Contra todos los pronósticos, la Cámara baja del Congreso de los Estados Unidos dijo “no” al proyecto de rescate bancario de 700 mil millones de dólares impulsado por el desacreditado gobierno del presidente George W. Bush. La decisión produjo temor y marcadas caídas en la mayoría de las Bolsas de valores del mundo.
Wall Street cayó un 6,98 %, apenas minutos después de un nuevo y desesperado intento del presidente Bush, que a través de un mensaje a la población intentó calmar a la plaza financiera. Pero no alcanzó, fue otro fracaso de lo que los estadounidenses denominan “el peor gobierno de la historia de los EE.UU” y las bolsas mundiales volvieron a caer.
Bush aseguró hoy que EE.UU. sorteará la actual crisis financiera y "seguirá siendo la economía más dinámica del mundo". A juzgar por el resultado de la votación en Diputados (228 votos en contra y 205 a favor), pocos le creyeron. Y son muchos los que ya hablan de “cleptocracia”, “socialismo yanqui” y “el fin del capitalismo”. Otros denuncian que el proyecto de Bush es la mayor transferencia de riquezas a favor de los más ricos especuladores y en detrimento de los sectores medios y bajos. La crisis económica ha develado larvados sentimientos “socialistas” en la economía estadounidense. Por un lado el gobierno, que propone el intervencionismo estatal echando por tierra la idea del libre mercado, dogma sagrado del capitalismo. Por otro lado, los legisladores que rechazan esta transferencia de recursos a costa de los más pobres y abogan por un trato socialmente más justo y un reparto más equitativo.