En marzo de 2013, el pedagogo norteamericano Michael Apple fue distinguido por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) con el título de Doctor Honoris Causa. La distinción la entregaba la Facultad de Humanidades y Artes, era la primera que otorgaba la gestión del por entonces decano y hoy ministro de Educación de la provincia, José Goity. Lo había invitado para que dictara una clase magistral en la inauguración de ese año académico.
Apple es un reconocido educador de la pedagogía crítica, bien nombrado por “cuestionar las relaciones entre educación y poder, y abocado a la democratización de las prácticas y las políticas educativas”, tal como lo describe un artículo periodístico de esos días. Trabajó como profesor de escuela elemental (maestro de grado) y de escuela secundaria. Es profesor de la Universidad de Wisconsin (EEUU), autor de numerosos libros y publicaciones. Y, además, el prestigioso pedagogo fue presidente de un sindicato docente. “Algo que también me sirvió para comprobar que las luchas del profesorado, al igual que las de otros colectivos de trabajadores y trabajadoras, eran una parte de la lucha general por la transformación de la sociedad”, como confiaría de esa participación en una entrevista para Cuadernos de Pedagogía. La clase magistral que ofreció con motivo de aquel reconocimiento la tituló ¿Puede la educación cambiar la sociedad?
En marzo de 2013, Goity reconocía ese “pilar académico y de compromiso social” que tuvo Apple “desde sus orígenes fundando sindicatos docentes y comprometiéndose con el derecho a la educación”. Y aseguraba que con la presencia y distinción a este pedagogo se estaba fijando “una declaración de principios institucional académica”, que era “una manera de decir que nos identificamos plenamente con esos principios ideológico-filosóficos que sustentan sus prácticas” y que significaba “un aporte a la discusión política de la educación santafesina”.
Una década después, y a poco de concretarse lo que será otra marcha histórica en defensa de la educación pública argentina y del financiamiento de las universidades nacionales, las enseñanzas de Michael Apple quedaron bien distantes de las prácticas del hoy ministro de Educación Goity (no se aprendieron nunca o fueron “olvidadas”).
En la previa a esta Marcha Federal, el funcionario de Pullaro se pronunció en contra del paro docente decretado por la Ctera para todo el país, y por la Amsafé en la provincia para acompañar el reclamo de fondos educativos. “Nosotros tenemos una prioridad, lo dijimos desde el primer día, y son las clases. Todo lo demás es importante, no decimos que no lo sea. Pero la prioridad es que haya clases y que los chicos estén en la escuela”, dijo en declaraciones a la prensa y agregó: “Vamos a acompañar desde las aulas; primero vamos a dar clases y luego vamos a acompañar también los reclamos porque creemos que son justos”.
Esos dichos los ratificó este martes, cuando envió a las escuelas el recordatorio de completar la declaración jurada de prestación de servicios -otro recurso de Pullaro de persecución a quienes adhieren a las medidas de fuerza- correspondiente a este miércoles 2 de octubre. Esta vez con la particularidad de que el Ministerio se atribuye, al mejor estilo patrón de estancia, la potestad de autorizar a asistir a la marcha a partir de las 18 horas (de paso, si tanto le importan las clases a este gobierno ¿las Eempas y las escuelas nocturnas no entran en esa escala oficial de valores?).
El comunicado que lleva la firma del Ministerio de Educación de la provincia y enviado a las escuelas dice: “Estimados docentes: Nos ponemos en contacto con ustedes para informarles que todos los agentes deberán completar una declaración jurada de prestación de servicios del día 2 de octubre. Dicha declaración deberá ser completada por todo el personal, sin importar los días y horarios en los que efectivamente preste servicios (es decir, aunque no debe dictar clases ese día). En el caso de los agentes que no presenten declaración jurada se presumirá que no prestó servicios. (…) teniendo en cuenta que el plazo para presentarlo se extiende desde el día 2 hasta el día 4 de octubre. En esta oportunidad hacemos saber que las declaraciones juradas de quienes quieran concurrir a las 18 horas a los actos en defensa de la universidad pública quedarán contemplados”.
Las políticas de ajuste del gobierno provincial se mostraron desde el primer llamado a paritarias el 4 de enero: no sirvió más que para la foto. No pasó mucho para que el gobierno de Pullaro mostrara que sus promesas de campaña electoral habían sido una farsa: anunció que no pagaría la deuda de la paritaria de 2023; los porcentajes de incremento salarial los comenzó a comunicar de manera unilateral en un como si de mesa paritaria; volvió a los 90 con la aplicación del presentismo (ahora con nombre de Premio a la Asistencia Perfecta) y por si fuera poco impulsó y logró aprobar una reforma previsional (de manera escandalosa) que obliga al magisterio a aportar más a la Caja de Jubilaciones, jubilarse más tarde y cobrar menos.
En Santa Fe no se discute de políticas educativas y menos de pedagogía. La pregunta por la educación que se quiere no tiene lugar. Es más, la formación docente ya llega cocinada por las fundaciones que la dan a consumir. En la provincia, los derechos a huelga y al reclamo por condiciones dignas para enseñar y aprender no están garantizados.
En la conferencia que ofreció Michael Apple en marzo de 2013, reclamó una “democracia fuerte en la educación” en contraste a la de los mercados y de la privatización que recorre el mundo, justamente como hoy pasa con las políticas de Milei. Y confió a quienes lo escuchaban: “Muchas veces me han tildado de peligroso, yo digo que si eso es desear que todos los chicos de esta sociedad tengan los mismos derechos, lo soy”. Una clase magistral de principios que este miércoles convoca a marchar y se dará en las calles.
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