Un avión que se dirigía hacia Las Palmas de Gran Canarias, se estrelló en el aeropuerto internacional de Barajas y ya arrojó un saldo de 153 muertos y 19 heridos de gravedad que podrían correr la misma suerte.
El aparato de la línea aérea Spanair debía despegar de Madrid a las 13, hora local, pero luego de abandonar la puerta de embarque y dirigirse a la pista que le indicaba la torre de control, regresó repentinamente por problemas técnicos que no se han detallado aún. Trás ser sometido a reparaciones volvió a salir a las 14,25. El piloto, luego de carretear y alcanzar la velocidad deseada, elevó la nariz de la nave en el preciso momento en que estallaba un incendio en el motor derecho. El avión solo alcanzó a alzarse unos metros para posteriormente estrellarse y, literalmente, partirse en dos. La gran cantidad de combustible que portaba al iniciar el viaje, hizo el resto.
Las llamas devoraron todo lo que encontraron a su alcance y perdieron la vida 153 de los 172 tripulantes, en lo que se considera el segundo peor accidente aéreo europeo de la última década. El resto sufrió heridas de gravedad y muchos de ellos tienen grandes porcentajes del cuerpo completamente quemados, por lo que se duda de su supervivencia.