Unos monos dicen que cuando van al jardín “guardan cocos, diez maníes y cachitos de banana” en sus mochilas. Unos bichos amigos ayudan a guardar secretos divertidos, que se disfrutan y no hacen mal, pero los que hacen daño los ayudan a contar. Breves postales de Cuentos que cuidan, la colección para las infancias de Unicef.   

Son siete cuentos que se disfrutan por sus historias y sus ilustraciones. Son bellos textos literarios. La colección los propone como puertas a dialogar sobre el cuidado del ambiente, la educación inclusiva, la alimentación, el buen trato, la equidad de género, la no discriminación y la protección contra la violencia, el maltrato y el abuso sexual en las infancias.

La colección la conforman: Nara sueña, de Nicolás Schuff y Pablo I. Elías; Cuando se van al jardín, de Silvia Schujer y Patricia Lopez Latour; El lunes conocí a Emi, de Paula Bombara, Ivanke y Mey; Los Guardasecretos, de Graciela Repún y  Elissambura; ¿Qué vas a llevar?, de Pablo Bernasconi; La familia Michini, de Melina Pogorelsky y Vanessa Zorn, y Cichipo y Astrulina, de Luciano Saracino y Jimena Tello. 

Cada libro se puede descargar en forma gratuita de la página oficial de Unicef. Y  tres de los títulos de la colección se pueden adquirir en formato impreso (La familia Michini, Cichipo y Astrulina, y Nara sueña), ya que han sido editados en conjunto con Orsai. 

La otra buena noticia es que cuatro textos de esta colección están narrados de manera accesible: con audio en español y en Lengua de Señas Argentina (Los Guardasecretos; El lunes conocí a Emi, ¿Qué vas a llevar? y Cuando se van al jardín).

Desde Unicef destacan que la colección “invita a las infancias a asomarse a un universo de historias y, a través de ellas, poner ese mundo, su propio mundo, en palabras. Historias en las que tienen derechos”. 

La propuesta se presentó en 2019, fue creciendo en lecturas y sigue siendo promocionada en las redes sociales de la organización de las Naciones Unidas dedicada a las niñas y niños. Está pensada para leer, disfrutar y conversar en familia, en el aula o con quienes acompañan a las infancias; al final de cada cuento se abren espacios para pensar, hacer preguntas y actividades.

Ambiente e inclusión

“Cada primavera, Nara viaja a la casa de su abuelo, cerca del monte. Le gusta ver por la ventanilla cómo, poco a poco, desaparece la ciudad y crece el cielo”. En esa historia, Nara sueña que es una hormiga, también que tiene alas. Y en ese nuevo encuentro con su abuelo aparecen historias de la memoria familiar unidas a la naturaleza. En Nara sueña, de Nicolás Schuff (texto) y Pablo I. Elías (ilustración), el tema clave es el cuidado del ambiente y el cambio climático. “Todas las niñas y los niños tienen derecho a saber que existen acciones que pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático”, se destaca al final del texto.

“Acompañar el crecimiento de niñas y niños implica reflexionar sobre las prácticas y los hábitos que pueden ayudar a fortalecer su conciencia sobre el cuidado del planeta”, sugieren en la colección, y aprecian que este cuento invita a valorar la importancia de cuidar el ambiente, preservar los árboles y los espacios donde habitan los animales. 

“¿Qué guardan en la mochila los que se van al jardín?” La pregunta es disparadora de una divertida serie de respuestas que van dando monos, perros, abejas y conejos en el libro Cuando se van al jardín, de Silvia Schujer (texto) y Patricia Lopez Latour (ilustraciones). 

“Los osos de pelo blanco,/ los hormigueros, los pandas,/ en la mochila acomodan/ peluchitos con bufanda”, se disfruta en una de las páginas de este cuento. La invitación es a pensar en la educación inclusiva.  

Cuidar de las infancias significa también –señalan desde Unicef– favorecer “los espacios de diálogo, confianza y aprendizaje que los ayuden a conocerse a sí mismos, a reconocer y valorar las diferencias, aprender a convivir en la diversidad y a respetar a las y los otros”. Y destacan que este cuento se propone como una herramienta para pensar en “la importancia de que todas y todos puedan ir a la escuela, el respeto por los otros y la no discriminación”.

Para hablar de equidad de género, el cuento sugerido es El lunes conocí a Emi, de Paula Bombara (textos) y Ivanke y Mey (ilustraciones). “Estaba detrás de la maestra y sonrió cuando dijimos «Hola Emi». Tiene ojos marrones, rulos sobre la frente, las uñas mordidas. Se sentó conmigo”, se lee en la historia de una niña y un niño que van tejiendo con juegos e intercambios de gustos y preferencias una amistad. 

El cuento –explican desde la colección– convoca “a una crianza sin distinciones desde la infancia de manera que tanto mujeres como hombres tengan las mismas posibilidades, oportunidades y derechos”.

Protección y buen trato

Los Guardasecretos, de Graciela Repún (textos) y Elissambura (ilustraciones), es otro de los Cuentos que cuidan. Fue elegido para invitar a dialogar sobre el derecho a la protección contra la violencia, el maltrato y el abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes. 

“En el estanque me dicen Patito Feo, cuando nado, no me quieren a su lado. A veces escucho que se burlan de mí… ¿Es este un secreto que tendría que ser contado?”, se lee con ritmo de poesía en otro de los textos ofrecido para ayudar a las infancias a “cuidarse, para identificar cuando algo no les gusta o les incomoda y para pedir ayuda”.

“Este material ofrece –dicen desde Unicef– un recurso para conversar con las niñas y los niños acerca de ciertos temas sobre los que es importante dialogar y no siempre se sabe cómo acompañar, ni resulta fácil hacerlo”.

La alimentación y nutrición también forman parte de los diálogos convocantes de la colección para las infancias. En este caso, a través del cuento ¿Qué vas a llevar?, de Pablo Bernasconi. 

En esta historia, a la que se van sumando distintos animales con sus alimentos favoritos a un largo viaje en motoneta, un pájaro de cresta roja pregunta si puede llevar con él “un choclo para tener mucha energía, llegar muy lejos y muy rápido”. Lo mismo hace un conejo, quien elige llevar una zanahoria por si descubren nuevos paisajes y poder verlos muy bien.

La invitación aquí es a que niñas y niños conozcan su cuerpo “y las formas de cuidarlo, así como la importancia de conocer los alimentos saludables”.

“En la familia Michini todos andan cansados… La mamá gata resopla, y el papá, mira enojado. Y es que gatito no para. Hoy se mandó mil macanas: por correr, volcó la leche y enredó todas las lanas”, comienza la historia de La familia Michini, tal el nombre del libro escrito por Melina Pogorelsky e ilustrado por Vanessa Zorn. 

El buen trato es la cuestión central del llamado a esta lectura. En otras palabras, al derecho que tienen las infancias a crecer “en un entorno afectuoso y de buenos tratos”. “Ello requiere pensar formas de establecer límites, decir las cosas y modificar conductas no deseadas a través del respeto y el trato amoroso, sin recurrir a gritos, amenazas, castigos o golpes”, amplían desde Unicef.

En la historia de Cichipo y Astrulina, todo el tiempo se habla del “acá” y del “allá”. En el diálogo que construyen estos personajes se va tejiendo, desde las diferencias, lo común. La historia está escrita por Luciano Saracino e ilustrada por Jimena Tello. Es recomendada para dialogar sobre la no discriminación

La oportunidad de esta historia es a pensar en el derecho que tienen cada niña y niño “a ser tratado y cuidado de forma igualitaria, sin importar dónde nació, dónde se encuentra, cuál es su nacionalidad, etnia, o cualquier otra condición de sí mismo o de su familia, es decir, a no ser discriminado”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 13/01/24

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