A tono con los tiempos libertarios, la educación financiera busca ganar terreno en las escuelas y en la formación docente. En Santa Fe, el senador Armando Traferri presentó un proyecto de ley para que esta enseñanza sea obligatoria en las aulas de la provincia. Casi al mismo tiempo, la Comisión Nacional de Valores (CNV) creó un nuevo régimen especial para que, a partir de los 13 años, las y los adolescentes puedan operar en el mercado de capitales, con bonos y acciones de empresas que coticen tanto en el país como en el exterior. Y desde el Gobierno de Caba ya se anunció que a partir de marzo que viene habrá programas con esta formación en todas las escuelas públicas y privadas.
“Educación hoy para anticipar el mañana”, se lee junto a la foto de un nene guardando un dólar a manera de ahorro. Es la portada de un proyecto de educación financiera implementado por estos días en una escuela pública de Rosario. Fue planificado para todos los grados de la primaria y compromete en su puesta en marcha a docentes y equipo directivo. Propone actividades para “aprender jugando juntos sobre el valor del dinero, la importancia del ahorro, billeteras virtuales y pequeñas inversiones”, y convoca a “empezar desde niños para ser adultos responsables”.
A la hora de fundamentar, la iniciativa cita –entre otros argumentos– una entrevista publicada en Rosario 3 a la especialista en educación financiera Gabriela Totaro, quien considera que “esta formación debería comenzar en la primaria y la idea es que esté en la currícula”. “En Estados Unidos, por ejemplo, en los colegios de élite los chicos a partir de los 8 años ya saben lo que significa el mercado de capitales o invertir en bolsa. O en Israel, los chicos de 11 años ya saben hablar de negociación”, celebra.
Totaro es autora del libro Silver. Una emotiva lección de educación financiera para niños y no tan niños. “Es el clásico Aladino y la lámpara maravillosa, pero adaptado: en Silver, el genio es un genio financiero”, cuenta, y agrega: “Está pensado para que los chicos de 6 a 8 años lo lean junto a un adulto, por lo que el adulto también aprenderá sobre términos financieros. Y para que los chicos de entre 8 y 12 años lo lean ellos solos”.
Cuando el libro se publicó, en junio de 2023, recibió entre otros elogios los de la actual ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto Diana Mondino, en ese momento directora de la Ucema: “Buenos consejos para buenos amigos. Buenas ideas para viejos problemas. Esta historia nos hace pensar en el valor de la amistad, del esfuerzo, del ahorro y de la generosidad”. También del Ceo de AsesorDeInversiones.com (especialistas en manejar inversiones en la bolsa de USA), Alejandro Bianchi, quien opinó: “Fomentar hábitos financieros saludables desde temprana edad es deber de todo buen padre. Gabriela nos brinda este cuento como herramienta para ilustrar la importancia del ahorro, divirtiendo tanto a niños como adultos”.
Entre la bibliografía citada en la propuesta escolar rosarina está el libro Padre rico, padre pobre. Qué les enseñan los ricos a sus hijos sobre el dinero, ¡que los pobres y la clase media no!, de Robert Kiyosaki.
Apenas se conoció el proyecto de educación financiera de esta escuela primaria, un grupo de familias expresó su rechazo a través de una Carta abierta. “No les estamos enseñando el valor del trabajo, todo lo contrario, es la instauración de la bicicleta financiera, la visualización del futuro logrando el éxito por tener bienes materiales, el individualismo a la orden del día”, dijeron en ese mensaje, en el que también señalaron: “No hay inocencia en esta propuesta, en introducir a los niños al mundo de las finanzas en un contexto en el cual abundan noticias acerca de la problemática de la ludopatía en niños y adolescentes, y acerca de la posibilidad de que niños de 13 años puedan invertir en el mercado de valores”.
En Santa Fe
En septiembre pasado, el senador por el departamento San Lorenzo (Bloque Partido Justicialista), Armando Traferri, presentó un proyecto de ley “que busca garantizar el derecho de todos los alumnos y alumnas a recibir una educación integral en materia financiera, bancaria y de emprendedurismo en los niveles secundario, terciario y en la formación docente en la provincia de Santa Fe”.
La iniciativa impulsa que se incluyan contenidos de educación financiera “como parte obligatoria del currículo en escuelas públicas y privadas” y establece que será el Ministerio de Educación la autoridad responsable de implementar esta enseñanza.
“Consideramos que la educación financiera es esencial para preparar a nuestros jóvenes a enfrentar decisiones económicas informadas en su vida cotidiana”, afirmó el senador, quien hace un par de semanas fue imputado en una causa en la que se lo señala como jefe de una asociación ilícita que sostiene el negocio del juego clandestino.
Según la propuesta enviada a la Legislatura, se trata de acercar a las y los jóvenes “la enseñanza de cuáles son y cómo funcionan las herramientas financieras que van a usar en su vida cotidiana: qué es una cuenta corriente bancaria, una caja de ahorro, qué es una billetera virtual, cómo entender el valor del dólar, qué es dólar MEP, saber leer las distintas formas en las que se expresan las tasas de interés, poder determinar si un crédito es barato o no, qué son los fondos de inversión, qué es una criptomoneda; en definitiva, capacitarlos para que tengan en el futuro un buen manejo de las herramientas financieras”.
Entre la política y la avaricia
¿Qué educación financiera? Reflexiones entre la política y la avaricia. Bajo este título la Ctera difundió el lunes 14 pasado un análisis del pedagogo Pablo Imen (Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini). Un aporte más que valioso para entender qué se pone en discusión cuando se habla de educación financiera en las escuelas. Más en la provincia de Santa Fe, en la que las políticas educativas no promueven un sólo debate pedagógico, menos qué proyecto de educación se quiere, sólo dan lugar a modelos envasados de formación docente.
El aporte de Imen llega a propósito de la habilitación de la Comisión Nacional de Valores para que desde los 13 años de edad (Inversores +13) se pueda actuar en el mercado de capitales.
Advierte que “en un plano muy práctico y concreto, algunas voces han señalado que en el marco del blanqueo de fondos que se radicaron en guaridas fiscales, esta medida legaliza la participación de menores para aprovechar la generosidad del gobierno en relación a evasores y elusores fiscales. Aquí no rige, desde luego, el rigor mileísta que, para el equilibrio fiscal, recorta el presupuesto de la salud, la educación y la obra pública”.
El educador alerta además que este tipo de medidas promueven “una cosmovisión que reivindica la especulación financiera como mecanismo de privilegio en la generación de riqueza”. “Lo hace, de manera paradójica y cruel, en un contexto de empobrecimiento masivo de la población y muy particularmente de las generaciones más jóvenes, cada vez más empobrecidas. ¿En qué puede invertir quien no tiene recursos para asegurarse cuatro comidas diarias?”, interpela.
Pablo Imen recuerda que la educación es siempre un terreno de disputas. El de la educación financiera no queda afuera. “Un proyecto educativo funcional al proyecto civilizatorio neoliberal, neocolonial, neoconservador y patriarcal hará de la educación financiera una plataforma pedagógica de primer orden: se contribuirá a formar especuladores, sujetos individualistas, personas resignadas a un modelo de acumulación radicalmente injusto de trágicas consecuencias culturales y sociales”, afirma.
Y subraya que, por el contrario, “un proyecto educativo de inspiración emancipadora y radicalmente democrática también deberá asumir una educación financiera pero con un sentido, un contenido y un método radicalmente diferente”.
Cartas a una Profesora de Barbiana es la obra que Pablo Imen elige para titular sus reflexiones sobre la educación financiera. “Los estudiantes autores de este maravilloso texto señalan que salir de los problemas todos juntos es la política, y que la salida individual es la avaricia”.
Publicado en el semanario El Eslabón del 19/10/24
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