Lifschitz fue a Villa Hortensia a reunirse con vecinos de la zona rural de Nuevo Alberdi y militantes barriales, después de un día de ocupación. El encuentro tuvo tensión. Como colofón levantaron el acampe y cortaron relación con el municipio.

Lifschitz fue, tal lo acordado, este martes a las 18, a Villa Hortensia acompañado por el secretario general José Garibay. Allí estaban, en acampe de protesta, los integrantes de la Asamblea Popular Nuevo Alberdi y la ONG Giros. Y esperaban ofendidos porque sostenían que “el municipio no había cumplido con su palabra” de atender sus demandas y denunciaban "presiones por parte de privados" sobre los pobladores para abandonar los terrenos linderos al canal Ibarlucea en donde señalaban “avanzan para construir un country”. 

Al calor de una tarde infernal además,  sumaron calentura al enterarse por medio de un artículo aparecido en el portal de negocios puntobiz.com que Planeamiento había aprobado a principios de noviembre, el proyecto del complejo de canchas de Tenis del capitán del seleccionado de Copa Davis Alberto Luli Mancini en un predio lindante, lo que consideraron la antesala de un megaproyecto que el municipio ocultaba y por el cual los vecinos quedaban desguarnecidos.

Lifschitz tomó muy mal la acusación y casi se sale de sí. En el medio de una discusión acalorada se impuso también a los gritos y explicó que tal proyecto se había presentado en 2002, que no incluía la zona en donde viven los vecinos y que desconocía la existencia de megaproyectos.

Por su parte, desde la Asamblea le pidieron una vez más la declaración de interés social de la zona rural de Nuevo Alberdi como la única manera de frenar los posibles desalojos y asegurar un futuro público para la zona. Pero el intendente explicó que tal declaración comprometía al municipio a expropiar los terrenos a los propietarios y que, en estos momentos, no había posibilidad de tamaña inversión para el municipio.

De todas maneras, Lifschitz vio con buenos ojos los proyectos de los vecinos para en un futuro emprender una urbanización popular pero les recordó que sin la intervención de la provincia y de la Nación, y que la intendencia no estaba en condiciones materiales de llevar adelante un plan de viviendas por sí sola.

Juan Monteverde de la ONG Giros expresó luego de la reunión con Lifschitz: “No nos dijo nada nuevo. El municipio va ir por los casos particulares, en casos de denuncias particulares, y se niegan a declarar de interés social los terrenos porque dicen que los obligaría a expropiar los terrenos y eso no es así”, se quejó el joven militante barrial. “Vamos a pasar a la resistencia en el barrio, va tener que ser el vecino versus el que lo quiere desalojar. Levantamos el acampe pero cortamos relación con el municipio del cual ya no esperamos más nada”, dijo con desazón.

Vale recordar que los vecinos hace unos meses acamparon durante varios días frente al municipio ante de avance de la construcción de un country en terrenos supuestamente inundables, y la apertura –aparentemente ilegal– de calles en esa área de la zona noroeste de Rosario.

En aquel entonces vecinos y municipios quedaron en abrir un espacio de diálogo en Villa Hortensia, pero las reuniones se sucedieron y las soluciones no prosperaron. Por esa razón la Asamblea volvió el lunes pasado a acampar en los jardines del distrito Norte. Los vecinos denunciaron además intentos de desalojo silencioso y aprietes. Una humilde pareja que mora en el lugar contó que “aparecieron personas” y les ofrecieron cinco mil pesos para irse antes de un desalojo forzoso, que se haría en los próximos tres meses.

Antes estas situaciones, la Asamblea adelantó que concurrirá a la vía judicial como nuevo frente de resistencia y que en los próximos días se estará presentando un recurso de amparo para todos los vecinos de la zona rural para preservándolos de posibles desalojos.

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