Trabajadores de la autopartista Mahle tomaron desde este viernes a la tarde la planta de avenida Perón al 5600 en rechazo al cierre anunciado por las autoridades de la fábrica de aros de pistones para motores. La intempestiva determinación patronal fue excusada en el impacto de la crisis financiera global y una supuesta caída de la producción destinada al mercado exterior. El ministro de Trabajo provincial, Carlos Rodríguez, repudió el cierre y lo calificó de “inaceptable después de las ganancias que obtuvo la empresa en los últimos años”. También se comunicó con su par nacional, Carlos Tomada, para pedirle que intervenga en el conflicto. Los empleados anunciaron que ocuparán las instalaciones de la multinacional hasta tanto se resuelva el futuro laboral de los más de 500 operarios que trabajan en la planta. Este lunes, a las 10, hay audiencia conciliatoria en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe.
Este sábado al mediodía, los trabajadores recibieron la visita de Rodríguez y el intendente Miguel Lifschitz.
“Nos enteramos del cierre definitivo y enseguida resolvimos en asamblea tomar la planta. Dese hace unos meses veníamos con un sistema de suspensiones, trabajando tres días a la semana, cobrando el 70 por ciento de nuestro salario de bolsillo, unos 1.600 pesos. Esto lo habíamos aceptado junto a la UOM (el sindicato de los metalúrgicos) en función de conservar los puestos de trabajo”, comentó Roberto Campos, uno de los delegados de planta.
Los trabajadores de Mahle habían acordado semanas atrás mantener este régimen de suspensiones hasta fines de mayo, siempre con el fin de preservar el trabajo, pero todo se vino a pique en medio del acuerdo rubricado a instancias de la cartera laboral. Este conflicto, con un cierre de por medio y más de 500 personas en la calle, es tal vez más grave que el de General Motors y Paraná Metal, por mencionar dos de los entuertos laborales trascendentes en la provincia de Santa Fe.
Según contó Campos, la producción de la fábrica de autopartes “se mantuvo a buen ritmo” pese a las ondas expansivas generadas por el estallido financiero que afectó a las principales potencias mundiales. “La misma empresa tiró al bombo esta planta para llevarse todo a Brasil”, dijo el delegado de la empresa con la bronca a flor de piel.
Mahle es una fábrica autopartista que emplea directamente a más de 460 operarios, aunque contando el personal administrativo y los empleados de un hogar de discapacitados de Villa Gobernador Gálvez, encargados de empaquetar los aros, el número llega a 560. Esta fábrica rosarina se llamaba Dana y antes era Danery, hasta que en mayo de 2007 pasó a manos de este grupo industrial de capitales alemanes, que además se quedó con la fábrica Edival de Rafaela, actualmente con el procedimiento preventivo de crisis. La casa central en América latina está radicada en Brasil. Buena parte de la producción rosarina se exportaba, aunque los aros de pistones también se comercializaban en automotrices locales.
La decisión de cerrar la planta de avenida Juan Perón al 5600 fue comunicada el viernes a la mañana por el gerente general de Mahle Rosario al ministro Rodríguez. “La empresa me comunicó la decisión de cerrar las puertas y nosotros la rechazamos. Le dijimos que nos parecía un atropello que incluso violaba tratados internacionales de la OIT. Puede ser cierto que la producción haya caído un poco en el sector automotriz, pero no como para cerrar la fábrica y dejar a más de 500 trabajadores afuera”, consideró el funcionario.
Rodríguez informó que desde el ministerio estaban intentando contactarse con el embajador alemán y que el propio gobernador Hermes Binner le pediría una audiencia a la presidenta Cristina Fernández. “Estuve con (el ministro de Trabajo nacional, Carlos) Tomada y le comenté el conflicto. Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para revertir esta situación”, aseguró el titular de la cartera laboral santafesina, quien ayer viernes viajó a Buenos Aires. Ambas partes fueron citadas para este sábado, a las 10, en la sede rosarina de Trabajo con el objetivo de alcanzar un acuerdo.
Las autoridades de Mahle habían presentado a fines del año pasado un procedimiento preventivo de crisis para justificar sus dificultades económicas, refutadas por los trabajadores. Este procedimiento aún se encuentra en trámite en las oficinas del Ministerio de Trabajo.
Un fax que entró a las oficinas de la planta ubicada en la zona oeste, donde a última hora había una notoria presencia policial, terminó de confirmar el peor escenario. “La firma lamenta comunicarles el cierre definitivo de la planta”, era el encabezado del facsímil firmado por las autoridades de Mahle Rosario.
En el mismo se mencionó “una caída abrupta de la producción”, que la fábrica era “deficitaria” desde 2007 –cuando la compraron– y que pese a las “inversiones en infraestructura y las mejoras en las condiciones de trabajo” la planta no lograba levantar cabeza. También en el fax ofrecen a los empleados una indemnización sujeta al procedimiento de crisis, es decir el 50 por ciento de lo que corresponde.
“Desde ya que rechazamos esa oferta y vamos a luchar por conservar nuestras fuentes de trabajo sea como sea. Son más de 500 familias que se ven afectadas”, advirtió Campos.