Paladar negro pero aliento explosivo.
Paladar negro pero aliento explosivo.

El ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, ratificó este viernes que el test de alcoholemia que se le realizó a la diputada de la Coalición Cívica (CC), Patricia Bullrich, dio positivo desde el primer momento y que la legisladora "soplaba para adentro".

El ministro de Seguridad consideró de “mala fe” que dude de todo un sistema de control. “Hay que hacer las cosas como hicieron otros funcionarios”, afirmó. Esta madrugada, su auto fue secuestrado tras un control de alcoholemia en General Paz y Balbín.

Montenegro aclaró en diálogo con Radio 10 que "el control de alcholemia que se le hace primero -a Bullrich- da positivo y era un control palométrico que se hace exclusivamente con el aliento".

El funcionario salió al cruce de las declaraciones de Bullrich quien dijo que el control de alcoholemia en el que la policía le secuestró su auto esta madrugada dio positivo y negativo con la misma máquina de medición.

Montenegro explicó que cuando se pasó a realizarle a Bullrich el test con la pipeta "ella empieza a soplar para adentro y hay que hacerle como siete u ocho veces el control, hasta que se le dice dierectamente que soplara o se le secuestraba el auto igual, por la negativa a hacerse el control de alcoholemia".

Añadió que "es en ese momento que sopla correctamente y el test da 0,66, lo que es positivo y eso es más de una copita de vino malo", en alusión a los dichos de Bullrrich que sostuvo que sólo había tomado "una copa de vino de mala calidad".

Sostuvo que "además, con el hecho de que vaya con alguien al lado tampoco podía haber manejado el colaborador porque si el test da positivo, no puede cambiar de conductor".

Montenegro opinó que "lo grave es que una persona que fue funcionario público y que es un referente político de un partido empiece a decir que eso -el test- no funciona después de seis veces que la daba negativo, cuando era porque no quería soplar".

Sostuvo que "hay que asumir responsabilidades" y manifestó que le parece "de muy mala fe hacer dudar de todo un sistema del que se hacen 20 mil controles de alcoholemia por mes".

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