Un violento tornado casi derriba a una construcción colectiva levantada desde subterráneas raíces colectivas. Como el insustituible Andresito de fierros, se levantará ante los inventos de la derecha.

“Que se rompa pero que no se doble”, decía Leandro Alem ante los enfrentamientos en el partido radical. Pero en 1896 se suicida y luego esa frase toma Raúl Alfonsín como grito de guerra ante sus traidores.

Quien fue golpeado, no se derrumbó ni doblegó y busca enderezarse con una ayudita de sus amigos es Andrés Guacurarí, el montonero guaraní que frenó a Portugal, élites porteñas, paraguayas y correntinas, esos que nunca lo perdonaron y maltrataron su historia.

En relatos familiares y memoriosos le rescataron, al igual que los mitos que son parte del pasado original, vigente y no oficial.

Hace apenas días –el 18 de noviembre– un temporal de vientos golpeó a la costanera correntina y en ella al complejo escultural y monumento a Andresito. Obra erigida en 2014 de 17 metros de altura y más de 15 toneladas de hierro, los restos fueron donados por la minoría regional o atesorados en fondos del Paraná y reciclado por el grupo Cultura Vallese.

El diario El litoral indicó: “El óxido propio del material con el que está hecho generó un quiebre en sus pasantes principales que con los fuertes vientos de las últimas días inclinaron a la escultura”.

Desde Cultura del municipio, José Sand dijo al medio El Libertador que “los daños sufridos por la pesada estructura de metal hicieron que la figura del indio se doblara por sus extremidades inferiores, a la altura de las rodillas”. También, “se dañó la lanza que forma parte del mismo, sin embargo, conserva el rostro, el torso, la espalda está bien y tiene una buena base”.

Se dobló, pero no se rompió

Las esculturas de los lugartenientes del guaraní siguen erguidas en la plazoleta de la Costanera Sur. Andresito como indio se inclinó sobre la Pacha, la saludó y escuchó por si había otro ataque. Entonces una ráfaga de desesperada embestida vino con un maloncito blanco de historiadores, fachos que piensan que Guacurarí no merece homenaje.

Desde fines del siglo XIX piden un monumento para Genaro Berón de Astrada. Pero nunca fue edificado. La historiografía correntina le dedica muchas páginas de libros de historia, pero no tiene correlato en el conocimiento popular.

 

“No hubo rivalidad con el militar, no fueron contemporáneos ni tuvieron nada que ver el uno con el otro. Berón de Astrada, además, tiene en Corrientes un mausoleo en uno de los sitios más icónicos junto la Catedral, un barrio que le rinde homenaje con su nombre, una localidad que lleva su apellido”, sostienen los trabajadores artiguistas Luis Lofeudo (Agrupación Cultura Vallese) y Camilo Gómez Montero (Payé Cine).

“¿No querrán esos historiadores recordar que Andrés con su ejército de guaraníes, correntinos y misioneros derrotó en Salada a un ejército que respondía a las élites de Corrientes?. Tropas que habían fusilado y masacrado a mujeres, ancianos y niños indígenas de Garzas”, advierten. Y agregan: “Si Corrientes y Misiones mantuvieron su integridad territorial y, a largo plazo, formaron parte de lo que hoy es Argentina, se debió, en gran medida, al sacrificio y a la sangre derramada por Andresito y sus legiones de guaraníes”.

Las relatos corren a través del boca a boca o de susurros en las cocinas, siestas y fogones de negros y la gurisada. El morocho gobernó Corrientes y exigió a las familias más adineradas que dejaran en libertad a los gurises guaraníes en 1818, cinco años después de la prohibición de la esclavitud.

Invención de historiadores de casta

La conservadora y racista élite de historiadores inflamados por la trastada electoral sin justicia social, pretenden aprovechar la marea liberoide para falsificar la historia revolucionaria originaria y vigente en la memoria popular.

El capitán retirado del Ejército Argentino, profesor e historiador, Enrique Deniri publicó en 2009 el libro La invención de Andresito. Allí afirmó“hay que dejar bien en claro que Andresito nunca fue gobernador de Corrientes. Cuando entran los sentimientos se termina la historia.  Cuando entran los juicios de valor, se termina la historia.  Yo no hago juicio de valor”.

Deniri es profesor del Instituto Superior de Formación y Capacitación Docente 1 de Corrientes, y en la cátedra de Antropología Historia Americana del Siglo XX en la Universidad Nacional de Misiones y del Salvador. Admite que “la historia de Andresito es una historia fabricada desde arriba.  Andresito fue creado por la Junta de Historia de Misiones en alianza y sociedad con el poder político”. Muy sin aceptarlo escupe Deniri: “Me considero un libre pensador, liberal, liberal en el sentido del siglo XIX.  Prohibido prohibir, los derechos de los que no piensan como yo son más importantes que los míos, los derechos de la minoría son más importantes”.

 

“Me interesa ese proceso del mito del héroe porque Andresito tiene muy poca historia. Están haciendo una historia que reivindica su participación más combativa y queriendo ser Argentinos”, rezonga chauvinista ante la multidiversidad. Pero agrega que “el más rancio de los conservadores historiadores fue el primero que habló de Andresito. Mitre lo tomó de los archivos de Andrés Lamas”.  También afirma que en “las grandes batallas de los guaraníes como Mbororé o Caaguazú los que mandaban eran los Caciques, hacían lo que decían los curas que fueron soldados en Europa”.  Pero Jorge Machón (historiador misionero) dice que Andresito toma decisiones respaldado por un Consejo de Guerra.  Y lamenta: “Me parece que no se justifica una estatua para Andresito que estuvo nueve meses en Corrientes.  Cualquier día le hacemos otra estatua  a un tipo que estuvo cinco días. Cuando entran los sentimientos entran los juicios de valor y se termina la historia.  Yo no digo que es bueno ni malo”, se contradice.

Siguen resistiendo

En tanto, en el complejo resisten representadas esculturas de Melchora Caburú, compañera de Andresito, Matías Abucú, guaraní entrenado por San Martín, a quien le solicitó regresar a batallar junto a los guaraníes de Artigas, pero fue con su uniforme oficial. También están Fray José Acevedo, cura lugarteniente de Andresito, destacado en lo político y militar, Pedro Campbell que comandaba la flota de río y Vicente Tiraparé, otro valiente guerrero guaraní.

”El complejo fue desarrollado durante dos intendencias municipales y declarado de Interés por Diputados de Corrientes y Diputados de la Nación (2014). Andrés fue ascendido al grado de General de la Nación Post Mortem “por su contribución a la epopeya de la emancipación del continente americano”.

La reivindicación del comandante ya era popular, y había un fuerte trabajo de artiguistas, como Arnaldo Huevo Gómez, que desde hace años militaba por la memoria de Andrés.

Otros silencios

“¿Qué pretenden estos pocos y oportunistas historiadores de Corrientes?, ¿Es tanto el resentimiento conservador y el racismo que llevan dentro que son incapaces de tolerar un monumento a nuestras causas guaraníes en la ciudad?”, resaltan los compañeros de Cultura Vallese y Payé Cine.

Según nuestro Libertador: “Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar. Un día se sabrá que esta patria fue liberada por los pobres y los hijos de los pobres, nuestros indios y los negros que ya no volverán a ser esclavos de nadie”, (en memorias General José de San Martín del granadero coronel Manuel De Olazábal, 1799 -1872).

En 2014, al entrevistar a Deniri, El Eslabón le preguntó sobre su paso por el Ejército y explicó: “Soy capitán retirado, me echaron a la mierda por no estar de acuerdo con el Proceso”. Deniri es caratulado por muchos como colaborador procesista, pero esa historia nunca la contó.

Deniri insiste: “Andrés no fue gobernador de Corrientes”. Por su parte, Daniel Cantero, investigador del guaraní, remarcó que “si bien ejerció el poder político, su cargo fue el de Comandante General, designado por Artigas y con facultad de intervenir en las jurisdicciones cuando era necesario”.

Enviado por Artigas, Andresito fue a Corrientes al ser depuesto el gobernador artiguista Méndez por el capitán Vedoya (apoyado por porteños), en mayo de 1818. Cantero aclara: “La recuperación del gobierno federal, para muchos correntinos no fue una liberación, sino una invasión”.

Esa mirada horrorizada registró en sus memorias Fermín Félix Pampín, ilustrado español y patriarca del patriciado correntino con tres de sus hijos gobernadores. El temor no surgía por el despotismo, sino por que fuera ejercido por indios.

Por su parte,Pablo Camogli, historiador de Posadas, indica que la ocupación guaraní de Corrientes produjo que sectores subalternos de la sociedad llegaran al poder. “Esto alteraba el orden económico, sustentado en gran parte en la servidumbre indígena, lo que generó protestas de la élite local”.

Demonización y exorcismo

El 19 de noviembre de 2008, Deniri publicó en el diario El Litoral “La Campaña del Desierto y la verdadera dimensión histórica del Gral. Julio Argentino Roca”. Allí escribe: “Él acabó, definitivamente con un flagelo que consumía vidas y haciendas: Los malones”. Afirma que “no hubo una matanza de pueblos originarios sino de indios chilenos”.

En diciembre de 2008, Osvaldo Bayer escribió en Página 12: “Tal vez lo más desopilante de los últimos días ha sido lo publicado por el diario El Litoral, bajo la firma de un señor Jorge Enrique Deniri. Compórtese, primero vaya a las fuentes, infórmese y no largue ese chascarrillo, por el cual va a llegar a la celebridad en la Sociedad Rural”.

Historias que no contó

“En la ciudad de Goya, piden a Deniri que hable, que diga qué pasó en tiempos del proceso militar, donde militantes sin juicio previo y sin posibilidad de defensa fueron masacrados. Mientras tanto él calla, no se pronuncia”, advierten familiares y amigos de víctimas del Terrorismo (Portal Sur Correntino)

En julio de 2014 Jorge Piérola, escritor y hermano de un desaparecido, afirmó que Deniri estuvo “en la planificación y ejecución de la masacre de Margarita Belén como capitán de Inteligencia”, según archivos del Batallón 601.

Simulando un enfrentamiento, fueron fusilados 11 militantes y 4 desaparecidos en un traslado de Resistencia a Formosa.

Deniri nació en la ciudad bonaerense de San Martín. Hizo la carrera militar en 1971, en Corrientes donde se instaló y se casó. “Me acorrentiné y me quedé”, señalaba; y sobre su pasado militar admite: “No tengo un buen recuerdo, dijeron cualquier cosa sobre mí”.

Para Piérola, “es uno de los tantos testigos que debería ser juzgado tanto por la Justicia como por el mismo pueblo. Porque es director del Archivo General de Corrientes”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 09/12/23

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