El sacerdote arribó a tribunales y dijo que no tenía "muchas expectativas" en que la Justicia declare la nulidad del enjuiciamiento pero que tiene el respaldo del cardenal Bergoglio.
El oscuro cura Julio César Grassi, acusado de 17 presuntos casos de abuso sexual y corrupción contra tres menores que estaban a su cargo en la Fundación Felices los Niños, arribó al Tribunal Oral de Morón Nº 1 donde afrontará la tercera jornada del juicio que pesa en su contra y admitió que no tiene "muchas expectativas" en que la Justicia declare la nulidad del enjuiciamiento.
Al llegar a la casa de justicia, Grassi dijo que cree en la Justicia aunque esta esté "encarnada en hombres" y ratificó lo dicho antes de la primera audiencia: "La iglesia nunca me sancionó, nunca me prohibió rezar misa. La iglesia confía en mí. (El arzobispo de Buenos Aires Jorge) Bergoglio me dijo que me apoya personalmente (sic). Frecuentemente me comunico con él".
Corre por su cuenta. Sin embargo, la Conferencia Episcopal Argentina tomó distancia de los dichos de Grassi, "Es una afirmación que corre por su cuenta", dijo el vocero episcopal, presbítero Jorge Oesterheld.
