Imaginate ser adolescente, transitar todos los días el camino de casa a la escuela, esperar el colectivo solo o con tus amigos y que una mañana, a pocos metros de donde estudiás, te pare la policía santafesina para pedirte el DNI, preguntarte si participás en el Centro de Estudiantes y sacarte una foto. Y todo en plena democracia. Esto es lo que vivió un grupo de alumnos de la Escuela Dr. Francisco de Gurruchaga (Salta al 3400) la semana que pasó y que rápidamente fue noticia. No es ni la primera vez ni son los únicos chicos y chicas que pasan por estas situaciones violatorias de derechos humanos. En los barrios periféricos de Rosario y en los sectores pobres, estos aprietes de las fuerzas de seguridad dirigidas por el gobierno de Maximiliano Pullaro son habituales aunque no ganan siempre igual difusión. Son medidas también avaladas por un consenso social propio de los tiempos libertarios que mira con desconfianza al otro, en particular al “negrito”, a los de “gorrita”, con el único argumento de “vaya a saber en qué anda”.
La mamá de uno de estos estudiantes de la Gurruchaga fue quien propuso, en una entrevista con el programa Poné La Pava, de Radio Rebelde, esta idea de imaginar ser un adolescente aprendiendo a ganar unos metros de autonomía, superar los temores propios y de la familia, y de golpe, al salir de clases, caer bajo sospecha de la policía.
“Manejarse solo en esta época es difícil, imaginate si encima te para la policía a los 13 años”, expresó esta mamá para marcar la preocupación generada. Relató que su hijo volvía de la escuela para tomar el colectivo y lo pararon dos mujeres policía: “Le piden que les muestre su DNI, lo busca y no lo encuentra. Se asusta un poco porque nunca lo había parado un policía. Les dice que no lo encuentra y que es menor”.
El alumno de la Gurru le mandó un mensaje a la madre contando lo que pasaba y pidiéndole que le pase el número de DNI. Aprovechó y le envió la ubicación en tiempo real, más una foto del aparato que portaba la policía. También les ofreció a las agentes ir hasta la escuela para que allí corroboraran su identidad. En ese ínterin de mensajes, le contó a su mamá que las policías le advirtieron que tiene que salir con el documento “porque si no se lo pueden llevar para averiguar antecedentes”.
“Vino muy angustiado. Le pedí que cuente lo que pasó en el chat que tiene con sus amigos y el Centro de Estudiantes. Lo hizo y otros chicos empezaron a decir que a ellos también les pidieron el documento en otros espacios cercanos a la escuela”, siguió la mamá ampliando sobre la gravedad de los hechos.
Los testimonios de los compañeros de escuela ratificaron que no fue un hecho aislado, y que hasta la policía que los paró para pedir el DNI les preguntó si formaban parte del Centro de Estudiantes y les tomaron fotos.
Para esta familia, cómo defenderse de la violencia institucional es una preocupación de formación ciudadana, y como tal la comparten. “Es algo que nosotros siempre reforzamos con él, que ante cualquier situación en la que se encuentre con alguna fuerza policial que avise que es menor de edad”, contó la madre.
“Estuvo muy astuto, me siento orgullosa”, confió la mamá sobre la actitud que tomó su hijo y alertó: “Él tiene esos recursos pero me pregunto qué pasa cuando no es así, porque sabemos que a los chicos en otros barrios y en otros espacios les están haciendo esto hace meses. Ese miedo ya habita en mi hijo y en nuestra juventud”.
La madre comunicó a las autoridades de la Escuela Secundaria Gurruchaga lo que pasó, pidiendo que intervengan, ya que afecta a toda la comunidad educativa.
Detenerte por no llevar el DNI y “averiguación de antecedentes” ya no corre en Santa Fe. A mediados de octubre, un fallo del camarista penal de Rosario Gustavo Salvador cuestionó y le puso límites a esta pretensión de Pullaro. A pesar de la medida judicial, todo indica que habrá que seguir batallando para no naturalizar estos atropellos.
“No queremos que asistan con miedo”
Las y los docentes del secundario de la Escuela Gurruchaga manifestaron en un comunicado su “profunda preocupación sobre los hechos ocurridos con nuestros estudiantes” el martes 29 de octubre: “Durante el transcurso de la mañana varios de nuestros estudiantes fueron parados por la policía en los alrededores de nuestra institución, exigiéndoles DNI, tomándoles fotos, preguntándoles si formaban parte del centro de estudiantes”.
Aseguran que lo ocurrido generó mucha preocupación en las familias, que hasta resolvieron no enviar a sus hijos a clases. “Como comunidad hemos decidido generar espacios de charlas, debates y concientización sobre el tema en cuestión. No queremos que nuestros estudiantes asistan con miedo, consideramos que de alguna manera esto vulnera sus derechos. En nuestra institución trabajamos por una educación pública integral, inclusiva y diversa que los cobijen a todos/as”, declaran.
Anticipan que docentes, no docentes, Centro de Estudiantes y familias trabajan “en conjunto y planificando qué acciones tomar”, además de agradecer los innumerables llamados de solidaridad.
En esa línea de respetar y hacer respetar los derechos de las infancias y las adolescencias, la Red Cossettini –que reúne a docentes e investigadoras– rechazó cualquier violencia ejercida desde el Estado: “Comprometida con la voz de los niños, niñas y adolescentes alzamos las banderas de nuestros ideales y convicciones para repudiar los actos que intentan amedrentar, sembrar el miedo y acallar dichas voces. El miedo, la represión y la persecución sólo son camino a la violencia y al enfrentamiento”.
Y recuerdan que “tal como nos enseñaron Olga y Leticia, no hay libertad plena e íntegra sin el ejercicio democrático de la participación en la escuela”. Repudian que la policía del gobierno provincial interrogue a las y los alumnos sobre su participación en los centros de estudiantes.
Retroceso en los derechos
Desde distintos sectores se multiplicaron las muestras de repudio y solidaridad. La Feser (Federación Secundaries Rosario) y la Renace (Red Nacional de Centros de Estudiantes) expresaron en forma conjunta: “Entendemos esta situación como un retroceso de nuestros derechos y de la gran lucha colectiva por la democracia. Le decimos no a las políticas de persecución constantes de este gobierno tanto a nosotros los estudiantes, como a nuestros docentes y no docentes. Nunca más es nunca más”.
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El Frente de Trabajadores de la Educación (Amsafé) compartió un llamado de la Mesa en defensa de la educación pública –integrada por diferentes organizaciones– a no naturalizar “una práctica anticonstitucional en democracia”.
La Coad, el gremio docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), también repudió el “accionar intimidatorio y anticonstitucional de la policía provincial”, a la vez que exigió al Gobierno de la provincia que investigue los hechos.
“Basta de detenciones ilegales en Rosario”, titula el comunicado de repudio la delegación local de Amsafé por “la detención de cuatro jóvenes de la comunidad qom y el accionar policial intimidatorio” contra estudiantes de la escuela Gurruchaga.
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“Anoche –por el martes 29 de octubre– un grupo de jóvenes entre los cuales había varios ex estudiantes de la Escuela 518 Carlos Fuentealba fueron detenidos mientras estaban ensayando con su grupo de hip hop”, denuncian desde Amsafé Rosario.
“Exigimos el inmediato cese del hostigamiento sobre estudiantes y jóvenes. La política represiva del gobernador Pullaro y el ministro de Seguridad Cococcioni tiene como blanco a la juventud mientras los grandes delincuentes que lavan el dinero narco, el juego clandestino, el lavado de activos gozan de total impunidad”.
Y recuerdan que la detención de docentes y estatales que luchaban contra la reforma previsional es parte de la misma política.
Desde Seguridad
Desde el Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe buscaron relativizar lo ocurrido, calificando de un “supuesto intento de detener a un alumno de la Gurruchaga”. “En el horario que se dice sucedió esto, en esa zona no hubo traslados 10 bis, no hubo consultas al sistema Cóndor ni al sistema Sifcop y los GPS de los policías dan que no hubo ningún efectivo parado por más de 120 segundos; lo que no es tiempo suficiente para identificar a nadie”. Y pidieron a la población aportar “otro dato que permita esclarecer la situación”. La foto que el alumno de la Gurruchaga le alcanzó a tomar al celular de la mujer policía consultando al sistema es una prueba contundente de que la situación fue muy distinta a la que intentan instalar desde la fuerza y la propia cartera de Seguridad.
También se buscó quitar relevancia a la denuncia de los estudiantes vinculando lo ocurrido con las rondas de la policía en el barrio, en especial en la Plaza de las Américas (Salta al 3300) por un pedido para garantizar seguridad que hicieron desde la Vecinal Maradona.
Los testimonios de los estudiantes son contundentes: pedidos de DNI y amenaza de meter presos en caso de no llevarlos. Lo que pasó en la Gurru no es un caso aislado, es la política de Maximiliano Pullaro.
Publicado en el semanario El Eslabón del 02/11/24
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