Otra vez, el panorama electoral santafesino ofrece un escenario con dos grandes frentes como principales protagonistas. La novedad genera expectativas sobre el comportamiento del electorado progresista no peronista.

De no mediar grandes sorpresas, las Paso de este domingo confirmarán el retorno de un escenario de polarización entre el peronismo y el antiperonismo que no se dio en los últimos turnos electorales. En principio, tal panorama haría la elección más cuesta arriba para el frente oficialista, pero a la vez esta actual versión del peronismo tiene la posibilidad de captar al menos parte del electorado progresista y de centroizquierda no peronista desencantado con el corrimiento del Frente Progresista hacia el lado más salvaje de la grieta.

La alusión es a esos votantes que hace cuatro años no dudaron en respaldar al Frente de Todos a nivel nacional “para frenar la derecha”, pero a nivel provincial se sintieron espantados por el candidato “de derecha” del peronismo que veían en Omar Perotti y prefirieron votar a Antonio Bonfatti.

Ahora, ninguno de los precandidatos peronistas tiene ese tinte a diestra; y todo indica que la opción progresista que pretende sostener el socialismo con la postulación de Mónica Fein se diluye demasiado en el “frente de frentes” enroscado en una interna en la que la pelea es por ver quién es más derechoso.

Ahora, incluso, la incorporación de Ciudad Futura da cuenta de la apertura del peronismo hacia ese espacio progresista no peronista que el socialismo convocaba con éxito.

Otro interrogante de esta reedición de la polarización es la incidencia que tendrá en los resultados de ese mano a mano el rechazo a “los políticos” que se expresa en un incremento de votos en blanco y anulados y una reducción de la participación en las jornadas electorales. En varias de las provincias en las que ya hubo elecciones provinciales, ese fenómeno fue notorio. Habrá que ver qué pasa en la Invencible.

Las Paso del domingo llegan también al cabo de un proceso en el que los dos grandes frentes afrontan internas intensas pero con tonos distintos.

En el peronismo, en principio la elección se perfiló como “un trámite” para Marcelo Lewandowski, pero en las otras tres listas aseguran que el panorama se fue modificando y mencionan posibles corrimientos, cada uno con sus argumentos: los de Marcos Cleri dicen que crecieron por su identificación con Cristina y por el apoyo de referentes kirchneristas nacionales y de la provincia de Buenos Aires, a lo que suman el apoyo de intendentes del gran Rosario y el aporte que significa la presencia de Alejandra Rodenas traccionando electores peronistas “no kirchneristas”.

Los de Eduardo Toniolli confían en cosechar a partir de la alianza con Ciudad Futura, tal vez la principal novedad en el mapa político que se generó en este turno electoral, junto con la desaparición del Frente Progresista.

Los de Leandro Bussatto sostienen que repuntaron en los últimos días de campaña, al calor de la precandidatura de Agustín Rossi a vicepresidente y su consiguiente presencia en las primeras planas.

Todos coinciden en que el que menos creció desde el inicio de la campaña es el que picó en punta, señalando que “hizo poca campaña”, que “Perotti no lo bancó lo que esperaban” y que no tiene una buena estructura militante, más allá de los apoyos de intendentes y presidentes comunales: “Son apoyos para la foto, pero no lo militan a fondo”, afirman, ávidos de señales que confirmen sus hipótesis de desgaste del potencial del que aparece mejor posicionado para ganar la interna.

Párrafo aparte para la corrección política con que transcurrió la campaña de los precandidatos peronistas. Cleri, Toniolli y Bussatto no se privaron de críticas y señalamientos hacia el oficialismo, sobre todo apuntando a Perotti y sus costados conservadores y avaros a la hora de gestionar el gobierno provincial y también de asumir la condición de principal referente del peronismo santafesino en la que lo situó su elección como gobernador hace cuatro años. Pero tales críticas y señalamientos no llegaron a estridencias y todo indica que las primarias van a tener como saldo un peronismo ordenado, sin “heridos” de gravedad.

Por el otro lado, en cambio, el furibundo embate de Carolina Losada contra Maximiliano Pullaro parece más perjudicial para el día después de las primarias. “Si gano no lo voy a convocar”, insistió Losada hasta los últimos días. “Sí a sus seguidores”, matizó después, tal vez por la cara de sorpresa ante tanta inquina de su referente nacional Patricia Bullrich, que el jueves pasado llegó hasta territorio santafesino para respaldarla y probablemente se haya sentido toda una moderada frente a la blonda ex conductora de TV, que añora mudarse a su provincia natal.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 14/07/23

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