sus “adversarios están sustrayendo el litio” de Argentina, Bolivia y Chile.
Richardson hizo esa afirmación en alusión a China, nación a la que acusó de aprovecharse de los recursos naturales que hay en Latinoamérica “aparentando que está invirtiendo cuando, en realidad, está extrayendo”.
“Creo que durante demasiado tiempo hemos ignorado nuestro propio patio trasero y hemos permitido que Rusia, China e Irán, adversarios de Estados Unidos, hagan grandes incursiones en nuestra región”, advirtió el legislador Carlos Giménez, congresista estadounidense del Partido Republicano por el distrito 26 de Florida ante la Cámara de Representantes.
Tras casi un año de la última visita, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos retornará a la región, más precisamente a la Argentina, para reunirse con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, el próximo 17 de abril.
Bolivia rechaza las presiones imperiales
Arce anunció que “fiel a la protección de sus recursos naturales y su soberanía”, Bolivia firmó este año un convenio con el consorcio chino CATL BRUNP & CMOC (CBC), para emplazar dos plantas de industrialización del metal blanco en Oruro y Potosí.
“Se van a derivar de ahí más de 42 industrias, hermanas. 42 industrias que van a generar empleo para las bolivianas y los bolivianos y eso preocupa a algunos países que están mirando justamente el litio que hoy es una mercancía bastante preciada en el mundo”, agregó.
Según el dignatario, las crisis climática y energética están causando daño al planeta Tierra, por lo que se requiere un cambio tecnológico en la generación y conservación de energía, y “el litio ahí cobra una mayor y significativa importancia”.
En este sentido, señaló que las organizaciones sociales del país deben “tomar muy en cuenta” este escenario en el cual la derecha internacional “está poniendo los ojos sobre Bolivia” y la derecha nacional “empieza a levantar cabeza en el país”, exhortó.
Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un convenio con el consorcio chino CBC, para la construcción de dos plantas de producción de carbonato de litio con tecnología EDL (Extracción Directa del Litio) grado batería, cada una con una capacidad de hasta 25 mil toneladas por año, en Uyuni y Coipasa, uno en Potosí y el otro en Oruro.
Con esta tecnología, el gobierno de Bolivia apuesta por acelerar la industrialización del litio en esos potenciales salares y lograr tener importantes recursos económicos y beneficios para la población boliviana.
En la nota publicada en el medio argentino El cohete a la luna, titulada “Una nueva amenaza para América Latina”, Federico Nacif advierte que Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) está en la mira estadounidense por no subordinarse a sus intereses.
“Los objetivos geopolíticos de Estados Unidos suelen traducirse en grandes cruzadas civilizatorias, siempre sustentadas en leyes internas de pretendido alcance universal. Tal como describió recientemente el experto en relaciones internacionales Juan Tokatlian, mientras que en los años 90 se auto-asignó el papel de «cruzado internacional en materia de drogas», después de los atentados a las Torres Gemelas de 2001 se lanzó a la «lucha global contra el terrorismo», y ahora, en medio de la actual confrontación con el eje China-Rusia, se proyecta como el «fiscal internacional en materia de corrupción», para justificar lo que identifica como la lucha de «las democracias contra las autocracias»”, señala la nota.
El autor advierte, además, que al igual que en el pasado, la relación entre la nueva cruzada anticorrupción y la geopolítica de los recursos naturales no es un secreto. En el marco de la “Estrategia de Estados Unidos para Combatir la Corrupción”, lanzada por Joe Biden en diciembre de 2021, la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado asumió la responsabilidad de la “Iniciativa de Transparencia sobre Industrias Extractivas” que, entre otras cosas, busca “combatir la corrupción en los sectores globales de gas, petróleo y minería”.
Otro campo de batalla para el imperio
La nota de El cohete a la luna señala que, desde luego, América Latina constituye un objetivo central para la nueva estrategia imperial. En junio de 2021, la Casa Blanca emitió un memorándum para declarar a la lucha contra la corrupción como de “interés central para la seguridad nacional”, agudizando así su tradicional intervencionismo en la región.
“La disputa por el liderazgo de la transición energética está en el centro de la actual confrontación geopolítica y los países de América Latina constituyen un importante reservorio de recursos naturales críticos”, afirma Nacif, que además señala que si bien es cierto que China controla más del 70 por ciento de la fabricación mundial de baterías de litio, no menos cierto es que la producción de Chile y Argentina está dominada desde hace décadas por capitales de Estados Unidos, Canadá y (más recientemente) Australia y Japón.
El artículo informa que, según el director ejecutivo de Benchmark Minerals, la influencia gubernamental de Estados Unidos “está en juego” por una simple razón: “La batería de ion-litio es ahora geopolítica”.
Es que, de todos los metales que se necesitan para producir baterías, la situación del litio es la más delicada: desde 2020 los precios aumentaron un 900 por ciento, alcanzando “un punto histórico de inflexión”, lo que contrasta marcadamente con el resto de los metales críticos para las baterías.
Benchmark Minerals es una agencia de informes de precios con sede en Londres. Provee información especializada para la cadena de suministro de baterías de iones de litio a vehículos eléctricos.
Según la nota de El cohete a la luna, el 14 de junio de 2022, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la creación de la Asociación de Seguridad de Minerales (MSP por sus siglas en inglés), junto a la Unión Europea, Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido. Bautizada por la agencia Reuters con el sugestivo rótulo de “OTAN metálica”, la nueva asociación se define principalmente por la ausencia de China y Rusia, preanunciando así la nueva estrategia norteamericana: “La actual red de suministro de minerales altamente globalizada parece destinada a dividirse en esferas de influencia políticamente polarizadas, un realineamiento tectónico con implicaciones de gran alcance”.
Informe de la Celag
En febrero de 2022 el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) publicó un informe titulado “Panorama del litio en América Latina”. El texto, al que se puede acceder a través de la red, cuenta con 25 páginas y lleva la firma del equipo de trabajo formado por Aníbal García Fernández, Auxiliadora Honorato, Camila Vollenweider, Lucia Converti, Sergio Martín Páez, Shirley Ampuero, Silvina Romano y Tamara Lajtman.
El informe señala que de los países de la región, Chile es el que más avanzó en la extracción y exportación. Se posiciona como segundo productor global (22 por ciento), por detrás de Australia (48,8 por ciento) y seguido por China (17,1 por ciento).
La investigación afirma que en Bolivia, Brasil, Chile y Perú el litio está definido como recurso estratégico, y México se encuentra en trámite de aprobar esta calificación a través de una reforma constitucional. El gobierno argentino se ha manifestado a favor de regular específicamente este mineral. Sólo Bolivia y Chile cuentan con algunas normas específicas, señala la investigación. En el resto de los países abordados, la normativa relacionada con el litio es de carácter general.
Las empresas que lideran la producción mundial del litio son las chinas Jiangxi Gangfeng Lithium y Tianqi Lithium (tiene acciones en SQM que opera en Chile y en México); las norteamericanas Albemarle (opera en Chile) y FMC Corporation; la chilena Sociedad Química y Minera de Chile (SQM o Soquimich). Recientemente, Tianqi ha ganado espacio y opera la mina más grande del mundo, Greenbushes (Australia), junto a Albemarle.
Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía indicó que la demanda del litio aumentará 42 veces para 2040, particularmente para la fabricación de baterías para autos eléctricos.
La cadena de valor para la fabricación de baterías tiene seis eslabones: materias primas, componentes de las celdas (ánodos, cátodos, electrolitos y separadores), la batería terminada, y finalmente su uso y reciclado.
Las empresas que operan en todos los eslabones de la cadena de la batería de Ion-Litio y lideran este desarrollo son LG Chem (Corea del Sur), Tesla (Estados Unidos), BYD (China) y Panasonic (Japón). LG Chem y Panasonic cuentan con una planta en México y Tesla tiene oficinas en la Ciudad de México para América Latina y está la posibilidad de instalar una fábrica en Brasil en dónde se encuentra una planta de BYD.
En cuanto a su precio, la tendencia que se identifica a mediano plazo es una presión alcista del litio por una creciente demanda en el marco de la transición energética.
El informe de la Celag indica que distintas proyecciones muestran que el litio disputará la relevancia de otras exportaciones típicas de la región, como el cobre y el petróleo. Sin embargo, no será una sustitución absoluta dado que sus usos son complementarios con el cobre y el reemplazo del petróleo sería sólo parcial.
La disputa por el control de los yacimientos, la explotación, industrialización y comercialización del litio se ubica en el centro de la disputa por la hegemonía tecnológica y energética mundial.
Las principales reservas mundiales de litio, en millones de toneladas, son: Bolivia (21), Argentina, (19,3), Chile (9,6), Australia, (6,4), China (5,1), Canadá (2,9), Alemania (2,7), México (1,7).
En las últimas tres décadas el litio se convirtió en uno de los minerales más destacados para la revolución tecnológica, debido a su capacidad de almacenar energía en baterías livianas y la posibilidad de recargarlas, agrega el informe.
El informe asegura que Argentina produce el 7,6 por ciento del total mundial y es el segundo exportador de carbonato de litio (14 por ciento) después de Chile (58 por ciento).
Brasil tiene una participación menor en la producción global. Sin embargo, cuenta con producción de carbonato e hidróxido de litio para el mercado interno desde la década de 1960. Y posee una cadena integrada de abastecimiento de litio procesado a partir de la firma con participación estatal Companhia Brasileira de Litio (CBL).
Según la Celag, dada la necesidad global de encarar una transición hacia la producción y utilización masiva de energías limpias, el litio se convierte en un recurso estratégico. En este sentido, se prevé que el reemplazo del parque automotor (a base de combustible fósil) a nivel global aumente la demanda de litio exponencialmente.
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