La negativa de Simeone, agrandó las chances del ex Tigre, Argentinos y Newell’s, que cuenta con el visto bueno de dirigentes, hinchas y jugadores. En Avellaneda aseguran que el verborrágico entrenador, asumiría el próximo lunes.
Se sabía de antemano que si perdía el clásico ante Independiente, la continuidad de Juan Manuel Llop al frente de la conducción técnica de Racing sería imposible. La mala relación con sus dirigidos, el poco apoyo de parte de una dirigencia que no lo eligió, sino que lo heredó de la anterior, hacían presagiar que sólo un milagro (o una goleada ante el rojo) podían evitar que el Chocho dejara de ser el entrenador.
Por eso no sorprendió que rápidamente comenzaran a surgir los nombres del posible sucesor del ex jugador y técnico de Newell’s. Se mencionó al Cholo Simeone como la opción más potable, al Negro Gamboa como segunda alternativa, al ex Central Edgardo Bauza y el relajado Ramón Cabrero, hoy manager de Lanús. Y también se escuchó el apellido compuesto de uno de los personajes más verborrágicos que nos regaló el fútbol en los últimos tiempos: Caruso Lombardi.
Ante la negativa de Simeone que podría emigrar a Europa (alejado de He man), el técnico que tras hacerse un nombre en el difícil mundo del ascenso recaló en Argentinos, recomendado por su (¿ex?) amigo Maradona y que luego de salvar a la Lepra del descenso, fue despedido por López, parece haber ganado varios cuerpos de ventaja, es más, en Avellaneda se dice que Caruso dirigirá el martes su primer entrenamiento al frente del golpeado plantel académico.
A lo Caruso
Lombardi demostró que sabe impregnarle a sus equipos su estilo de juego. Es más, Gamboa al asumir la conducción técnica de Newell’s dijo que lo más difícil había sido “cambiarle el chip que le había insertado el técnico anterior”. GUste o no, sus equipos juegan a lo caruso.
Racing necesita sacar puntos. Viene arañando la chance de descender hace varias temporadas y el promedio está cada vez más flaco. No cuenta con un plantel para hacerse grandes ilusiones y el hincha entiende que lo único que interesa por estos tiempos es cosechar unidades que le permitan escaparle al fantasma del descenso. El grito de campeón deberá esperar, y los hinchas de la Academia saben de largas esperas. De allí que la elección de Caruso haya pasado a ser la más potable y la de mayor consenso entre las cuatro patas (dirigentes, jugadores, socios e hinchas) de una mesa que sigue tambaleando y siempre parece estar a punto de caer.
