educación

El 21 y el 26 de septiembre son dos fechas fundamentales que concluyen. El 21 de septiembre es el Día Internacional para la Paz, establecido en 1981 por la ONU (Resolución 55-282 de la Asamblea General). El 19 de diciembre de ese año la Asamblea General de la ONU reconoce el Derecho Humano a la Paz. Se declara: “Toda persona tiene derecho a disfrutar de la paz de tal manera que se promuevan y protejan todos los derechos humanos y se alcance plenamente el desarrollo”.

Como dice la Unesco: “…es incompatible con la desnutrición, con la miseria o con la negación del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. Sólo puede ser duradera una paz justa que se funde en el respeto de los derechos humanos”.

La Asamblea General de la ONU (Res. 68/32 de 2013) declaró el 26 de septiembre como Día Internacional para la Eliminación total de las Armas Nucleares. Si bien hubo resoluciones de la Asamblea General en favor de la prohibición, nunca se ratificó por el veto de los cinco miembros del Consejo de Seguridad.

La paz es condición indispensable para el cumplimiento total de los derechos humanos. Promoverla es compromiso de todos y la educación es la principal herramienta para su construcción. La familia, la escuela, la comunidad, toda la sociedad y sus instituciones deben actuar en favor de la misma. No solo a las grandes potencias y las naciones con armas nucleares, sino todos los países, que también sufrirán las consecuencias de las guerras.

El espíritu de Hiroshima nos obliga a pensar, no solo en el momento en que se vivió la tragedia, sino al día de hoy. Y mirar nuestro presente y nuestro futuro, para levantar nuestras voces y acciones para defender un mundo mejor, sin armas ni guerras. Desde nuestros países defender los cambios que no permitan que un solo país, por poderoso que sea, pueda vetar la resolución votada por la mayoría de los integrantes de la Asamblea Mundial de la ONU. Lograr que se vote la prohibición de fabricar, tener y amenazar con el uso de las armas nucleares, como se planteó ya en la década de los años 60 del siglo pasado. No permitir que la humanidad viva con la amenaza nuclear y poner los inmensos recursos de las carreras armamentistas para resolver los problemas de salud, alimentación, educación y vivienda para los cientos de millones de niños, mujeres y hombres que viven en la miseria en el planeta.

*Maestro uruguayo. Referente del Movimiento de Educadores por la Paz de Uruguay.

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