La gente del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) se enojó de lo lindo con un artículo de este diario digital. Publicamos a continuación la réplica del FPDS, más algunas consideraciones desde la cooperativa que edita Redacción Rosario.

Ni federalizar el clientelismo, ni promover la discrecionalidad: ¡Queremos trabajar!

El pasado jueves 16 de septiembre, desde el Frente Popular Darío Santillán realizamos una Jornada Nacional de Lucha en varias provincias del país. La misma no sólo despabiló los bríos de judicialización del indolente Secretario de Gobierno Municipal Fernando Asegurado, sino que también suscitó una serie de “inferencias” por parte del periódico digital redacciónrosario.com.ar. En honor a la verdad, y a modo de réplica a los inopinados “trabajadores de la inferencia”, conviene calibrar algunas aseveraciones deslizadas con una liviandad poco digna y aún menos apegadas a la responsabilidad que consigna –o debería– la tarea periodística.

En primer lugar, hay que decir con ánimos crispados que muy lejos estamos –como el diario digital pretende– de exigir que “se importen” los modos clientelares del gobierno nacional al suelo santafesino. Un dato contundente pareciera ser el que sigue: el corte realizado en Circunvalación y Oroño el pasado jueves, es la expresión de continuidad de un Plan de Lucha (rebautizado por el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández como “plan sistemático de hostilidades”) que se inició en el año 2009, con el anuncio del programa de trabajo en cooperativas “Argentina Trabaja” y la consabida promesa presidencial de extenderlo a lo largo y ancho del país. Asimismo, y cuanto menos para matizar las peliagudas predisposiciones a la inferencia, exigimos la autogestión por parte de la organizaciones de esas cooperativas, para no quedar entrampados y mucho menos ser carne de cañón de punteros de diversos pelajes –punteros que, valga la aclaración, también campean por estos suelos y son sustento de los colores políticos más variados. Entonces, está claramente justificado el riesgo de repetirnos: ni federalizar el clientelismo, ni promover la discrecionalidad; queremos Cooperativas de Trabajo autogestionadas por nuestras organizaciones, a la sazón, organizaciones que ya venimos desarrollando experiencias de labor cooperativo.

Como el diario digital no se tomó la molestia de decirlo (dado que no había nada que inferir, el titulo del comunicado de prensa que oportunamente difundimos es bastante ilustrativo: “Basta de manejo clientelar, basta de chamuyo, queremos trabajar”), en buena hora lo expresamos nosotros: la principal y más enérgica reivindicación de la Jornada de Lucha era –y sigue siendo–: “¡Trabajo digno para nuestros compañeros y compañeras!”. La denuncia que desplazamos en el comunicado, que seguramente ofició como zona nula de inferencias, es que en el marco del adelantamiento –y agudización– de la campaña presidencial se están concentrando de forma inusitada los cuantiosos recursos del Estado en la provincia de Buenos Aires; botín electoral por antonomasia para la política del arribismo. Corolario de esta situación es que la realidad apremiante que se vive en nuestros barrios (y en el interior del país en general) ya resulta prácticamente inhabitable, y si a esto le anexamos la actitud cooperante y falaz por parte de redaccionrosario.com.ar la indignación linda con la impotencia.

Para finalizar, valga consignar que al estar tan lejos de nuestra realidad la exigencia de federalizar el clientelismo, nos es legítimamente necesario preguntar: ¿acaso no es más fecundo para la dignidad periodística replantearse si no se están “importando” modos distorsivos propios de Clarín, La Nación y los diferentes etcéteras que se consideren válidos? ¿Será este el precio que debemos pagar las Organizaciones Populares que recelamos de emplazar nuestra política en la mediática polarización que reverdece en nuestro país? ¿Les hubiera molestado menos si la presidenta un hubiera venido a reunirse con empresarios en el City Center, a metros del lugar en el que históricamente realizamos los piquetes? Y, por último: ¿no será la distribución de la pauta publicitaria del Estado nacional el modelo clientelar que torna cada más papistas a los disciplinados medios difusores del discurso estatal?

Consideraciones desde la Cooperativa La Masa

Una cosa es el debate político entre posturas distintas y otra cosa es otra cosa, así que arranquemos por una otra cosa: este diario digital no tiene pauta oficial. No porque no quiera, sólo porque hasta ahora no la hemos obtenido, pese a nuestros intentos en ese sentido. Nuestra pretensión es tener pauta oficial nacional, provincial, municipal y también mejorar sustancialmente nuestra recaudación publicitaria en general, para sostener nuestra construcción autogestionada. Nuestra línea política, claramente evidenciada en el contenido de nuestro diario digital, es anterior y desligada a nuestra pretensión de mayor recaudación publicitaria. Vaya esto, estimados compañeros del FPDS, a cuenta de lo de “¿no será la distribución de la pauta publicitaria del Estado nacional el modelo clientelar que torna cada (vez) más papistas a los disciplinados medios difusores del discurso estatal?” No, no. Lo nuestro es pura convicción, compartida con millones en todo el país, no compartida con otros tantos. La pauta es un instrumento, nomás, propio de nuestra actividad. Y ojalá nos llegue pronto.

Después, sí, el debate político, las diferentes miradas. Y acá vamos a lo que los estimados compañeros del FPDS plantean cuando dicen que “la realidad apremiante que se vive en nuestros barrios (y en el interior del país en general) ya resulta prácticamente inhabitable”.

Epa, epa. Vamos por partes. Que nosotros sepamos, “la realidad” no es patrimonio exclusivo del FPDS. Nosotros vemos, humildemente y desde nuestra subjetividad política referenciada con construcciones históricas, una “realidad” distinta a la que ven estos compañeros del FPDS. Nos acordamos lo que era “la realidad” de los barrios a fines de los años 90 y durante los primeros años de este siglo, cuando el FPDS no existía aún como organización, cuando eran mucho mayores que ahora la desocupación, el hambre y la ausencia del Estado, o mejor dicho, la presencia del Estado como cómplice de los intereses de las grandes corporaciones y en su faz represiva, lo que provocó la muerte de decenas de militantes del campo popular, entre ellos Darío Santillán.

Así demarcado lo de “la realidad” que analiza el FPDS y la que vemos nosotros, casi que pierde sentido responder lo que completa aquel párrafo, pero la frase es insoslayable: “si a esto (la supuesta realidad “apremiante” e “inhabitable” de “nuestros barrios”) le anexamos la actitud cooperante y falaz por parte de redaccionrosario.com.ar la indignación linda con la impotencia”, dicen los muchachos del FPDS.

Uy, uy, uy. Por más que lo intentamos, no nos imaginamos a los vecinos de las barriadas humildes sintiendo indignación e impotencia por un artículo de Redacción Rosario que no les gustó a los compañeros del FPDS. Nos suena, igual que lo de nuestra supuesta sumisión a la pauta oficial que todavía no tenemos, por lo menos exagerado. Para hacerla corta, apenas vale volver sobre lo del principio: lo nuestro es convicción. Y creemos que lo del FPDS también. Se trata de respetar las convicciones ajenas. Eso intentamos y a eso convocamos a las organizaciones que se definen como del campo popular. Ese es el piso del debate, que da para larguísimo.

Manolo Robles (presidente de la cooperativa La Masa)

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