La próxima apertura del casino en la ciudad puede traer aparejada la inquietante presencia de una enfermedad progresiva, compulsiva, con rasgos emocionales, llamada ludopatía. La adicción al juego, si no es tratada a tiempo, puede llevar “a la locura, a la cárcel, al borde de la muerte o a la muerte misma”, según resaltan desde Jugadores Anónimos.

Jugadores Anónimos, es un grupo de autoayuda fundado hace veinte años que reúne a personas que padecen esta patología y que tiene presencia en todo el país, incluida la ciudad de Rosario.

“Nosotros no estamos en contra del juego, estamos para ayudar, a partir de nuestras experiencias, a aquellos que están pasando por algo que se termina convirtiendo en un auténtico infierno”, destaca desde el otro lado del teléfono Tomás, un jugador recuperado que lucha todos los días por no reincidir en sus viejas prácticas.

El juego compulsivo es una enfermedad emocional, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) recién a principios de la década del 90. Es de naturaleza progresiva y no puede curarse, pero puede detenerse.

“Antes de venir a Jugadores Anónimos, muchos jugadores compulsivos se veían a sí mismos como personas moralmente débiles y simplemente sin valor alguno. Nosotros somos un grupo de autoayuda como puede ser Alcohólicos Anónimos.

Tenemos desarrollado un programa de doce pasos para aquellos que tienen este tipo de adicción y la asistencia es mediante el trabajo grupal. Para eso contamos con una línea que atiende las 24 horas, el (011) 154- 4126745, y que sirve como apoyo para aquellos que necesitan ayuda”, remarca Tomás.

El integrante del grupo destaca que la adicción al juego tiene siempre como base “una enfermedad emocional que actúa como disparadora de diversas conductas compulsivas”.

“Este conflicto interno puede terminar convirtiéndose en distintas adicciones que, dependiendo de la persona, pueden llevar a una relación incontrolable con las drogas, al alcohol, y en este caso al juego”, señala.

Un dato a destacar es que un tiempo atrás la patología tenía una mayor incidencia en la población masculina, ya que los lugares de juego, en general, eran sitios de encuentro principalmente de hombres.

“Ahora los tiempos han cambiado y uno puede ver en los casinos y las salas de bingo una notable presencia femenina. Los datos que tenemos ahora indican que los casos se balancearon y están repartidos en partes iguales”, continúa el entrevistado.

¿A qué puede llevar la ludopatía si no es tratada a tiempo?. “Hay tres caminos posibles si la persona enferma no se atiende: la locura, la cárcel, la cercanía de la muerte o la muerte misma”, es la respuesta perturbadora que suena desde el otro lado de la línea.

La amenazante presencia de conductas compulsivas relativas al juego, llevó a Casino Club, la empresa propietaria de la sala de juegos que se inaugurará a mediados de mes en Rosario, a crear el denominado Programa de Juego Responsable. Para tal
fin, hay una línea telefónica en funcionamiento –el 0800-333-0333– donde se brinda información y orientación a jugadores o familiares en problemas.

(Fuente: El Ciudadano)

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