Los principales dirigentes de los gremios estatales no lo van a decir, pero están azorados por la falta de un canal mínimo de diálogo, la inexistencia de un puente tendido desde el gobierno de Hermes Binner que no sean declaraciones voluntaristas u operaciones en los medios en pos de seducir en la Legislatura a algún sector que a esta altura al menos le de al oficialismo la más viable de las reformas tributarias que le permitan engrosar la caja. En ese marco, la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunciaron la profundización del plan de lucha que comenzó con una medida de fuerza de 48 horas esta semana y continuará el miércoles, jueves y viernes de la que viene. “Si creen que los trabajadores se van a cansar, están equivocados”, dijo el poco combativo secretario general de Upcn, Alberto Maguid, a quien nadie en el socialismo podrá acusar de obstruccionista. “Una semana difícil”, acotó un ministro de Binner. “¿Cuál?”, le preguntó el mozo que le servía el café.
El paro de 48 horas de ATE y UPCN tuvo un alto acatamiento y se hizo sentir en toda la provincia. No será una semana fácil para Binner y su gabinete, que hasta ahora no parece tener respuesta táctica que evite los que vienen, incluidos los del sector docente.
De hecho, y muy por encima de las causas y efectos de la chicana que Maguid lanzó contra el sector gremial docente –“No vamos a adherir a la movilización que el 10 hacen los docentes, no le vamos a sumar gente a nadie ni otros gremios nos van a manejar los tiempos”–, la huelga de maestros de martes a jueves, sumada al paro de Upcn y ATE, generarán una crisis política que seguramente incrementará el uso de aspirinas entre los funcionarios políticos de la administración socialista.
Si bien el ministro de Trabajo Carlos Rodríguez atraviesa circunstanciales problemas de salud, aparece como insólita la ausencia en el conflicto de la cartera laboral, que salvo que se encuentre llevando adelante misiones secretas para conducir la crisis e intentar algún mínimo acuerdo, no se la ve sobrevolar tan complicado escenario en el que los ministros que intervienen en las paritarias respectivas parecen haber perdido la confianza de los gremios.
Por otra parte, tanto en el sector docente como en ATE y Upcn no caen nada bien las permanentes y a menudo contradictorias declaraciones de Binner y sus ministros de Gobierno, Antonio Bonfatti, y de Economía, Ángel Sciara, un terceto que no parece tener las mismas ideas en torno del efecto de la oferta oficial de un 7% de incremento salarial. Mientras el mandatario socialista habla de estar buscando alternativas para conseguir fondos, sus funcionarios, según el caso, estimulan o desmienten cualquier hipótesis de mejora de la propuesta ya rechazada por los gremios.
Mientras tanto, ATE Rosario realiza este viernes una conferencia de prensa para explicar las medidas de fuerza que los trabajadores realizarán la semana próxima, así como la movilización del miércoles hacia la ciudad de Santa Fe para que el Gobierno provincial tome nota del rechazo a la oferta oficial: “Entendemos la propuesta del 7 por ciento de aumento como una burla”, bramaron desde el gremio nucleado en la CTA.
En ese sentido, el gremio local ya adelantó que pondrá “los colectivos que sean necesarios para que los trabajadores puedan expresarse en la movilización hacia Santa Fe”. E informaron que “los ómnibus saldrán de nuestra seccional de San Lorenzo 1879 el miércoles 10 a las 6.30 de la mañana en punto”. Los referentes de ATE recomiendan a quienes deseen viajar “que llamen a la sede para anotarse y reservar su lugar”.
El paro de estatales se llevará adelante el miércoles, jueves y viernes de la semana próxima. Y por el lado de Upcn, Maguid no cultiva el exabrupto ni la pirotecnia verbal, características que apuntalan mucho más la severidad de sus advertencias al gobierno provincial: “Si creen que los trabajadores se van a cansar, están equivocados. Podemos estar de paro todo el año”. De cumplirse tamaño vaticinio, el escéptico funcionario que analiza el cortísimo plazo deberá ponderar la posibilidad de comentar: “Un año difícil”. Si es posible, sin testigos.
