Un 8 por ciento de aumento a partir de octubre fue el saldo del prolongado conflicto municipal. El acuerdo se selló en Santa Fe, y prevé para los rosarinos un incremento algo mayor: entre un 8,2 y un 8,4 por ciento de acuerdo con categorías y antigüedad.
“En estos momentos la estabilidad para un trabajador es importantísima”, destacó Antonio Ratner, dirigente de los municipales rosarinos y la Festram, a poco de terminar la reunión que mantuvieron en la capital provincial los representantes de la Federación de los gremios municipales de toda la provincia con autoridades de municipios y comunas.
Los municipales no pudieron lograr el objetivo inicial de llegar a un 10 por ciento de aumento a partir de setiembre, tal como pasó con los empleados públicos provinciales. Pero en la Festram pesó para el cierre en el 8 por ciento la necesidad de encontrar una salida a un conflicto duro y prolongado.
Primero, fuertemente ligado a las quejas de los intendentes por la situación económica de las arcas municipales y a la discusión por los aumentos de impuestos provinciales que finalmente no prosperaron.
Después, en estos últimos días, al agite de los efectos de la crisis financiera internacional, que aparece como gran nueva excusa para negar aumentos salariales y avanzar sobre los derechos de los trabajadores en general.
Con este marco, Ratner hizo hincapié en lo de los blanqueos –un reclamo muy fuerte en Rosario– y en el hecho de que lo acordado implica levantar el pie del acelerador del reclamo salarial sólo hasta febrero próximo. Para entonces –tal vez con un nuevo marco económico– está previsto un nuevo encuentro entre los jefes comunales y los dirigentes de la Festram, que insistirán en el pedido de recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores municipales.
