“Esta es la respueta a lo que fueron todos esto días de agravios, de ofensas y de presiones”, dijo Néstor Ferraza este martes en el cierre de la movilización de municipales que exigen aumento salarial. Ahora habrá que ver si eso conmueve a los intendentes.

Estos dichos del referente de los municipales fueron tras la reunión de empresarios y dirigentes sindicales con el gobernador que se realizó en Santa Fe. Allí, desde los sindicatos se planteó la necesidad de que no sean nuevamente los trabajadores la variable de ajuste ante los efectos locales de la crisis financiera en Estados Unidos. Y después del encuentro Ferraza mencionó lo de la “relación de amistad”, jaqueada por un conflicto que se extendió al compás del intento de aumento de impuestos del gobierno provincial primero; y después al ritmo de las tempranas quejas de la mayoría de las patronales por la meneada crisis mundial y sus consecuencias por estos lares.

Así las cosas, unos y otros dan muestras de querer cerrar el conflicto, que se está extendiendo por un punto y medio de diferencia: los intendentes llegaron a ofertar un 7 por ciento y los dirigentes gremiales sugirieron que cerraban en un 8,5, ajustando lo de la fecha a partir de la cual regiría el incremento.

Mientras tanto, la movilización de este martes, con unas seis mil personas según estimó Ferraza, fue una demostración de fuerza sindical que transcurrió sin incidentes, ante un importante operativo de seguridad que preservó las veredas del Palacio de Los Leones.
El acto se desarrolló con la tarima de los oradores dando la espalda a la sede del Ejecutivo local, con los municipales ocupando la plaza y haciendo ruido con bombos y con instrumentos de viento y también con bombas de estruendo.

“Acá hay varias cosas pendientes, no sólo este 10 por ciento”, dijo también Ferraza en el cierre del acto, mencionando reclamos como blanqueo del personal en negro y recategorizaciones.

En el acto, los municipales locales recibieron el respaldo de sus pares de varias localidades de la provincia con quienes comparten la pertenenecia a la Festram, que es la que encauza las negociaciones con los jefes comunales que en principio fueron en paritarias y luego bajo la órbita del Ministerio de Trabajo de la provincia, que dictó una conciliación obligatoria que no se plasmó en un acuerdo.

Tras el fracaso en las negociaciones ante la cartera laboral provincial, los municipales resolvieron retomar las medidas de fuerza, con el paro por 48 horas que comenzó este martes con la movilización en Rosario.

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