La lepra venció al Canalla 1 a 0, con gol del flaco Schiavi, de penal, a los 21 minutos del primer tiempo y la fiesta del clásico fue toda rojinegra. El tanto llegó luego de un error infantil de Paglialunga que le regaló la pelota a Machín dentro del área y trás cartón le cometió una grosera infracción que fue perfectamente sancionada por el árbitro Baldassi. El equipo de Gamboa fue mucho más que el de Alfaro y la diferencia en el marcador debió haber sido aún mayor si no fuera porque Fabbiani en dos ocasiones y Sperdutti no estuvieron precisos a la hora de definir. Newell’s quedó a sólo tres unidades de los líderes Tigre, Boca y San Lorenzo, y Central permanece en zona de promoción. Justamente ese fue el hit del pueblo leproso: "A la promocioooooón, a la promociooooón…".
Los primeros 20 minutos del clásico rosarino mostraron los mismo que en los últimos enfrentamientos entre ambos, es decir, mucha pierna fuerte, pocas ideas, poco fútbol y mucha entrega y corazón.
Durante ese lapso de tiempo no hubo emociones, porque no llegaban a los arcos y se prestaban la pelota, sin tener ideas como para poder lastimar, ya que ambos estaban más preocupados por defender que por atacar.
Pero siempre los clásicos se abren con algún error o algún acierto individual. En este caso Leandro Torres hizo una buena jugada gambeteando rivales por la derecha y cuando entró al área lo cortó justo Paglialunda, pero el rebote le quedó a Gastón Machín y ahí el volante de Central le cometió infracción, obligando a Héctor Baldassi a sancionar el penal, que Rolando Schiavi, con un remate fuerte y al medio se encargó de cambiar por gol.
En ese momento todos pensaron en el Parque Independencia que el partido se iba a abrir, que iba a ser emocionante, pero se equivocaron.
El problema fue que Central intentó reaccionar pero no tuvo ideas y Newell’s se paró para jugar de contra, pero cuando podía atacar lo hacía con poca gente y todo se diluía al llegar al área.
Así pasaron los primeros 45 minutos, donde a los de Newell’s poco les importó el trámite del partido porque su equipo estaba ganando y eso parece ser en los últimos tiempos lo único que importa en los clásicos.
En el segundo tiempo Central intentó ser protagonista del partido y se vio favorecido por la forma en que retrocedió Newell’s. Pero eso fue sólo en el comienzo, porque cuando el local se dio cuenta de la falta de ideas del rival todo se le hizo más sencillo.
Con poco, sin hacer demasiado, en el segundo tiempo los dirigidos por Gamboa tuvieron chances para ampliar el marcador, siendo la más clara la última que tuvo Fabbiani, quien desparramó al arquero pisando la pelota, hizo caer a otro defensor dentro del área y cuando tenía el arco a disposición tiró la pelota por sobre el travesaño.
Así se fue el clásico, con la gente de Newell’s festejando y con los de Central sufriendo una dura derrota, porque además de perder ante el rival de toda la vida quedó muy comprometido con el descenso.
