La frase es contundente: “Si todo estuviera de maravillas, las encuestas indicarían que el prestigio del Poder Judicial sería allá, al pico, 98 por ciento, y no es así”, dijo este miércoles el jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
Y tal vez por allí haya una pista más de por qué el gobierno nacional resolvió no poner la otra mejilla al comunicado con el que la Corte Suprema le pidió “mesura” a la hora de opinar sobre los jueces. “Mesura” suena a “censura”, contestó la presidenta, contrariando el consejo del viejo Vizcacha, para seguir con el bofetada, bofetada viene de los últimos meses, pródigos en fallos que traban importantes políticas del gobierno, como la del Banco Central y el desendeudamiento y la ley de medios audiovisuales. Entre los protagonistas de la polémica se anota un santafesino, el diputado nacional Alejandro Rossi, que osó cuestionar que los jueces pertenezcan mayoritariamente a una misma clase social y respondan a una ideología ligada a ese origen.
En declaraciones a una radio porteña realizadas a primera hora de este miércoles el jefe de Gabinete consideró que "no es saludable" que la Corte Suprema emita un documento crítico hacia el Ejecutivo, ya que el Poder Judicial "es uno de los poderes de la República, pero no es el poder rector de la República, no está por encima de los otros dos poderes".
El funcionario nacional salió a cruzar de esta forma el comunicado difundido por el máximo tribunal del país en la jornada del martes, en el que se pidió a los gobernantes "mesura y equilibrio".
Fernández dijo que "no puede ser que alguien, o en este caso la Corte, se ponga como un poder por encima de la República, porque es uno de los tres poderes, aunque sea el tribunal de última instancia".
Además, valoró el hecho de que Enrique Petracchi no haya firmado el documento de la Corte, a diferencia de los otros ministros del tribunal, lo que "demuestra que algunos están pensando realmente en el lugar que le cabe a la Corte Suprema de Justicia".
Además, Aníbal Fernández afirmó que "es grave" que un miembro de la Corte como Carlos Fayt "se exprese así de otro poder del Estado", en alusión a los dichos del ministro decano del alto tribunal acerca de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo "tonterías" cuando criticó a los "jueces delivery".
Recalcó que, sobre lo expresado por Fayt y a diferencia del proceder de la Corte, "no ha salido un comunicado de la Presidenta haciendo referencia a esa expresión desafortunada".
El jefe de ministros aseveró, en referencia a las críticas de Cristina hacia algunos magistrados, que "si hay expresiones de alguna característica que no gustan a la corporación, habría que revisar también la conducta de la corporación".
"Con abroquelarse y tener comportamientos corporativos no se resuelve este tema", dijo Fernández.
"Si yo no tuviera razón, y si la Presidenta no tuviera razón, y si todo estuviera de maravillas, las encuestas indicarían que el prestigio del Poder Judicial sería allá, al pico, 98%, y no es así", agregó.
Finalmente, el jefe de Gabinete también aseguró que "ningún gobierno ha respetado tanto la independencia del Poder Judicial"; y señaló que desde 2003 "el gobierno no ha puesto a amigos (en la Corte), ha puesto a quienes ha entendido iban a garantizar la independencia de la Corte respecto de lo sucedido en nuestro país en los últimos años, y eso está más que gráfico".
Mesura y censura
Las declaraciones de Fernández son la continuidad de la más reciente saga de cruces en torno al funcionamiento de la Justicia, disparada por el comunicado con que el máximo tribunal sostuvo que las críticas al Poder Judicial deben tener un "límite"
"El límite de esas críticas es la razonabilidad y el respeto a la garantía de la independencia judicial que esta Corte está obligada a preservar como cabeza de un Poder del Estado", dijeron los ministros de la Corte.
Con la excepción de Petracchi, los restantes integrantes de la Corte firmaron el comunicado que dice que "que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha promovido el debate público acerca de las decisiones de los jueces como una política de estado tendiente a mejorar su transparencia y comprensión por parte de los ciudadanos”; y agrega que "el límite de esas críticas es la razonabilidad y el respeto a la garantía de la independencia judicial”.
"Exhortamos a quienes tienen responsabilidades de gobierno, a expresarse con mesura y equilibrio, porque respetar la magistratura es la mejor manera de dar tranquilidad a los ciudadanos”, pidieron también los jueces de la Corte, que cerraron con que "el Bicentenario de la fundación de la Nación es una buena ocasión para reafirmar los objetivos del Preámbulo de la Constitución, que demanda afianzar la justicia y la paz social para todos los argentinos, para lo cual resulta indispensable recurrir al dialogo institucional”.
A poco de difundido el comunicado, la presidenta le salió al cruce. “La palabra mesura tiene mucho sonido a censura”, marcó.
“Es una cosa muy poco feliz, porque si hay alguien que tiene que garantizar que todos los ciudadanos se expresen libremente son ellos”, continuó Cristina. "Durante tanto tiempo hemos estado censurados; y por pensar distinto pasaban cosas muy feas", reforzó.
“La parte más importante de la Constitución no es la funcional, es la primera parte, la que establece los derechos y garantías y la absoluta libertad que tenemos todos los ciudadanos de expresarnos”, dijo también la presidenta. “Tal vez no han medido exactamente el peso específico del rol que representan y de la importancia de garantizar la libertad a todos los ciudadanos”, completó, sobre el final de la meneada jornada del martes.
Los jueces del Jockey
Casi al mismo tiempo que la presidenta respondía al comunicado supremo, el diputado kirchnerista Alejandro Rossi participaba de un foro para analizar reformas al Consejo de la Magistratura y al argumentar su propia propuesta al respecto lanzó algunas frases que levantaron polvareda, como por ejemplo que “los jueces rosarinos van al Jockey Club y mandan a sus hijos a colegios privados”.
Rapidito llegaron las reacciones y acusaciones de “fascista” y “autoritario”; de las que Rossi se despegó explicando que frases como esa no pueden ser tomadas fuera de contexto. Pero al mismo tiempo, reafirmó lo fundamental de su postura.
“Desde que los Concejos de la Magistratura existen, el nivel de autoselección de los jueces por los propios jueces es creciente en la Argentina, es cada vez mayor y se puede comprobar estadísticamente”, dijo el hermano del titular del bloque kirchnerista de diputados nacionales, en declaraciones al programa Trascendental de LT8.
“No es indiferente (en un juez) a qué sector social pertenece, cuál es su formación ideológica, cuál es su formación filosófica, cuál es su formación moral”, dijo también Rossi, cuya propuesta de selección de jueces “tiende a un proceso de democratización y a un proceso de mayor participación popular” y establece, en otros aspectos, cambios en la forma de elegir a los integrantes del Consejo de la Magistratura, como por ejemplo que los abogados surjan de una elección en la que participe toda la población y que los representantes del sector académico surjan del voto de todos los profesores de derecho que accedieron por concurso a cátedras de las universidades nacionales.
“Si dije algo que ofendí, pido sinceramente disculpas, no quise agraviar a nadie”, aclaró lugo Rossi, que provocó reacciones como la de nada más ni nada menos que Rafael Gutiérrez, titular de la Corte santafesina, para quien los dichos del legislador fueron “un disparate”.
“Quise dar una explicación de que el debate es un debate más complejo y más profundo, porque se trata de democratizar el poder que menos se ha democratizado desde el año 83 a la fecha, y no lo digo yo, lo dicen decenas de académicos”, concluyó el diputado kirchnerista, tal vez tomando como referencia apenas un capítulo de una historia bastante más vieja, tal como lo indican aquellos versos del viejo Vizcacha en el Martín Fierro.
