“La actitud de (la senadora Roxana) Latorre me metió otra vez en el pantano”, chapaleó este miércoles Carlos Reutemann, tras la decisión de su par de bancada de firmar un dictamen de comisión en el Senado.
Se trata del dictamen que posibilitará que el Ejecutivo cuente con las facultades para prorrogar las retenciones que fastidian a las patronales rurales, siempre que lo apruebe el Senado. “Me ha sorprendido, es un golpe enorme, me enteré por el diario La Nación”, precisó el Lole, con detalles acerca de sus lecturas matinales. El senador reelecto contó que “le he pedido explicaciones a ella, que son explicaciones que no alcanzo a entender” y se mostró contrariado porque, con todo lo que le costó despegarse del kirchnerismo, ahora tendrá que volver a remarla. “Es la actitud y la sospecha (lo que le molesta), esa sospecha que se sostuvo en la campaña de que había bajo cuerda un acuerdo con el kirchnerismo”, agregó. Latorre lamentó el divorcio y aseguró que no saltó ahora y nunca fue kirchnerista, como lo demuestra la foto que ilustra esta nota.
“A mi me ha sorprendido, es un golpe enorme, me enteré por el diario La Nación del día lunes y estoy tan sorprendido porque una semana antes había firmado el documento de los 10 puntos del interbloque federal, donde justamente dentro de las cosas que se hablan, se habla de la Magistratura, del conflicto con el campo, de la coparticipación federal, de las políticas sociales, de recuperar el tema del Indec y la verdad que lo firmó cuatro días antes de lo que sucedió en la comisión de Constitucionales, sin consultarlo”, le dijo este miércoles Carlos Reutemann a Luis Novaresio, por Radios Dos, donde sale a explicar sus cosas sin que lo agobien.
La firma de Latorre en el dictamen de comisión que permitirá –siempre que se apruebe en la sesión– la prórroga de las facultades del Ejecutivo para fijar retenciones, puso los pelos de punta los patrones del campo.
Aunque la rúbrica de la senadora no cambió nada –el dictamen ya contaba con el gancho de otros ochos senadores, número suficiente para su aprobación– la Sociedad Rural de Santa Fe salió a masacrarla por “traidora” a los intereses de la oligarquía. “Nos cayó como un balde de agua fría”, dijo el martes Hugo Iturraspe, presidente de la tradicional institucional defensora de los derechos de la Patria.
La conmoción se entiende. Tanto batallar contra la pareja de “montoneros” que tomó la Casa Rosada por asalto para que después, una soldado de la causa como se autodefinió Latorre en algún momento, termine acompañando con su firma el proyecto de la infamia. No hay explicación que alcance, ya lo dijo Reutemann, principal perjudicado por el error o lo que haya sido de su coequiper en la Cámara alta.
Es que al senador de Santa Fe Federal le costó “un año y medio”, según su propia mensura, despegarse de los Kirchner. Y ahora viene esta ex maestra de escuela a patearle el castillo de arena sobre el construyó su último triunfo electoral en Santa Fe, que lo catapultó a una potencial candidatura a presidente en 2011. Y “otra vez en el pantano.
“Estoy muy sorprendido”, dijo Reutemann a Radio Dos. “Sé que ha generado enorme polémica (la decisión de Latorre) porque dicen «cómo puede ser que Reutemann no esté enterado», pero es la verdad: si lo creen, lo creen, y si no mala suerte, es la pura verdad”.
“Yo le he pedido explicaciones a ella, que son explicaciones que no alcanzo a entender tampoco, no las alcanzo a entender”, agregó el senador, aunque no precisó si es por falta de claridad en la exposición o de capacidad reflexiva en el receptor.
“Porque hace un año y medio que venimos en una batalla campal –continuó–, defendiendo los intereses de Santa Fe, después del conflicto del campo. Y la verdad que no le encuentro ninguna explicación razonable, no hay manera de que se pueda explicar”.
En el mismo sentido de compunción continuó lamtenándose: “Lo que nos costó un año y medio de tomar una actitud en defensa de un sector de la provincia de Santa Fe y esto da por tierra con toda una pelea, una batalla, una lucha de la cual yo tampoco me he repuesto”.
Con ese gusto por la matemática aplicada al periodismo, Novaresio planteó la última pregunta: “¿De cero a diez, cuánto de caliente está con Roxana?”. “Mil”, fue la seca respuesta del senador. Y sin aplicarle retenciones.
