La posibilidad de que el municipio rosarino pida la conciliación obligatoria y el análisis gremial que da cuenta de un sobredimensionamiento de la estructura del gobierno local marcan el pulso del conflicto municipal, en la primera jornada del paro de 48 horas que cumplen los trabajadores en reclamo de un 10 por ciento de aumento salarial.

El que sugirió lo de pedir la conciliación obligatoria al Ministerio de Trabajo de la provincia fue el secretario de Gobierno rosarino, Horacio Ghirardi, quien viene sosteniendo que el plan de lucha dispuesto por la Festram –la federación que agrupa a los municipales de toda la provincia– impide la continuidad de las negociaciones, en la que los municipios y comunas llegaron a ofrecer un 6 por ciento de incremento.
Los gremios, en cambio, señalan que fueron los jefes comunales los que estiraron el tira y afloje a la espera de la aprobación, hasta ahora frustrada, de los aumentos de impuestos provinciales que impulsa el gobierno de Hermes Binner y significarían nuevos ingresos para las administraciones locales.
En medio de la pelea, el titular del gremio Municipal y de la CGT de Rosario, Néstor Ferraza, sostuvo que el municipio local “tiene una estructura demasiado grande”. En declaraciones al programa De 12 a 14, Ferraza se refirió también a la situación financiera de la Municipalidad: “No sé si está fundida, pero tiene problemas”.
Además, el dirigente sindical recomendó a los intendentes “reclamar a la provincia; y la provincia a la Nación”.
Hasta ahora, desde la Festram no accedieron al pedido de los intendentes de levantar el paro para volver a negociar. Sí resolvieron levantar una movilización a la ciudad de Vera que estaba prevista para este jueves, en la segunda jornada del paro. El plan de lucha de los municipales contempla una nueva huelga la semana que viene, ya por 72 horas.
 

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