Los hermanos Camino. A la izquierda, el malogrado Pimpi.
Los hermanos Camino. A la izquierda, el malogrado Pimpi.

El ex líder de la barra brava de Newell’s, Roberto Pimpi Camino, fue herido de cinco balazos en un bar de Servando Bayo al 1400 a las 5 de la mañana. Cuatro personas lo fueron a buscar, aparentemente lo sacaron del comercio y lo asesinaron en la calle. Fue llevado en un auto importado hasta el Hospital Carrasco, el más cercano a la zona del hecho, donde finalmente falleció. Su abogado, Carlos Varela, dijo que un día antes la víctima le había asegurado que “sospechaba que lo seguía la policía” y que por tal razón iban a realizar este viernes una presentación judicial. Su hermano Tato Camino también apuntó hacia los uniformados de la Santafesina.

En el entorno familiar señalan a los policías de Drogas, aunque por ahora son sólo sospechas. El secretario de Seguridad de la provincia, Horacio Ghirardi, no descarta ninguna hipótesis de investigación, tampoco la vinculada al comercio de estupefacientes.

La noticia despabiló a quienes se estaban despertando en la mañana de este viernes: Pimpi Camino, ex mandamás de la barra leprosa durante el reinado de Eduardo J. López en el club del Parque fue asesinado.

Suele ocurrir con este tipo de personajes más o menos públicos, que el imaginario social los envuelve de una impunidad y una suerte casi milagrosa. Pero cinco balazos bastaron para terminar con la vida de alguien a quien muchos consideraban intocable.

De acuerdo a las primeras informaciones, Camino se encontraba en un bar de la zona oeste, en Servando Bayo al 1400, cuando cuatro personas los fueron a buscar y le pidieron que saliera –o lo sacaron– del mismo. En la vereda cinco disparos dieron contra el cuerpo del barrabrava leproso, que falleció más tarde en el Hospital Carrasco.

Allí se produjeron algunos incidentes entre familiares de la víctima y personas cercanas a él –Pimpi administraba un pequeño ejército de jóvenes en el sur de Rosario, en la zona de Gutiérrez y Lamadrid– con personal de seguridad del hospital y periodistas que cubrían la noticia.

Según explicó este viernes por Radio Dos el abogado de Camino, Carlos Varela, él “no tenía más nada que ver con la barra de Newell’s ni con el club” que manejó a su antojo durante la hegemonía de Eduardo López. Incluso, unos días después de la caída del imperio del dirigente físicamente parecido a Bin Laden, el Pimpi y los suyos irrumpió en las instalaciones del Parque Independencia con armas y palos, destrozó buena parte de la administración y se llevó computadoras y papeles. Ese asalto fue su último acto público en Newell’s.

Varela contó que este jueves se reunió con Camino porque “lo venían siguiendo” desde hace unos días algunos automóviles, que también pasaban por su domicilio. En virtud de esa situación habían decidido realizar este viernes una presentación en Tribunales, pero cinco balazos –alojados en el tórax, el cráneo y las extremidades– le impidieron el acceso a la Justicia y le aseguraron el ingreso al cementerio.

“Esto excede a Newell´s, tiene que ver con otras cuestiones”, explicó el abogado Varela, y sostuvo que la víctima “sospechaba que lo seguía la Policía”.

La misma sospecha hizo pública ayer la pareja de Pimpi, Cristina: “Se cansaron de seguirlo, decían que estaba en la droga y él no quería saber nada con nadie”. Y apuntó sus dardos por la muerte de Camino a “todos los de droga”, por Drogas Peligrosas de la provincia. “La Policía tiene que ver”, sentenció.

Por su parte, el secretario de Seguridad de la provincia, Horacio Ghirardi, destacó la importancia del crimen por la relevancia social de la víctima, y señaló que no se descarta ninguna hipótesis de investigación, tampoco la vinculada a un ajuste de cuentas por comercio de estupefacientes.
 

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