En un contexto de ataque desde Nación a los distintos sectores de la cultura, Rosario aún mantiene algunos baluartes en defensa de su identidad local. El Tríptico de la infancia, la Noche de los museos, el festival Faro, son algunas expresiones de esta política pública.

Uno de los sectores diferencialmente afectados por el gobierno de Milei –que hasta ahora ha perjudicado al conjunto de la población– fue el de la cultura. Desde los intentos de desbaratar a través de la Ley Ómnibus diferentes instituciones que permiten a artistas desconocidos acceder a diversos trabajos y experiencias formativas, el desfinanciamiento de las bibliotecas populares –que muestran que cultura no es sólo el arte, sino que es el encuentro de un pueblo que comparte experiencias de vida en una geografía– hasta la oleada de tuits atacando a Lali Espósito o poniendo en duda al Cosquín Rock: ¿Será que también ese festival se hacía con la nuestra? 

Rosario no está aislada de ese contexto nacional, que puja por volverse dominante. Pero tiene una tradición de promover al arte local, a los espacios de encuentro gratuitos y financiados desde el Estado. En ese sentido habló el subsecretario de cultura de la Municipalidad, Federico Valentini, en el programa de radio Poné la pava: “A veces en Rosario nos cuesta sentirnos orgullosos de lo que tenemos. Puedo asegurar que hay mucho para sentirse orgullosos en relación a la inversión cultural que tiene esta ciudad, en la cual su partida presupuestaria está en el 3,5 por ciento mientras la mayoría de las ciudades y provincias no superan el 1 por ciento; Nación o Provincia deben ejecutar un 0,25 o 0,28 del presupuesto en cultura. En Rosario hay mucho para corregir, pero hay una provisión presupuestaria y una red de instituciones culturales que muy pocas ciudades tienen en el país, que nos sentimos orgullosos de tener y defender, y que en años como estos sus valores y sentidos suben. Cuando la incertidumbre se hace casi permanente, la posibilidad de disfrutar de un espectáculo, de compartir con otros y con otras es un respiro y la cultura también es para eso”. 

Valentini, nacido en Hughes, misma localidad que el actual Gobernador de la Provincia, puso el énfasis en que “hay una mirada errónea, que se ve la cultura sólo a través del hecho artístico y no desde su capacidad de transformación”, y recordó: “Uno de los proyectos más lindos que tenemos, y más virtuosos, son las orquestas infanto-juveniles. Me ha tocado estar en uno de sus conciertos y ver a chicos de Ludueña, del norte, del sur de nuestra ciudad en nuestro teatro el Círculo, y lo que sucedía allí no tenía sólo que ver con lo que sucedía en el escenario, tenía que ver con cientos de familia entrando al Círculo y quedando boquiabiertos del lugar en el que estaban, mirando el techo. Eso es la cultura, la capacidad de imaginarnos en nuevos mundos, en mundos mejores. Puedo asegurar que un país con los niveles de pobreza, de desigualdad que tenemos, en donde seis de cada diez chicos son pobres, la cultura y la educación, como el empleo y demás, pero sobre todo la cultura y la educación van a ser las únicas herramientas que nos van a permitir imaginar un mundo mejor. Para salir de muchas situaciones de vulnerabilidad en que muchas de estas chicas y chicos viven, lo primero que uno tiene que hacer y debe hacer es poder imaginar. Y eso es a través de la cultura y la educación. Después, claramente el país, y aquellos que tenemos responsabilidades de gestión tenemos que tener una profunda autocrítica. No podemos enojarnos con el enojo de la gente, porque es real, porque hemos fracasado en muchas de nuestras políticas públicas, pero de nuestros fracasos y nuestros errores no podemos creer que se sale con menos educación, con menos cultura, con menos soberanía; se sale con más educación, más cultura y más soberanía. Y desde nuestro lugar, desde la división política de nuestro intendente, es lo que trataremos de hacer en este tiempo de gestión, más allá de que a algunos la verborragia les gane”. 

Foto: Prensa Municipalidad

Esa verborragia mencionada parecería ser una alusión al Presidente de la Nación, del cual Valentini opina que su mayor capital político fue aquella verborragia “que supo canalizar el enojo de un país con muchos motivos para enojarse, y para enojarse con la clase dirigente. Pero esa verborragia eligió atacar a ídolos populares, a festivales como el Cosquín Rock”. Y continúa: “Milei tiene una mirada equivocada, de desconocimiento de todo lo que la cultura genera en relación al PBI, a las industrias culturales, a la audiovisual, en relación a lo que genera como marca, como identidad. Creo que hay un uso inteligente de poner en discusión a ídolos populares para no discutir lo que realmente estamos pasando como país y como sociedad. Después sí creo que hay algo respecto a la cultura en donde no hubo ideología en términos de ponernos de acuerdo. De Pablo Echarri a Campanella, que podemos posicionarlos en dos extremos ideológicos, todos compartimos que lo que la Ley Ómnibus pretendía era una barbaridad. Nosotros desde el lugar que tenemos nos hemos manifestado, nos hemos reunido con los actores que se verían perjudicados por esa ley, nos hemos puesto a disposición para, con las herramientas que tenemos como municipalidad, poder atenderlos”. 

Sobre el desempeño cultural de la ciudad, Valentini dice estar “muy conforme con los resultados que nos hemos propuesto. En Rosario han sucedido cosas que ninguna otra ciudad, en este momento del país, puede mostrar, por la diversidad de sus programaciones, por sus festivales, por sus carnavales”. Y ancla una posición: “Estamos generando trabajo. Estos festivales son de la ciudad, pero los artistas tienen que asociarse y defenderse. Nosotros lo hacemos generando trabajo y generando también un espacio, que es el escenario para que hagan cualquier tipo de manifestación política que elijan. La cultura no sólo involucra a los artistas y al vínculo que los artistas puedan tener con el Estado. La idea tiene que estar a disposición de la ciudad. Y aquellos que tenemos responsabilidades en la gestión pública, en este caso yo como secretario, tener esa mirada. Y aquellos que son gestores culturales independientes y artistas, también tenerla. Yo no conozco un festival como el Faro que haya sido ciento por ciento de programación local. Hay que corregir algo, lo corregiremos; tenemos que estar atentos, en estos tiempos, sobre todo, de mejorar nuestros tiempos de pago, haremos el compromiso y los mejoraremos. Pero no son compromisos que uno puede tener en este tiempo sin que la cultura habite el espacio público y que esa manera de habitar el espacio público sea con trabajadores y trabajadoras de la ciudad. Nunca perdamos el faro de que la ciudad pueda transitar por los espacios culturales”.

También se refirió a las distintas instituciones culturales y de formación que tiene la ciudad, como la escuela de danzas, de música, de artes urbanos y el Tríptico de la infancia. “Estamos bien, son construcciones que están funcionando. Siempre faltan cosas, y estamos trabajando sobre lo que falta. El tríptico en años de crisis duplica o triplica el público que va. Y la experiencia del tríptico, que tiene 20 años y sigue vigente, no sucede en otra ciudad del país”, subrayó.

Pinceles en mano

La detención de seis jóvenes que estaban haciendo una pintada en la Plaza 25 de Mayo, ordenada por el jefe de Policía Daniel Acosta, que, como él mismo señaló “Personal de la Motorizada llegó al lugar y alertan que había un grupo con pinceles en mano”, parecería estar en contradicción con la idea de habitar los espacios culturales y de transitar la ciudad imaginando mundos mejores. Consultado por el hecho, Valentini plantó una posición clara, y aseguró que “sin ninguna duda, la plaza tiene historia, que es la historia de las Madres, y hay que cuidarla más que nunca”. Y agregó: “En lo personal y en mi rol de subsecretario estuve en contacto con algunos referentes. Con el rector de la universidad, Franco Bartolacci, estábamos en ese momento juntos y tratamos de comunicarnos para estar atentos a esa situación. Posteriormente estuve en contacto con la abogada de los jóvenes que habían sido detenidos, también poniéndonos a disposición y construyendo algunas herramientas para que la situación no avance”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 24/02/24

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