Hernán Russo Zyseskind miró, desde el 82 a la actualidad, absolutamente todos los partidos de los mundiales. Ese fanatismo logró volcarlo en su flamante libro, que tiene a Diego Armando Maradona como hilo conductor.

El 29 de octubre de 2022 –el Russo Zyseskind se acuerda bien la fecha porque fue un día antes del natalicio de Diego Armando Maradona– se realizó una feria del libro en la escuela de periodismo deportivo Deportea, en la Ciudad de Buenos Aires. La manija por la inminencia del Mundial ya se había desatado, pero Hernán (que participó en ese espacio por su libro D10S es Argentinos) se fue preocupado a su casa. En el panel maradoniano que compartió, escuchó a la periodista y escritora Gabriela Saidon, autora de Superdios, poner en duda la durabilidad de la idolatría futbolística a Diego si la Argentina de Messi levantaba la Copa del Mundo en Qatar. “Comentó, medio al pasar, que tiene dos hijos, de dos generaciones distintas: uno más maradoniano, el otro más mesista. Y dejó como una pregunta sin respuesta sobre si duraría para siempre esa eternidad maradoniana en el ámbito futbolero argentino, si Messi saliera campeón en Qatar. Si eso opacaría todo lo que hizo Diego y el amor que se le tiene por la conquista de México 86”, recuerda Hernán, y revela que de esa charla “me fui preocupado, porque yo lo amo a Messi pero de Diego no nos podemos olvidar nunca”. En el trayecto que va desde la sede de la escuela de periodismo hasta su casa en la ciudad bonaerense de San Fernando fue maquinando sobre el asunto. “Cuando llegué, me dije que tenía que hacer algo”.

Así nació Mundiales. Historias de las Copas del Mundo, libro editado por Fútbol Contado que ya entra en calor en la preventa hasta el emblemático 22 de junio. El prólogo es de Ariel Scher y el arte de tapa (Maradona y Messi parados arriba del mundo y abrazados, y Kempes corriendo hacia ellos) es de Gisela Aguirre. Mientras la Scaloneta hacía de las suyas en Qatar “me puse a escribirlo”, cuenta el Ruso, y adelanta: “El libro tiene un hilo maradoniano, para reivindicarlo y que no se lo olvide”.

Divina TV

Hernán Russo Zyseskind nació en 1973 en La Paternal. Los 6 años que vivió allí fueron suficientes para abrazar al club Argentinos Juniors, un amor incondicional. De esa infancia apenas recuerda los festejos del título mundial del 78, disputado en el país en dictadura. “Soy muy fanático del fútbol y los mundiales son el punto cúlmine”, confiesa.

El primero que vio a conciencia fue el de España 82, ya viviendo en San Fernando. Y lo miró a todo color: “A mi casa las nuevas tecnologías siempre llegaron más tarde en comparación a otros familiares o amigos. Justo en ese año 82 mis padres cambiaron el televisor: teníamos uno en blanco y negro, de los antiguos que se cambiaban de canal con una ruedita que estaba en el mismo tele, y compraron uno a color, con control remoto”, cuenta, y agrega: “Y lo primero que vimos a color fue el Mundial de España. A Argentina no le fue muy bien, pero me quedó ese recuerdo para siempre”.

Desde ese Argentina-Bélgica que inauguró aquel certamen, hasta el Argentina-Francia de Qatar, el Ruso se miró por tele absolutamente todos los partidos, incluyendo los que compartieron día y horario. “Ese fanatismo de ver los partidos juegue quien juegue, lo pude ahora traducir a un libro. Siempre me di maña para estar frente a la tele cuando se jugaba algún partido, e incluso cuando había partidos a la misma hora, dejaba grabando y después los miraba”.

Ni laburos ni compromisos de otra índole pudieron contra su voluntad de estar frente al televisor para ver a las selecciones. “Siempre hice todo lo posible para mirarlos. Cuando me tocó trabajar en el diario Crónica, en 2014, tuve intenciones de ir a Brasil y pedirme vacaciones en el laburo, pero al final no se dio. Ahí en la redacción se pausaba un poco el laburo para mirar los partidos y después seguíamos. Así que no me complicó. Con otros trabajos siempre me las ingenié para acomodar el horario. No los vi a todos en vivo, por los que se jugaban a la misma hora”, aclara.

Vencedores vencidos

Para el Russo Zyseskind la victoria futbolera no da derechos a llevarse el protagonismo de su libro y por eso reparte historias entre los que ganan y los que pierden en la misma sintonía. “No me gustan esos que cuando escriben sobre los mundiales mencionan sólo a los ganadores. Necesito que, de alguna manera –y lo hago a través del libro– también se mencione a los perdedores. E incluso poner en el mismo lugar de los campeones a selecciones que no hayan ganado pero que jugaron un fútbol fantástico”.

De esos casos hay varios en las páginas de su nuevo libro: va desde “la primera selección austriaca, que se la llamó Wunderteam allá por los años 30, que fue la primera selección europea que jugó un gran fútbol”, hasta “aquellas grandes selecciones de Checoslovaquia y Hungría que jugaron finales y no fueron campeones”. También está la Naranja Mecánica, “y más acá en el tiempo, lo que hizo Marruecos en el último mundial de Qatar, siendo la primera selección africana en llegar a semifinales”, que “incluso sin haber ganado la medalla del tercer puesto, el lugar de Marruecos merece estar en la historia de los mundiales en el mismo lugar que aquellos que salen campeones”.

“Porque uno se acostumbra –agrega al respecto– a que son generalmente las mismas selecciones que definen las finales o ganan los títulos, pero no me gusta olvidarme de aquellas que también hicieron historia”.

En cuanto a sucesos, por ejemplo, las páginas de esta nueva obra tienen lugar para los goles de Maradona a los ingleses, con la mano primero, con la zurda después, y también para el nucazo del Vasco Olarticoechea que en ese mismo partido salvó a Argentina del empate inglés.

Se copa

Hernán Russo Zyseskind canaliza sus pasiones en libros: su fanatismo por el heavy metal no sólo lo llevó a ser vocalista y compositor de la banda Dagas, sino también a escribir La brújula heavy. A su amor por Diego Maradona y por el Bicho de la Paternal le dedicó D10S es Argentinos. Ahora, este hombre de pelo largo enrulado y camperas de cuero con tachas, fue por otro vicio: los mundiales de fútbol.

Mundiales se divide en nueve capítulos, con Diego como (hilo) conductor. Arranca con los que van del 30 al 58, los torneos antes de Maradona; le siguen los de Dieguito, del 62 al 78; luego vienen los cuatro mundiales con Diego, después los sin Diego; en el medio está Sudáfrica 2010, con él como DT. El de Qatar es el primer Mundial sin el Diego entre nosotros. Por último, hay dos capítulos con relatos del certamen en el que se consiguió la tercera estrella, y otro con estadísticas. 

Entre las curiosidades, el Ruso cuenta que “cuando se jugó el primer mundial, el fútbol en Argentina era amateur (faltaba un año para el profesionalismo). Y en el año 34, Argentina viaja con un equipo amateur porque lo que sería la AFA no estaba asociada a la Fifa”, y entonces “como la Asociación Amateur sí pertenecía a la Fifa, iban los jugadores de equipos asociados a esa liga”. Eso explica, relata el escritor, que “Argentina juega con jugadores de equipos ignotos como Sarmiento de Chaco, Gimnasia de Mendoza, Sportivo Buenos Aires, Sportivo Desamparados de San Juan, Estudiantil Porteño. Y no había ni de River, Boca, Argentinos ni Vélez”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 10/06/23

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