Serias caras en el PSP.
Serias caras en el PSP.

El chivo Rossi logró el alineamiento del PJ con la conducción nacional del partido y la consigna en el peronismo provincial vuelve a ser “el que gana conduce y el que pierde acompaña”. Mientras tanto, en Ciudad Gótica… Sí, Giustiniani lanzó su candidatura a gobernador, predica la unidad pero hace oídos sordos a las pautas del referente máximo de su partido.

Con buena imagen pero imposibilitado de renovar su aspiración a la gobernación, Hermes Binner intenta colocar su candidato en la provincia ante la indiferencia de su compañero del socialismo, Rubén Giustiniani, quien se lanzó a competir este sábado por cuenta propia, oportunidad en que ratificó que la ley de primarias abiertas posibilita que sea la gente la que elija a sus candidatos para la general en cada partido, y ya no un dirigente, en obvia alusión a Binner.

En tanto, el gobernador insiste pero hasta la fecha no pudo lograr consenso para su candidato, compañero de toda su carrera y actual ministro, Antonio Bonfatti. El dogmático senador Rubén Giustiniani, conocido entre sus pares por su acérrimo antiperonismo, aspira a la gobernación, clama por la unidad pero sólo se escucha a sí mismo.

Entre Binner y Giustiniani la cosa está color hormiga. Giustiniani arguye que su candidatura se justifica en el hecho de tener mejor intención de voto que Bonfatti. Publicita su desempeño como senador y no acusa recibo de las críticas del gobernador: "Nuestro adversario es el justicialismo que ya se unió para disputar el gobierno de la provincia", advirtió este sábado rubencito.

Binner explica a quien quiera oírlo que el referente provincial es Él y que es gracias a Él que Giustiniani mide lo que mide, y que puede lograr lo mismo con su pelado favorito. Es decir, que el voto socialista acompañará a quien Él designe, si Él se involucra a fondo en la campaña. En público señala que si Giustiniani gana el socialismo perderá su única banca en el Senado. Más en privado, despotrica contra el egoísmo y cierto ethos destructivo de “Rubén”.

Los radicales también intentan condicionar a Binner. Su mayor osadía es proponer, como contrapartida por la candidatura de Binner a vicepresidente con la UCR, que un boina blanca sea candidato a gobernador santafesino de la coalición. Sería el intendente de la capital provincial, Mario “morajú” Barletta. El sobrenombre se lo debe a Binner, quien lo llegó a comparar con aquel acomodaticio pajarito invasor de nidos ajenos como una forma sutil de responder a la lógica algo avivada del radicalismo.

Hasta ese punto, Binner concuerda con Giustiniani y Lifschitz: los correligionarios no pasarán. Pero la discusión está muy empastada, las críticas cruzadas resuenan inusualmente estentóreas. Y la unidad no está sellada, aunque todo indica que los socios están compelidos a forjarla, como condición de supervivencia y competitividad.

La resolución orgánica de los peronistas los encuentra mal parados, tienen tiempo y necesidad de reaccionar. Para el peronismo disidente, fue un mal día, para las huestes de Binner se establece, ahora sí, un verdadero desafío. Frente a un PJ unido, el PSP hoy ya no es la fija en la provincia.

(Fuentes: Uno Santa Fe, Página/12)

Más notas relacionadas
Más por Admin
Más en Región

Dejá un comentario

Sugerencia

La Primera División de España ya piensa en posibles llegadas y traspasos

Se acerca el final de la Liga EA Sports 2023-2024, y los gigantes del campeonato ya tienen