Mucho humo y pocas nueces. Apenas 400 personas concurrieron a la concentración que bajo el lema "No a la quema. Sí a la reserva natural", fue impulsada por el intendente Miguel Lifschitz con el objetivo de manifestar el malestar de los habitantes de Rosario por el humo producido por la quema indiscriminada de pastizales por parte de los productores rurales de las islas entrerrianas.
La poca concurrencia, mucho menor a la esperada, fue la gran noticia de la jornada, y los teléfonos de los medios comenzaron a sonar a poco de terminado el acto. Desde la Municipalidad se “recomendó” a los medios “bajar los decibeles” en cuanto al fracaso de la convocatoria, y fundamentalmente subir el número de asistentes, una cifra que con el correr de las horas sufrió una sospechosa inflación en los portales de noticias, aumento no achacable al gobierno nacional.
"Queremos acciones rápidas y directas", señalaron varios de los manifestantes, muchos de ellos luciendo barbijos.
El acto comenzó con la lectura del documento que será presentado ante la Corte Suprema de Justicia, además de una suelta de globos verdes. Después se le dio lugar en el escenario a los grupos musicales que matizaron la ventosa tarde con ritmos folclóricos.
La movida continuará el próximo sábado con una actividad algo restrictiva, porque solo podrán participar de la misma los dueños de embarcaciones. El "abrazo a las islas" previsto será un acto simbólico que se llevará a cabo con diferentes embarcaciones que recorrerán las islas que se encuentran enfrente a Rosario.
Las quemas continúan, por estas horas los funcionarios socialistas se pasan facturas por el fracaso de la convocatoria, y una vez más, por si hacía falta, quedó demostrado que la construcción de una supuesta “realidad” perpetrada por los medios de comunicación serviles a las autoridades locales tiene patas cortas. La tan vanamente cacareada “indignación generalizada del pueblo de Rosario” no pasó de unos cuantos llamados a las radios los días más ahumados, pero nada más. De ahí a una movilización popular hay una distancia que hoy quedó bien marcada. El espontaneísmo antipolítico defendido por algunos sectores medios muestra sus límites, otra vez.