El gobernador Binner aseguró que la gresca entre hinchas de Newell’s y de Central ocurrida el lunes “también tienen que ver con una provocación de dirigentes que no le hacen bien a la ciudad”, en referencia a los presidentes de ambas instituciones, uno de los cuales fue su aliado político en la década del 90, cuando ambos enfrentaban al peronismo desde la Alianza. Agregó que el fenómeno de violencia que suscita la relación entre simpatizantes de ambos clubes en Rosario “es una cuestión que es digna para que la estudien los sociólogos”. Y defendió el operativo policial del lunes que, como en las películas, llegó tarde para prevenir.

Consultado respecto del operativo de seguridad del lunes, el gobernador señaló que “primero tenemos que preservar la vida de la gente” y, cuando se le recordó el episodio de la muerte de un trabajador del sindicato lechero meses atrás, sostuvo que “lo que pasó en Atilra fue una no intervención directa de la policía como estábamos acostumbrados que pase”.

Enseguida, Binner comparó esa gresca entre fracciones internas de un sindicato con la pueblada de diciembre de 2001 que terminó con el gobierno de Fernando De la Rúa y en la que hubo 30 muertos, 8 de ellos en territorio santafesino. “No olvidemos lo que pasó en Rosario en diciembre del 2001, creo que tiene que haber una situación de comprensión de la realidad, de preservar, pero bueno, después hay actitudes que son ingobernables”, explicó en diálogo con Radio Dos.

“Lo que ha pasado en Rosario, con esta situación entre las hinchadas de un club y de otro, también tienen que ver con una provocación de dirigentes que no le hacen bien a la ciudad”, agregó el mandatario provincial apuntando a Horacio Usandizaga, presidente de Rosario Central, y Guillermo Lorente, máxima autoridad de Newell’s.

Es que el origen de la disputa de esta semana, de cara al clásico que se jugará el domingo en el estadio Gigante de Arroyito, se remonta a la decisión de Usandizaga de entregar sólo 3.500 populares y 600 plateas al visitante.

Además de la queja formal de las autoridades del club del parque, la determinación de Usandizaga –fundada en los estatutos y avalada por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA)– también avivó el ánimo de los barras e hinchas de Newell’s, quienes el lunes marcharon hasta la sede de Rosario Central en Mitre y Rioja, y provocaron destrozos y enfrentamientos con ocasionales simpatizantes Canallas que estaban en el lugar.

Aunque sin dar nombres, Binner insistió en que “hay algunas situaciones que son altamente provocativas, realmente es un clima que nosotros ya lo conocemos” y agregó que “explicar el fenómeno del futbol en Rosario” es algo difícil, porque “no lo entiende nadie más que los rosarinos”.

En ese sentido remarcó que “esto no pasó cuando Unión estaba en primera y jugaban Unión y Colon, ni pasa con Estudiantes y Gimnasia de La Plata, ni pasa en Buenos Aires con River y Boca”, y concluyó con un recuerdo personal y una sugerencia a la ciencia: “Recuerdo haber estado en Villa Gesell y se armó una gresca fenomenal en la playa a partir de que se enfrentaron las dos hinchadas de Newell’s y Central, es una cuestión que es digna para que la estudien los sociólogos”.
 

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