Sciara, y a su espalda el garabato aumentado que invita a

La polémica desatada por la concesión directa de la autopista Rosario-Santa Fe por parte del gobierno provincial ofreció un nuevo capítulo, algo inusual en este tipo de episodios. Una fotografía del ministro de Economía, Ángel Sciara, en su despacho de la Casa Gris, revela que entre los análisis de la ecuación económica de la explotación de esa conexión vial se puede leer claramente en la pizarra del alto funcionario una recomendación escasamente ética, se la interprete como sea: “Mentir”.

El miércoles 27 de julio, en su propio despacho, Sciara recibió a la prensa en la Casa de Gobierno de Santa Fe, acompañado por su par de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio; el presidente del Ente Portuario de Santa Fe, Marcelo Vorobiof; el subsecretario de Inversión y Financiamiento Externo, Gonzalo Saglione, y el titular de la Unidad Preparatoria Proyecto Reconversión Puerto Santa Fe, Miguel Molina. La idea era comunicar que el gobierno de Hermes Binner convocó al sector privado interesado en la reconversión del puerto de la ciudad de Santa Fe.

Elegante, de ambo azul marino, en la solapa de su saco lucía un escudo de la provincia de Santa Fe, probablemente de oro, poco importa. Detrás suyo, se destacaba una pizarra blanca poblada de jeroglíficos que, a poco de fijar la mirada, cualquier cronista inquieto rápidamente podría comprender que se trataba de fórmulas polinómicas, mezcladas con comentarios y anotaciones. El tema, la polémica concesión de la autopista que une a Rosario con Santa Fe.

Claro como el agua clara, se podían leer dos de los comentarios abreviados: “Interés del conc.”, en referencia al concesionario, y “análisis técnico”. En el medio, una flecha, y oficiando de nexo entre ambos garabatos, un verbo en infinitivo –“mentir”–, impactaba en el medio de la más ajetreada capacidad de asombro de quienes se dejaron llevar por la más elemental curiosidad periodística.

Por si quedaran dudas de si el lugar era en efecto la oficina del ministro Sciara, la prensa oficial del gobierno socialista lo publicó en su página web: “El anuncio fue realizado en una conferencia de prensa en el despacho del ministro de Economía, Ángel Sciara, en la Casa de Gobierno, con la presencia, además, de su par de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio; el presidente del Ente Portuario de Santa Fe, Marcelo Vorobiof; el subsecretario de Inversión y Financiamiento Externo, Gonzalo Saglione, y el titular de la Unidad Preparatoria Proyecto Reconversión Puerto Santa Fe, Miguel Molina”. Y en los pies de las fotos, se puede leer: “La conferencia de prensa realizada en el Ministerio de Economía, en el primer piso de la Casa de Gobierno en la ciudad de Santa Fe”.

Pese a la cantidad apreciable de medios que cubrieron la conferencia de prensa, sólo uno hizo referencia a la pizarra del “deschave”, el portal de noticias santafesino Sin Mordaza. Ese medio publicó incluso un video que algunos usuarios de las redes sociales Facebook y Twitter habían subido en sus sitios.

“El pizarrón del despacho del ministro Sciara anuncia que hay que mentir en el tema autopista y hace referencia a las fórmulas polinómicas para las tarifas, los intereses del gobierno y de los concesionarios”, es la escueta información que acompaña a las imágenes del ministro y su pizarrón.

La bendita concesión

Lo cierto es que ese vocablo, extemporáneo en cualquier análisis de cualquier acto de gestión, se vincula a uno de los episodios más escandalosos de los últimos tiempos: el vencimiento de la concesión de la empresa Aufe, que venía explotando desde hace años el peaje de la autopista que une a Rosario con la capital provincial.

Cuando el gobierno de Binner asumió el 10 de diciembre de 2007, todos ya sabían que esa concesión vencía en 2009, por lo que la oposición plantea que la decisión del ministro Ciancio de adjudicar en forma absolutamente discrecional dicha explotación a empresas que no participaron de licitación alguna hasta que del nuevo proceso licitatorio surja el nuevo concesionario, es una gravísima irregularidad. Sobre todo porque en dos años y medio de gestión Binner y sus ministros debieron tener la previsión de preparar una licitación y tenerla lista en el momento del vencimiento de la explotación de Aufe.

El gobierno socialista explicó que no hay irregularidad en el proceso, pero no satisfizo a los legisladores opositores, especialmente a los justicialistas. “O bien la gestión de Ciancio no garantiza un llamado a licitación, o esconde algo turbio”, acusó el diputado Mario Lacava respecto de la adjudicación directa de la concesión de la autopista Santa Fe-Rosario a dos empresas privadas.

El legislador obeidista ponderó, en su momento: “Hace mas de dos años el ministro Ciancio sabía que la concesión de la autopista terminaba y debía volver a concesionarla o tomarla para que el Estado la administre. En noviembre de 2009 venció la concesión de la autopista y desde entonces hasta ahora hubo dos prórrogas. ¿Por qué durante todo este tiempo no se elaboraron los pliegos para una nueva licitación? ¿Qué hizo el ministro durante todo este tiempo? Sólo autorizar aumentos de tarifas totalmente al margen de lo establecido en el contrato”.

Lo más grave es que los diputados opositores citaron hace dos meses a al ministro para que explique esa situación, y Ciancio en esa oportunidad aseguró que todo estaba listo y que si no se resolvía el tema antes del vencimiento de la segunda prórroga el 28 de junio, el Estado se haría cargo de la autopista a través de un a unidad ejecutora. “Nos engañó a todos”, se lamenta Lacava.

Finalmente la concesión precaria se adjudicó en forma directa a dos empresas privadas – Supercemento y Edeca–, algo completamente ilegal, lo que llevó a distintos legisladores a acusar a la administración socialista: “Esto abre fuertes sospechas sobre que algo turbio e irregular se esconde detrás de este procedimiento muy poco transparente”, sentenciaron voceros de las diferentes bancadas del peronismo, sin excepciones.

El dictamen fantasma

“Las declaraciones de los funcionarios del gobierno provincial y del propio gobernador Hermes Binner respecto de la concesión directa de la autopista Rosario-Santa Fe no deja de sorprendernos”, reveló el diputado provincial Luis Rubeo porque los legisladores le pidieron al ministro Coordinador Antonio Bonfatti el expediente en el que constaba, según el funcionario, el expediente conteniendo un dictamen favorable de la Fiscalía de Estado, que aparentemente avalaba el procedimiento de contratación directa, pero ese legajo jamás apareció.

Rubeo describió el proceder de Bonfatti de forma categórica: “Un ministro que primero dijo contar con un dictamen del Fiscal de Estado y después se vio obligado a rectificarse, un ministro que dice haber consultado a muchas empresas pero que no tiene con qué respaldar esas afirmaciones, un ministro muy hábil declarante pero que debe saber que en la administración pública las actuaciones no son verbales, no sólo son por escrito sino que deben estar ajustadas a la ley y a los procedimientos”.

Por último, el jefe del bloque del Frente para la Victoria sentenció, antes de que el ministro Ciancio se presentara en la Cámara de Diputados a hacer su descargo: “Queremos conocer el acto administrativo, si el gobierno de Binner no tiene nada que ocultar debe hacernos llegar hoy mismo copia fiel del expediente donde constan los antecedentes de la concesión directa otorgada a favor de Supercemento y Edeca. En la Gestión Pública la transparencia no se declama, se cumple”.

Lo cierto es que a los tropiezos de los ministros Bonfatti y Ciancio ahora se viene a sumar Sciara, quien deberá responder a quién se recomendaba “mentir” en torno del ya de por sí polémico proceso de adjudicación de una actividad para la que muchos santafesinos harían cola para poder usufructuar. No hay muchas alternativas, o se sugería mentir al futuro concesionario, a los medios, o a la opinión pública.

En los tempranos ’80, el fallecido dirigente gremial Saúl Ubaldini le respondió al entonces presidente Raúl Alfonsín, que lo había tildado de “llorón y mantequita”, con una frase que quedó en la historia: “Llorar es un sentimiento, mentir es un pecado”. Si fuera por las permanentes quejas y reclamos a la Nación, y por lo que revela la intimidad de su pizarra, pareciera que Sciara transita esa autopista de verbos en infinitivo en ambos carriles.

(Fuentes: Prensa Gobernación/ Prensa diputados Lacava y Rubeo/ Sin Mordaza)

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